Verdaderos colores

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Adrien revisaba su mochila, sacando una a una sus cosas para la clase, cuando Marinette entró en el salón de clases, sonriendo como el gato que recibió la leche y tarareando una alegre melodía en voz baja.

Nino, sentado junto al rubio, vio ese comportamiento optimista y le sonrió. 

- Bien, ¡alguien está de buen humor hoy!.- Remarcó.

Marinette asintió.

- ¡Claro que lo estoy! ¿Dónde está Alya? ¡Quiero que escuche esto!.

- Llegará un poco tarde.- dijo Nino.- ¿Por qué? ¿Qué quieres que ella escuche?.

Marinette miró hacia la puerta mientras Henri entraba al salón de clases, y Adrien tenía que intentar calmar la sensación enferma en su estómago una vez más.

- ¡Tengo un gran anuncio!.- Gritó Marinette sonriendo a toda la clase, quienes respondieron deslizándose hasta el borde de sus asientos, mirando a su representante de clase con los ojos muy abiertos para mostrar que estaban prestando atención.

Los ojos verdes de Adrien tomaron un tinte de sorpresa cuando Marinette se acercó y tomó la mano de Henri, entrelazando sus dedos con los suyos.

Ella dirigió una mirada suave y dulce al castaño. Adrien tragó saliva. No estaba seguro de qué diría a continuación, pero tenía la sensación de que no le iba a gustar. Marinette volteó a mirar hacia sus amigas y declaró:

- ¡A partir de ayer por la tarde, Henri y yo somos una pareja oficial!.

Adrien sintió como si el suelo se hubiera derrumbado debajo de él, dejándose caer en un vórtice interminable de oscuridad. Un agujero negro se abrió en su pecho, amenazando con hundir todo lo que había allí. Se volvió insensible a todo lo que le rodeaba. Lo único que podía sentir era su corazón latiendo con fuerza, tanto que podía escucharlo en sus oídos.

El resto de la clase, sin embargo, pareció sorprendido. Sabían desde hace un tiempo que Marinette estaba enamorada de Adrien. ¿Cómo habían cambiado las cosas tan rápido? Aun así, parecía bastante feliz, sonriendo a Henri. Era mejor que no se interpusieran entre eso.

Nino carraspeó.

- ¡Eso es genial, Marinette! ¡Tu primer novio! Esto es muy importante.

- ¡Sí, Marinette!.- Añadió Nathaniel.- Estamos muy felices por ti.

- ¡Creo que ustedes dos hacen una linda pareja!.- Rose suspiró románticamente.

- Debo admitirlo, Dupain-Cheng.- dijo Chloe.- Escogiste bien. Ese chico es simpático y parece buen partido.

Marinette sonrió mientras la clase la colmaba a ella y a Henri con dulces palabras de apoyo. Todos menos uno.

Vio a Adrien sentado en la primera fila, con la cabeza gacha.

- ¿Adrien?.- él miró hacia arriba, sacudiéndose como si acabara de despertar repentinamente de una pesadilla. 

"Si tan solo fuera una pesadilla y no una realidad", pensó. 

- ¿Adrien? Has estado muy callado.- él dudó en responder. Los ojos zafiro de Marinette eran suaves, como los de un cachorro, suplicando silenciosamente por su aprobación de su relación.

¿Cómo podía decirle a Marinette que no le agradaba Henri? ¿Que no sentía que se podía confiar en su novio?.

No, no podía arruinarle esto. Había visto la forma en que ella había mirado a Henri antes de hacer el anuncio. Como si fuera el único chico que había visto en su vida. Todo lo que tenía para respaldar su desconfianza hacia Henri era un mal presentimiento en el estómago. 

UN LOBO DISFRAZADO DE OVEJA【MLB】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora