Capitulo 1

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   Ya habían pasado tres siglos desde que le echaron la maldición, era un hombre solitario, no quería juntarse con ninguna mujer, todas le recordaban a Elois, nunca se podría quitar de la mente su ultima mirada de suplica.

    Tenia pesadillas todos los días se despertaba sobresaltado todas las noches cuando se ponía el sol.

-Otro día más en esta mierda de vida. ¡Soy un cobarde! me merezco todo lo que estoy pasando. Cuando encuentre a esa puta bruja, va a sufrir  mucho, mucho....-Se levanto directo a la ducha aunque a los vampiros no les gustara ducharse, a Ermen le gustaba sentir el agua caliente bajo su frio cuerpo, estar  limpio le hacia sentirse menos sucio.

-Ya estoy listo para salir a comer algo-Normal que las mujeres de todas las edades se dieran la vuelta  cuando el pasaba por su lado con esos vaqueros desgastados caídos de la cintura, con esa apretadísima camiseta le marcaban todos los músculos, con los brazos al aire enseñando todos esos fantásticos tatuajes,  ese pelo negro tan bien peinado de punta....ocultaba sus ojos con unas gafas de sol porque estaba en su limite. Tenia que alimentarse cuanto antes.

   Su mirada se poso en una joven con un vestido de flores, poquita cosa pero le satisfaría lo suficiente asta que encontrara una presa mayor. Fue siguiéndola tres manzanas mas arriba, hacia la parte mas antigua de la ciudad, le estaba poniendo la cosa fácil, ya que por la parte antigua había  muchas callejuelas oscuras donde la hechizaría y bebería de ella, sin pasarse claro porque solo se alimentaba de sus victimas, nunca había vuelto a matar a nadie por alimentarse, y ni lo volvería hacer .Pero por venganza si volvería a matar y no dejaría a ninguna bruja viva.

    Para su fastidio, la joven ratona se metió en una tienda anticuario, ahora tendría que esperar asta que saliera, con el hambre k tenia….

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    -¡Me importa una mierda si os va bien o mal pero necesito esos documentos ya!¡ETENDIDO!¡Atajo de gandules!.

    Leire Lacrox inspiro hondo y colgó el teléfono, poniendo a parir a los repartidores que le tenían que traer unos documentos muy importantes ya que trataban de su antigua familia.

    Leire tenía la mejor tienda de antigüedades de toda la ciudad, venia gente de todas partes a comprarle a ella, ya que tenía muchas antigüedades y muchos objetos de coleccionistas con un gran valor incalculable.

    Lo último que quería era que por culpa de un repartidor se extraviarán esos documentos ya que llevaba esperándolos una eternidad. Dé repente sonó la campanilla de la puerta de la tienda y se escuchó una vocecilla.

-Hola, Leire soy yo Anne.¿cómo llevas el día?.

    Leire salió de la trastienda a saludar a su amiga, aun un poco malhumorada por su llamada telefónica.

-Hola Anne, gracias por venir aunque llevo un día de perros.-dijo Leire llevándose las manos a la cabeza.

    Anne era la mejor amiga de Leire se conocían de toda la vida, se criaron en el mismo barrio y fueron juntas al mismo cole y terminaron juntas la carrera aunque cada una estudio una cosa. A Anne se le veía una chica muy normal con su pelo marrón sujeto en una cola de caballo y su vestido de flores ,parecía muy tímida pero eso cambia con unas copas de más. Sin embargo Leire era todo lo contrario con su pelo suelto con ondas de un color como la noche, la tez blanca y unos ojos azules impresionantes, con sus vaqueros insufribles que no hacen ni una arruga con lo ceñidos que son, un corseé de cuero negro que parece que se le van a salir las tetas y unos altísimos tacones.......Eran la noche y el día, pero eran mejores amigas.

-A ver, a ver, a ver, ¿qué es eso tan importante k me tienes que decir?, no tendrá que ver con Bill Comper el capullo.-Leire la miro porque no sabía de qué le estaba ablando. Su cara tuvo que ser un poema cuando se dio cuenta.

- No me jodas por dios. Bill es agua pasada, pero bien pasada. NO quiero ni verlo en pintura, pero si sabes que no tuve nada con él. Que todo lo que dijo ese idiota fue mentira.-Anne se quedó mas tranquila al ver que no tenía nada que ver con aquello. Según se rumoreaba que Leire se acostó con el capullo de Bill por unos objetos de coleccionista y que desde entonces Leire se había quedado tan enamorada que iba acosando a Bill por cualquier esquina.

      De repente se escuchó la campanilla de la entrada, ambas se dieron la vuelta y se encontraron con dos hombres, uno de ellos con un paquete en la mano.

-Leire Lacrox? tenemos un paquete para ti.-dijo uno de ellos con una sonrisa torcida. Leire los miro y el corazón se le paro.

    Y de repente todo se volvió un caos.......

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Del Odio al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora