- Porque te escapaste del hospital?- Fue lo primero que se me ocurrió decirle.
- Te dije que no quería ir al hospital, pero tu no me hiciste caso.
- Solo quería ayudarte.
- Nadie te pidió ayuda.
- Pues vale si hubiese sido por mi te dejo que te murieras hay solo!
- jaja no me hagas reír, solo me desmaye a causa del cansancio, seguramente podría haberme puesto en pie enseguida.
- Como se nota que no te viste! Dabas pena! Tu aspecto era asqueroso, y yo soy incapaz de rechazarle la ayuda a alguien y menos en tus condiciones.
- Tu lo que querías era meterme mano pero la cosa se complico no?- Ante este comentario reí. Por un momento se me había olvidado la realidad de la situación.
- Sabes, me has pillado. Como lo has descubierto?
- Lo vi en tus ojos. Se nota que te gusto.
- jaja mas quisieras... no será que yo te gusto a ti y por eso haces esto?
- Sabes me sorprende tu actitud, estoy seguro que su se lo hubiera echo a tu amiga se abría puesto a chillar como una loca y ahora mismo estaría inconsciente por el golpetazo que me abría metido. Has tenido ocasión de escapar y no lo has hecho.
- Yo no soy como las demás.
- Ya lo veo.
- Aunque tengo que reconocer que estuve apunto de pegarte con la puerta del coche al subir pero...
- Pero que?
- No lo hice por curiosidad.
- Curiosidad?
- Si, quiero saber porque te escapaste ayer, y porque me tienes como rehén.
- Definitivamente estas loca!!
- Puede... pero no bajes la guardia porque eso no quiere decir que no me vaya a defender...
- Y tu tampoco...porque nunca se sabe cuando dejare de contenerme.
- Contenerte para que?
- Para besarte.-
Pero hay termino nuestra conversación pues habíamos llegado a mi casa.
- Bueno supongo, que la pistola es de juguete y todo esto era una broma, no?
- Baja del coche.
- Pero te he dicho que la brom...
- He dicho que bajes del coche.- El me sonrió desenvolvió la pistola de la chaqueta y la dejo a la luz.
Para mi desgracia es ano era una pistola de juguete sino todo lo contrario. Mi cuerpo al verla se quedo paralizado. Mis sentidos no respondían y es que no podía creer que estaba pasando. Estaba a manos de un psicópata y yo lo único que pensaba era en besarlo! Por una extraña razón cada vez que me hablaba unas ganas irremediables por besarlo se apoderaban de mí. Saque esas ideas de la cabeza y baje del coche. E miedo impidió que saliera corriendo así que el volvió a apuntarme con la pistola.
- Así me gusta. Ahora vas a entrar en tu casa. Si te encuentras con alguien no quiero ver cosas raras, si preguntan por mi soy tu primo lejano entendido?
- yo no tengo primos lejanos.
- Pues ahora sí.
Yo iba caminando lentamente. Sabía que no podía hacer nada por huir. El sabía todo de mí. Donde estudiaba cual era mi coche, donde vivía y lo peor de todo había visto a Mia. Yo no quería que nada malo le pasase por mi culpa a si que debía hacerle caso en todo. Por desgracia y su suerte no nos encontramos a nadie. Cuando estaba apunto de abrir la puerta escuche como alguien me llamaba.
-____!!!- Me gire era el vecino pesado de enfrente.
- Que quieres?!
- Te apetece salir esta noche?-
Ese nunca se cansaba. Me lo había pedido tantas veces que había perdido la cuenta. Tanto Mia como yo estábamos hartas de el y su primo. Se pasaban el día haciéndonos la vida imposible y nosotras no nos quedábamos atrás. Pero dada las circunstancias era una oportunidad que no podía escapar. Si le decía que si pasaría a buscarme a casa y podría escaparme de el.
- Clar...- Pero alguien se me adelanto.
- No puede. De que vas?! Es que no ves que soy su novio?
- Novio?! - Repetimos a la vez el y yo
- Vaya...perdón no sabia que ____ tuviese novio...
- y es que no t...!. Pero sentí como me incrustaba la pistola en la espalda.- Lo siento Freddie, otro día.- Abrí la puerta y entre a casa. El cogió la llave. Vi como cerraba la puerta y se guardaba la llave en el bolsillo.
Me gire hacia el y empecé a chillarle.
- Se puede saber de que vas!! Que es lo que quieres de mi?! Porque me has seguido?! Y porque me tienes secuestrada?!...-
Yo no paraba de chillar un sinfín de cosas cuando de pronto escuche un disparo. Me queda parada de golpe. Había disparado y la bala había pasado a unos centímetros de mí. El empezó a reír como un loco. Fue en ese momento cuando realmente me asuste. Pensé que todo esto era un juego...y que la pistola no tenía balas. Pero no era así me encontraba con un psicópata al que conocía tan solo hacia un día y que acababa de dispararme y me tenia retenida en mi propia casa. Lo mire asustada y en ese instante el paro de reír.
- La próxima vez que me eches en cara algo no fallare el tiro.-
Por mis ojos estaban a punto de salir lagrimas pero las contuve tanto como pude abriendo los ojos y intentando que no salieran a flote. No quería que me viera llorando porque eso significaba que era débil ante el y no le iba a dar ese gusto.
- Que quieres de mi? Ya te he dicho que no tengo dinero.
- Nunca tuviste que pararte a ayudarme ese fue tu error. Sino lo hubieras echo yo no estaría aquí.
- No entiendo nada.
- Y no espero que lo entiendas.
- No entiendo que tiene que ver todo esto conmigo.
- Es muy sencillo. Me quedo en tu casa a vivir.- yo comencé a reír de forma sarcástica.
- Tu vivir aquí?!y que más!- El se levanto del sofá y me cogió del cuello.
- Escúchame!! Voy a vivir aquí y tú no le vas a decir nada a nadie.-
En ese momento me asuste más de lo que estaba. Me estaba ahogando intentaba soltarme de sus brazos pero el tenia mucha fuerza. Entonces me soltó y me dejo caer al suelo.
- Si hago esto es por tu culpa. Si no me hubieras visto ayer no estaría aquí ya te lo he dicho. No me gusta hacer esto pero no me dejaste otra opción.- El me acerco su mano para que la cogiera y me levantara pero yo la rechace.
- No necesito la ayuda de nadie. Y menos de ti. Esta bien te quedaras aquí y no diré nada, pero no quiero que le hagas daño a mi amiga.
- Tu amiga es la rubia con la que ibas esta mañana?
- Si, es ella.
- Estaba bastante buena- Yo lo fulmine con la mirada.- Esta bien no le haré nada. Pero si alguien se entera que estoy aquí no dudes que os encontraré y entonces no fallare el tiro.
- Trato echo.- Yo estire mi mano para sellar el juramento el la miro y me la estrecho.
En ese momento se escucho el ruido de la puerta. Y tras ella apareció Mia. Se me quedo mirando.