4- En pensamientos

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No eran fórmulas ni mucho menos conceptos los que rondaban en su cabeza, era nada más y nada menos que Shinichiro Sano.

Desde su salida el fin de semana había estado pensando en el, a este paso tal vez en todo el día no aprendería nada, garabateo un poco la última hoja de su cuaderno sin entender por qué. Escucho el sonido de la campana que daba por terminado el fin de las clases por ese día.

Tomo sus cuadernos, los metió a su bolso y salió de allí, fue a la cafetería y compró una pequeña botella de jugo para luego volver a salir y esta vez ir a su cuarto. Abrio la puerta y de nuevo se encontró a su compañera de habitación hablando por teléfono entre risas escandalosas, dejó sus ojos ojos en blanco y volvió a cerrar la puerta. No me molestaba que hiciera eso, solo que lo hiciera justo en la habitación, a veces se necesitaba un momento de paz.

Quería parece enojada por eso pqwo fue al contrario, su corazón saltaba de felicidad, una excusa más para ir a ver a Shinichiro.

Se puso sus auriculares y camino hacia allá, sin duda estaba feliz, esperaba encontrarse con Shinichiro en su casa, si no estaba allí iría a su taller, pero decidió ir de nuevo a su casa. Tal vez tenía la fortuna de encontrarlo allí para así también volver a a escuchar la melodia que el hacía.

Llegó hasta allí y no vio a nadie, luego se dio cuenta de cómo un niño rubio practicaba patadas, lo hacía bastante bien, el niño volteo hacia ella— ¿Quien eres?— preguntó.

—Me llamó __________ y busco a Shinichiro.

—Y yo Manjiro, pero me puedes llamar: «el invencible Mikey»— dijo orgulloso.

—Esta bien, invencible Mikey, uun gusto— dijo sonriendo hacia el.

—¡Shinni-san!— dijo para así llamarlo.

Desde la casa apareció Shinichiro con una mirada adormilada— ¿Que pasa?— preguntó mirando a Manjiro, al ver a __________ su mirada adormilada desapareció para dar paso a una más alegre y acercarse a ella— Hola ________, ven pasa.

Fue hasta el mientras Manjiro solo miraba con recelo la escena y luego volver a practicar. Mientras ambos ya estaban dentro de la casa, Shinichiro intentaba ordenar un poco de su desorden, la chica sonrió diciendo— Tranquilo, fui yo la que vino sin avisar, lo siento.

—¿Y como fue tu día?— preguntó mientras indicaba que se sentara a su lado en el sofá.

—Con muchas lecciones, ahora tenía tiempo libre así que vine a verte, ¿y tú?

—Yo estaba... estaba durmiendo un poco— dijo dándose cuenta que no podía mentirle— anoche estuve afuera hasta tarde.

—Entiendo... ¿Ahora tienes tiempo libre?

—Ahora si, ¿por que?

—¿Podrías volver a tocar?— dijo su pensando si sería buena idea pedírselo.

—Por supuesto— dijo mientras camino hacia una de las habitaciones.

_________ suspiro aliviada, por las que recordase que le había dicho que si ella quería podía tocar para ella no se acostumbraba a pedir cosas.

Vio como volvió pero esta vez ya con la guitarra, volvió a sentarse en el mismo lugar en donde estaba anteriormente, dio unos ligeros toques descoordinados a las cuerdas para luego comenzar esa suave y dulce melodia.

Fue exactamente como la primera vez, trasmitía la misma paz y y alegría, llegado a algún punto fue que dejó de escuchar y ya solo se fijo en el chico; sus negros cabellos se movían ligeramente, su expresión era tranquila pero ak mismo tiempo concentrada, sintió su corazón latir con fuerza, no sabía si era por la emoción que le causaba la melodia o por estar mirando tanto al azabache, fuera lo que fuera no le importa a, ambas serian buenas razones.

Recostó su cabeza en el respaldo del sofá para quedarse desde allí mirarlo mientras seguía con las notas; era perfecto, podía jugar que sentía dus ojos pesar debido al tranquilo ambiente, sus ojos se fueron cerrando poco a poco hasta que sintió como todo terminó, volvió a abrir los ojos encontrándose con la mirada de Shinichiro— Es hermoso.

—¿Que cosa?— dijo con una sonrisa ladeada.

Tardo un poco en comprender, luego sonrió y dijo:— La melodia tonto— lo escucho chasquear la lengua— aunque tus ojos también.

Ambos rieron hasta que el dijo:— Vamos, te llevaré, ya es tarde.

—Esta bien, se me paso el tiempo.

La llevo hasta allá sobre su motocicleta, al llegar pregunto— ¿Mañana estas libre?

—Si, luego de clases si, no tengo nada que hacer.

—Paso por ti entonces, nos vemos mañana— dijo sonriendo y despidiéndose con una mano para luego volver a arrancar.

Era feliz, la compañía de Shinichiro definitivamente era una de las mejores.

𝘔𝘦𝘭𝘰𝘥𝘪́𝘢𝘴 𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘛𝘶 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘯𝘪𝘤𝘩𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora