Fértil

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6 días después de la liberación del suero

La visión de Auron encima de él, montándolo con los ojos nublados de placer y el cuerpo cubierto por una fina capa de sudor, fue el mejor regalo que pudo tener esa mañana. Llevaban ya seis días encerrados en esa habitación, y en ese tiempo se había limitado a cumplir todos y cada uno de los caprichos de su esposo, así que estaba agotado. Pero en momentos como ese, se olvidaba del cansancio y se concentraba en el placer que ese moreno y perfecto cuerpo le regalaba.  

-Luzu... quiero tu semilla... por favor... quítate el preservativo- esa era la quinta o sexta vez en que Auron hacía esa petición. 

Soltó un gemido bajo y sintió como su poder de voluntad empezaba a flaquear, no era como que no quisiera sentir el interior de su esposo sin el látex de por medio, pero estando en su ciclo fértil, la posibilidad de que Auron quedara embarazado era muy alta. No quería tomar una decisión que los afectaría a ambos sin estar seguro que era lo que su esposo quería, aunque ver esos ojos color miel posarse en los suyos con una determinación implacable, le hacía dudar seriamente. 

-¿Estás seguro de esto?, habría un bebé aquí dentro- colocó su mano sobre el vientre del médico, tratando de hacerlo entrar en razón acerca de lo que estaba pidiendo, aunque sabía que no estaba cien por ciento consciente de lo que hacía. 

-Quiero a tus bebés Luzu... por favor... - la cadera de Auron subió y bajó de una manera particularmente intensa, a manera de provocarlo para que tomara la decisión pronto. Y Luzu no se aguantó más, no es como que no hubieran hablado del tema antes, y hacía unos meses que ambos estaban conscientes que un bebé era lo que le hacía falta a su matrimonio. 

-Está bien amor... has lo que quieras- una brillante sonrisa apareció en el bonito rostro del médico, mientras llevaba una mano hacia atrás, se sacaba el enorme miembro, y de un movimiento le quitaba el preservativo.

La sensación de penetrar a su esposo sin ningún obstáculo le hizo soltar un gemido particularmente ronco, y antes de poder contenerse tomó sus caderas y guió los erráticos movimientos. Las nalgas de Auron chocaban contra su pelvis y él gemía delicioso cada vez que su miembro lograba tocar su punto de placer. En verdad era una de esas visiones que llevaba rato sin ver, y la disfrutaría lo más posible.

Luzu sintió  los jalones en su vientre, en una clara indicación de que estaba a punto de venirse, y por el rostro de su esposo, supuso que él también  Así que, enterró sus dedos con fuerza en la suave piel de sus nalgas, y con una última estocada profunda, descargó su semilla en la cavidad uterina del médico.

Auron gimió mientras descargaba su propio orgasmo sobre el vientre de su esposo, y poco a poco el calor empezó a menguar en su vientre, era cómo si la nube que había mantenido su juicio nublado empezaba a disiparse. Sus extremidades dolían, y un cansancio muy por encima de lo que había sentido antes le invadió de repente.

-Luzu...- se llevó una mano a la cabeza, un poco desorientado y con un punzante dolor empezando a extenderse. 

-¿Estás bien amor?- abrió los ojos de nuevo y se encontró con los de su esposo, quién le veía preocupado.

-¿Cuánto tiempo ha pasado desde que entré en mi ciclo fértil?- Luzu tomó sus manos y las apretó con suavidad, sabía que su esposo se sentiría enojado al saber lo que había pasado. Pero no podía ocultarlo siempre.

-Seis días, bueno, estamos en el inicio del sexto día- Auron torció el gesto, y se incorporó ligeramente, lo justo para sentir el miembro de su esposo salir de él, junto con un hilo de semen que escurrió por sus muslos. 

-¿No usaste protección?- Luzu suspiró, sabía que el momento de dar explicaciones iba a llegar eventualmente, pero eso no lo hacía más fácil.

Among Us - Karmaland EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora