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18 semanas de embarazo.

04:38 a.m. miércoles.

De repente se había hecho rutina que ambos se pasaran la madrugada en el baño.

Takemichi acarició la espalda de Hinata con paciencia y cariño, evitando mirar como ella vomitaba en el inodoro o el también lo haría.

—... ¿Que hicimos, Takemichi? — preguntó Hinata luego de terminar, abrazada a la taza del inodoro — ¿Por qué no usamos protección?

— Si usamos, Hina. — corrigió el pelinegro, llevando unos cabellos de ella detrás de su oreja.

Takemichi retuvo un suspiro. Repentinamente Hinata comenzó a estar muy sensible y lo que más odiaba y la hacía llorar eran las náuseas. No le gustaban en absoluto, y en esas madrugadas el chico solo podía brindarle su apoyo y sustento, sin saber si eso era suficiente para Hinata.

— Extraño la cerveza... — confesó ella, al borde de las lágrimas.

— Okey Hina, tranquila, vas a volver a tomar dentro de poco — le dijo, sonriendo levemente — ¿Crees poder se paciente otros cinco meses?

— Oh dios, ¿Cinco?

— ¡Se abran acabado en un parpadeó! Ya verás. — dijo nervioso al ver cómo ella volvía a querer llorar — Te traeré un vaso con agua ¿Si?, Ya vuelvo.

Se levantó con cuidado y se dirigió directo hacía la cocina, dónde saco un vaso y lo puso debajo de la llave. Se quedó mirando a la nada por un momento, mientras pasaba sus manos por su rostro con pesadez, pero cuando estuvo lleno sonrió brillante y se dirigió de nuevo hacía el baño, dónde Hinata aún estaba sentada, pero ya no abrazada a la taza al menos.

— Gracias. — murmuro ella cuando tuvo el vaso entre sus manos. Dió algunos sorbos, mirando a algún punto perdido de aquella pequeña habitación.

— Llamé a Emma-chan hoy. — comentó Takemichi, sentándose a su lado — Pensé que podrías salir un poco de casa, sin mí o Naoto detrás tuyo.

Hinata sonrió levemente, apoyando su cabeza en su hombro:- Gracias, creo que lo necesito.

Takemichi asintió, comprendiendo sin más.

— Dios... Hace mucho que no salgo — dijo sorprendida —, primero la boda, luego la luna de miel, la mudanza y finalmente el embarazo...

— No hemos tenido descanso desde hace un año. — suspiro Takemichi.

— ¡Oye, tu no hiciste nada!

— ¡El bebé es 50% mío!

— Treinta, en todo caso.

El pelinegro hizo un puchero, para luego soltar una suave risa mientras apoyaba su cabeza sobre la de Hinata.

— Es increíble ¿No crees?

— ¿Que cosa? ¿Que yo planee nuestra boda? — bufó la chica.

— ¡No, eso no! Me refiero a nuestro bebé. Es lo mejor de ambos — susurró acariciando su vientre —, justo aquí.

— Hicimos una persona, tuya y mía. Si, es increíble.

— ¡Somos increíbles! — Takemichi alzó su mano y Hinata choco los cinco con el — y unos idiotas, pero bueno. — río, no creyendo que ella en verdad lo haría.

Hinata sonrió, empujándolo levemente:— ¡Pero si me hiciste prometer que siempre chocaría los cinco contigo!

— Uh, esta bien, pero lee el ambiente la próxima. — se carcajeo, para luego abrazarla por la cintura y atraerla un poco más hacia el — Pero, si, eres increíble Hina. ¡Y nuestro hijo o hija también lo será, cómo tu!

Family. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora