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Takemichi nunca tuvo una mala relación con sus padres, no obstante, no puede decir que es perfecta. Cuando cumplió ocho años sus padres se separaron legalmente. En toda su niñez Takemichi no se había dado cuenta de que eran dos polos opuestos: su padre siempre fue despreocupado, un espíritu libre que amaba los deportes y con una manera intensa de mostrar amor, tan abiertamente que a su madre la llenaba de flores como si de una película se tratase. También siempre apoyaba a Takemichi con sus delirios infantiles, a tal punto de que si un día quería ser un jugador de fútbol profesional, su padre le compraría un balón e irían a alguna cancha pública a jugar, y si al otro quería ser skater, su padre le compraría una patineta y ambos irían a un parque de skateboard y se reirian del mal equilibrio del otro.

Su madre en cambió siempre fue una mujer risueña y consentidora, demasiado blanda y sentimental (Takemichi estaba seguro de que había heredado esas características de ella), siempre abrazando a su padre, tomándolo de la mano o robándole algún que otro beso a escondidas cuando Takemichi no veía. También ella siempre lo regañaba cuando volvía de estar con Kakucho lleno de moretones y con la ropa sucia, pero solo un minuto después ella lo abrazaba y le pedía disculpas por alzar la voz. Al final, ambos terminaban llorando y tenía que ser su padre quien curaba sus heridas porque la mujer no podía seguir viéndolo lastimado antes de volver a romper en llanto.

Sus padres siempre fueron distintos, así como su manera de demostrar amor, y a sus siete años de edad Takemichi se dió cuenta que ese amor que se tenían se rompió, y lo único que los mantenía unidos era él, su hijo. Takemichi nunca entendió eso, porque lo amaban tanto a él como para intentar seguir amandose entre ellos y ser una "familia", porque lo único que lograban eran peleas que Takemichi nunca quiso escuchar, y palabras que jamás creyó que se dirían.

Y se lastimaban, y eso no era amor.

Luego cumplió ocho años, las peleas se intensificaron y un día, mientras Takemichi lloraba en su habitación mientras escuchaba a escondidas una de las tantas peleas, su padre abrió la puerta. Takemichi recuerda ese día con más claridad de la que le gustaría, recuerda perfectamente la expresión sorprendida de su padre al verlo despierto, luego como cambió a un rostro afligido por verlo llorar y, finalmente, el abrazo que le dió.

Lo siguiente fueron las palabras que quedarían en su mente hasta el día de hoy.

— Takemichi, perdón-, perdóname. No puedo amar a tu mamá como me gustaría, hijo. — el hombre mayor lloró y lo abrazo un poco más fuerte (Takemichi jamás lo había visto llorar, como cualquier niño pensó que su padre nunca se rompería así, por eso él mismo lloro más fuerte cuando se dio cuenta de que era tan humano como el) — Cuida a tu mamá, ¿si? cuídala mucho. Yo la adoro, pero ya no así... Ella me dió todo, lo único que he hecho bien es estar con ella y tenerte, así que si, tengo a la mujer más increíble a mí lado, pero desde el inicio nunca fue mía porque las personas no se pertenecen, hijo. Entonces, amala. Por favor, amala mucho.

Lo demás es confuso, una casa más vacía, más fría y solitaria: se separaron un mes después de esa pequeña charla, luego su padre se fue de la casa, y como prometió, Takemichi se quedó con su madre incluso si quería irse con su papá, porque el ama a su madre, y también porque las promesas no se rompen. Y Takemichi no se sintió enojado con sus padres, mayormente porque los vió lastimarse más de lo que pensó, así que el día dónde la última caja de mudanza se fue, Takemichi pudo decir que sus padres se amaban: ya no románticamente, pero si se amaban lo suficiente como para dejarse ir, para saber que estar juntos no era lo correcto para ninguno y que no por dejar de estar casados significaba que se dejaron de amar. Takemichi cree fielmente que esa fue la mayor muestra de amor que se dieron alguna vez. Luego pasaron cosas en el medio: y con eso me refiero a Takemichi volviéndose un pandillero y descuidando su relación con su madre. Nunca se perdonará por eso, pero al menos es un inicio volverla a incluir en su vida, incluso si pasaron años, y las conversaciones aún son incómodas, pero ella sigue siendo su mamá y eso no cambiará jamás.

Family. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora