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– Bien, ya estoy aquí, primera fila para ver el caos que se va a formar con todo esto.

– Me sorprende que teniendo la tela de su capucha en la boca, Kenny sea tan chismoso – Tweek le da casi arrojado un pedazo de pastel de chocolate que Stan pidió para poder sentarse en el café.

– Vamos, prácticamente estoy involucrado en este asunto aunque sea de manera lejana. Es prioridad que yo vea lo que pasará aquí. Piénsalo de este modo, si las cosas comienzan a ponerse feas, puedo meterme a detenerlos.

– ¿A detener a quién exactamente? – Preguntó el rubio con burla, entrecerrando los ojos y juzgando sus palabras.

– Pues habría que evaluar las posibilidades. Si intentó detener a Damien me quema, si intento detener a Craig me deja en coma; tengo que ver la balanza y saber qué tengo a mi favor antes de cualquier decisión apresurada.

– Solo eres un chismoso – Confirmó Tweek, negando con la cabeza – Y un cobarde – Terminó con una burla. Marsh hace un ademán de infarto.

– Ouch, golpe bajo; mi corazón... Yo, ya no veo nada, solo manchas – Y dramatizando comienza a palpar cosas en la mesa como si realmente no viera una mierda. Cuando llega a la ropa de Tweek, este le aparta con un manotazo.

– ¡Ya! ¡No seas un idiota! ¡Sí continuas con esto vas a asustarme de verdad! – Stan se deja caer en el respaldo de su asiento, ojos cerrados y lengua afuera, simulando estar muerto ante el manotazo.

Tweek se debate entre sacudirlo y decirle que deje de bromear o comenzar a hiperventilar porque su amigo puede estar sufriendo un infarto. Por suerte –ya sea buena o mala– para él, Damien entra en la cafetería, seguido de Pip y Kenny.

– ¿Listos para el malentendido del siglo nivel 2? – Preguntó Kenny, haciendo que sus dos acompañantes le mirasen confundidos – Ah sí, perdón. Ustedes no estuvieron presentes en ese momento. Fue hace tiempo, de lo que hubo de que todos follaban entre todos y algo así.

– ¡Kenny! – Regañó Stan incorporándose y dejando de lado su pequeño teatro. Él y Tweak sonrojados ante las palabras del chico pobre.

– No sé si sentirme aliviado de no haber estado ahí, o nervioso de estar ahora aquí.

– Tal vez un poco de ambas.

Los demás chicos se sentaron en la mesa junto a Stan.

– ¿Y bien, cuál es el plan?

– Craig debe llegar en unos minutos, entonces, Damien y Tweek van a alejarse de nosotros, no tan cerca para no levantar sospechas, pero tampoco tan lejos como para que no les podamos escuchar.

– Ese no es un plan, McCormick, es solo tu lado chismoso saliendo a la luz.

– Bien, culpable – Admitió – Solo convérsenlo con él, pero si pasa algo aquí estaremos para ayudar.

– Sí – Concordó Stan, asintiendo junto con Kenny.

– No se preocupen, chicos, si alguno de ellos graba algo, les diré para que se los quiten – El comentario de Pip tranquiliza a los dos involucrados mientras que los otros solo sienten la traición en el pecho.

– Fantástico, ahora solo queda esperar a que tu novio venga y...

– ¡STANLEY MARSH! – Un grito fuerte suena desde la puerta de entrada donde la campanita ha sonado. El aire frío se mete por ahí contrastando con el cálido interior de la cafetería.

– Oh, mierda – El mencionado se hunde en su asiento desapareciendo brevemente de la vista ajena.

– Bienvenido, Kyle, ¿En qué puedo ayudarte? – Se acercó Tweek intentando salvarle el pellejo a ese idiota.

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