11- Tratando de recuperar

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Sintió como Akashi la levantó del piso y la sentó en una de las bancas, dio un vaso de agua que casi no tomó debido a que seguía temblando, aún así eso no serviría para calmarla, sus lágrimas seguían saliendo y al parecer no pararía pronto. Su vista viajo por las demás personas allí, los tres amigos trataban de contenerse, pero no se podía, todos sabían el gran aprecio que sentían hacia Shinichiro, también vio a ambos de sus hermanos, Manjiro se apoyaba en su abuelo, Emma aún estaba algo confundida y al encontrar su mirada con los de la de cabellos ______ se acercó a ella, con lágrimas en los ojos dijo—: El dijo, que ustedes eran como el príncipe y la princesa... Entonces, ¿por qué no se quedó contigo?

Su dolor en el pecho aumentó ante eso, era solo una infante al igual que Manjiro, ¿como se supone que entenderían del todo bien lo que acababa de suceder?

No sabía cómo responder a la pregunta de la niña frente a ella, recordó las palabras que Shinichiro había dicho horas atrás, cuando aún estaban juntos— Eso es mentira, pequeña Emma— trató de normalizar su voz— El príncipe no se ha ido, el está junto aquí— señaló su pecho— también está aquí— señaló el pecho de la niña— ¿entiendes?, el ahora seguirá con nosotros, no podremos verlo, tampoco yo, pero en nuestras vidas el seguirá por siempre presentes. Como el dijo, es un príncipe, y ellos protegen a las personas que aman, estoy segura que hará eso a partir de ahora, solo que de manera invisible— sus lágrimas aumentaban tras cada palabra.

—Pero yo sí quiero ver a Shin-niisan.

Un jadeo debido al llanto se hizo presente, se abrazo a la niña frente a ella y lloro a gusto, sentía los ojos doler, pero aún no lo aceptaba, aún no.

***

—Sigo sin entender... Por que no puedo hacerlo— esta vez hablaba frente una fría lápida de concreto— sigo sin entender que ya hayan pasado seis meses, pero yo siento que solo pasaron un par de horas... Estuve a tu lado tan poco tiempo, pero en ese poco tiempo te metiste hasta en mis huesos— sollozo—. Esa noche me preguntaste si no había tenido una estrella fugaz en mi vida, te respondí que no, y que tampoco quería tenerla. ¿Porque tuviste que convertirte tú en esa estrella fugaz? Eh... Shinichiro.

Seis meses pasaron desde esa vez, sus ojeras cada día iban en aumento, solo pensar en el hacía que llorara. Pero al mismo tiempo se cuestionaba la razón, no decía que llorar por el estaba mal, solo pensaba en el poco tiempo en el que estuvo a su lado, ¿encerio tuvo una conexión tan fuerte en tan poco tiempo? La respuesta es si. Siquiera ella entendía como pasó tan rápido, pero el punto es que había sucedido.

El fue fugaz, tanto que la dejo confundida, ¿Por que no pudo disfrutar más momentos a su lado?, haber campartido más momentos a su lado, más pequeños y significativos momentos. Solo quería volver a escuchar su voz, verlo sonreír y decir su nombre. Sentir su cálido tacto al entrelazar sus dedos, ¿Acaso eso era mucho pedir? No, no lo era. Pero en estas instancias era imposible de que sucediera algo así.

Por qué Shinichiro ya no estaba.

Más de una vez se habían reunido junto con sus amigos en su antiguo taller, la que más preocupaba de todos ellos era _________.

Sabían que su situación en la universidad no iba bien, sus notas habían bajado considerablemente, y muchas veces la habían escuchado tararear al azar alguna melodia que tocaba Shinichiro.

—¿De verdad lo hacía bien?— preguntó hacia ellos, que al parecer no entendieron— Shinichiro, ¿tocaba bien la guitarra?, o solo era yo la que sentía que era tan buena.

Los chicos junto a ella solo se encogieron de hombros, no lo sabían en realidad.

Lo extrañaba, sus salidas a cualquier tiempo, verlo fumar, escuchar sus coqueteo, los cuales ahora los encontraba lindos. Su sonrisa, cuando la toman a de la mano... Ahora lo más cercano que tenía a él era la chaqueta que le había dado aquella noche.

Ella no se separo de los Sano, de vez en cuando visitaba a los hermanos de Shinichiro, se tomaron cariño así que los visitaba de manera regular, cuando estaba con ellos mostraba su mejor cara, suponía que ellos ya tenían lo suficiente como para también verla a ella mal.

—No quiero olvidarte, Shinichiro, solo quiero continuar, estoy mal y me doy cuenta de eso... solo quiero poder seguir de alguna manera— decía mientras sus manos se cerraban en un puño sobre la fría tierra.

Una idea estaba en su cabeza... pero decirles eso a los chicos... tal vez lo tomarían a mal, o puede que la apoyarán, no lo sabia con exactitud, pero al menos podía hacer ese último intento, tratar de recuperar de esa manera algo que sentía que había perdido.

N/A: El próximo capítulo es terapia. Además es el final de esta historia.

𝘔𝘦𝘭𝘰𝘥𝘪́𝘢𝘴 𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘛𝘶 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘯𝘪𝘤𝘩𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora