capitulo 4

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Rumores

Después de lo que la princesa Myeong le confió a su criada, los rumores comenzaron a esparcirse como un incendio incontrolable por todo el palacio. Las miradas furtivas, los susurros en los pasillos y las risitas disimuladas confirmaban que el plan de Myeong estaba funcionando a la perfección. 

Desde su habitación, la princesa observaba el jardín a través de la ventana, su expresión serena contrastando con la satisfacción que sentía. 

—Vaya, los rumores son realmente rápidos en este imperio. Qué divertido. Ahora solo queda esperar y ver qué pasará —murmuró para sí misma, permitiéndose una sonrisa mientras acariciaba el marco de la ventana con los dedos. 

El viento movía suavemente las cortinas, y el ambiente de aparente tranquilidad en el palacio ocultaba la tormenta de murmullos que crecía con cada minuto. 

(POV Seong)

Mientras tanto, yo caminaba por el jardín, disfrutando de la calma y los aromas de las flores. Sin embargo, tenía un pequeño problema: no tenía idea de cómo volver a mi habitación. Estaba perdido, pero fingía seguridad mientras paseaba, observando el diseño intrincado del lugar. 

De pronto, unas voces llamaron mi atención. Me detuve en seco, tratando de ubicar de dónde venían. Las criadas hablaban animadamente, y, llevado por la curiosidad, me escondí detrás de un asiento hecho de ramas que estaba junto a un arbusto. 

—¿Se enteraron? Lady Rashta rompió el vestido de la princesa Myeong. 
—¡Sí! Yo escuché que ese vestido era muy especial para ella. Pobrecita. 
—Lady Rashta se pasó de la raya. Primero rompe el vestido de la emperatriz y ahora el de la princesa Myeong. 
—¡Sí! Al parecer, Lady Rashta lo hizo a propósito. 
—¿Cómo? 
—¡Sí! Yo escuché que lo rompió por celos. Dicen que, al llegar, el emperador no dejaba de mirar a la princesa. 
—¿En serio? 
—¡No lo puedo creer! 

Me quedé sentado, procesando la información. Las palabras de las criadas se clavaron en mi mente como flechas, desentrañando un posible conflicto entre Lady Rashta y mi hermana. 

— << Así que Lady Rashta rompió el vestido de mi hermana... >>
— <<Lo más probable es que estos rumores sean parte de algún plan suyo. Estoy seguro de que es por venganza. Ay, hermana...>>

Solté una pequeña risa sarcástica, pensando en cómo los problemas parecían seguir a Lady Rashta. Pero justo cuando me disponía a levantarme, una voz elegante y firme interrumpió mis pensamientos. 

—Ese es mi asiento, príncipe Seong. 

Mi cuerpo se tensó de inmediato, y mi corazón dio un vuelco. 

—¡!!! 

Giré rápidamente y me encontré con la emperatriz Navier, quien me miraba con una mezcla de curiosidad y cortesía. 

—¡Ah! ¡Emperatriz Navier! Mis disculpas. 

Incliné la cabeza en una reverencia apresurada, tratando de ocultar mi nerviosismo. 

—No se preocupe. Pero, ¿qué hace aquí? Este lugar está muy lejos de su habitación. 

—¿De verdad me alejé tanto? Ah, sí, lo sé. Yo solo quería recorrer el palacio. 
—<< Demonios, ¿por qué estoy tan nervioso?>>

—Compren— 

Las palabras de la emperatriz quedaron interrumpidas por las risas y comentarios de las criadas al otro lado del arbusto. 

Amantes  (La Emperatriz Divorciada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora