Del Odio al Amor

Capitulo 4

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     Cuando Leire abrió la puerta de su casa le temblaba todo el cuerpo, en cuanto cerró la puerta se apoyó en ella y cerró los ojos fuerte mente, no podía creer todo los acontecimientos del día y menos aún en como había terminado la noche, en como un tío que no conoce de nada le salva la vida le hecha todo en cara, le ayuda con Roko y le da un beso en la mejilla, un beso!! .Estaba tan agotada que no quería ni pensar en esos asquerosos seres, solo quería dormir. Subió la escalera como pudo, se quitó la ropa y se dio una relajante ducha, se secó el pelo un poco con la toalla y se quitó el albornoz y se metió en la cama, odia dormir con pijamas o ropa interior todo le molestaba. Callo en un profundo sueño, en un sueño que solo veía unos ojos negros como la noche, unos ojos que le quitaban la respiración.

     Cuando abrió el ojo, entraba el sol a raudales por la ventana que estaba abierta de par en par. Se quedó mirando la  ventana extrañada, juraría que por la noche estaba cerrada ya que era otoño y por la noche hacia frio. Se levantó y la cerro, se acercó al armario y se puso un pijama, bajo a desayunar y se acordó de que Roko estaba ingresado en el veterinario, fue corriendo a por el móvil a ver si tenía alguna llamada del veterinario por si había habido algún cambio, lo cogió y vio que no avía nada en la pantalla, estaba vacía. Termino rápido de desayunar, subió se cambió y se fue pitando para la clínica.

      Cuando entro en la clínica, en el mostrador estaba una jovencita muy mona que debería ser la recesionista, con una sonrisita puesta todo el rato. Leire se le acerco con cara de pocos amigos.

-Vengo a por mi perro ¿está tu jefe?-la chica la miro con los ojos como platos y la boca abierta, sorprendida de que le hablaran como si fuera poquita cosa, claro que estaría acostumbrada a que le hiciesen muchos halagos por lo guapa y simpática que era, se lo tenía un poco creído, pero con Leire no fue así.-Perdona pero no tengo un buen dio,¿ está mi perro ya? venga no te quedes hay parada sin saber que decir o que hacer.-la joven sin decir una palabra salió disparada del mostrador y se metió para dentro dónde estaban las consultas.

   Hasta Leire se sorprendió a si misma del mal carácter que tenía esa mañana.

-Por dios que asco doy hoy…-se dijo para ella.

   Al cabo de un momento, salió la creída conquista sonrisas acompañada del veterinario que les atendió ayer por la noche.

- Buenos día señorita Leire, ¿no tiene un buen día hoy?-Leire fulmino con la mirada a la chica, que se puso roja como un tomate.

-No, no tengo un buen día hoy. Bueno como veo que no me ha llamado durante la noche Roko debe haber pasado buena noche.-dijo Leire un poco más amigable y con una pequeña sonrisa.

-Pase conmigo que Roko está esperándote, es un buen perro y se nota que la echa de menos.-pasaron al cuarto dónde estaba Roko, el cual en cuanto la vio se puso a ladrar y a gemir de alegría. Se le notaba que le dolía .

   Leire se agacho y empezó a acariciar a su mejor amigo, lo miraba por todos los sitios para ver que estaba bien y que no estaba peor.

-Eeeyyy amigo, ¿Cómo estas cachorro? eh bonito-Roko lamia todo el rato a su dueña contento de tenerla a su lado.-¡pero que sucio estas! En cuanta te recuperes te toca baño.

  Leire se acercó al escritorio donde estaba el veterinario, este la miro y le dio los medicamentos que le tenía que dar y le estuvo explicando de cómo dárselas y como curar a Roko los puntos de la operación.

-Bueno pues esto es todo, ya te lo puedes llevar a casa, si ves que tiene fiebre, vomita, etc..  lo traes para que lo vea lastima se ponga peor.-se agacho a acariciar a Roko-Bueno amiguito, espero no verte por aquí en mucho tiempo, eso sí para tus vacunas aunque no te guste que te pinchen tienes que venir.-le dijo el veterinario a Roko.-Bueno Leire lo mismo te digo no quiero verte por aquí hasta sus próximas vacunas-dijo el muy amable.

Leire sonrió y le dio las gracias por todo, y que ya se verían, hablar con el veterinario le levanto un poco el ánimo, cogió a Roko y se fueron.