Tras el acuerdo de matrimonio con el discapacitado

Capítulo 4 ¡Qin Shao es demasiado bueno con él!

Vió que la familiar silla de ruedas se detuvo silenciosamente en la puerta de la sala del piano sin previo aviso.
— Shao Qin, eso ... ¿por qué te levantaste tan temprano hoy?— Por la frente del hombre se deslizó un sudor frío, y cambió su arrogancia antes de decir: —¿Tu salud está mejor?

Qin Yi estaba sentado en su silla de ruedas, su rostro pálido estaba extremadamente frío e inexpresivo. No dijo nada, pero su cuerpo mostraba una presión indescriptible, haciendo que el hombre frente a él se inclinara y se arrodillara, sin atreverse a mirarlo.

Shen Ci dio un paso atrás y contuvo la respiración un poco.
Qin Yi no lo miró, sino que observó en silencio a la persona frente a él, como si esperara que le diera una explicación razonable de esa disputa.
El sudor frío en la frente del hombre aumentaba cada vez más, casi hasta el punto en que estaba temblando. Finalmente levantó la cabeza y apretó los dientes diciendo:
— Shao Qin, dijiste que no te gusta que otros toquen tus cosas, este Shen ... El joven maestro Shen acaba de 'tocar' tu piano, temí que te enojaras, así que le hablé para detenerlo, yo...

Shen Ci frunció el ceño:
—No toqué el piano.

Qin Yi no pareció escuchar su excusa, sus ojos aún se detuvieron en el hombre, su expresión se volvió más sombría, sus labios sin sangre se abrieron levemente, su voz era baja y ronca, mezclada con una ira casi fría.
—¿Será tu turno de señalar con el dedo?

—¡Shao Qin!— El hombre se arrodilló en el suelo de repente, — ¡Me preocupa que tu piano se rompa!

La repetida mención de la palabra 'piano' pareció hacer que Qin Yi se sintiera aún más infeliz. Arqueó las cejas, apretó los dedos en el apoyabrazos de la silla de ruedas y dijo con enojo:
—¡Largo!

Cuando el cuerpo del hombre se puso rígido, supo que estaba haciendo enojar a Qin Shao nuevamente.
— Dije que te fueras— Qin Yi lo miró con frialdad— quiero que te largues de la familia Qin y desaparezacas para siempre de mi vista.

—... ¡Qin Shao!— El hombre volvió la cabeza con asombro, —¡Me equivoqué, dame otra oportunidad por favor!

— No dejes que lo repita por segunda vez.

El rostro del hombre se puso pálido, su frente se llenó de venas azules, miró a Shen Ci con crueldad y salió corriendo de la habitación sin mirar atrás.
Shen Ci sintió que había hecho algo mal. Esta persona obviamente lo estaba regañando, por lo que se avergonzó de mirarlo.

Ese tipo valiente y prestigioso frente a él era Qin Shao, debía decir algo. Mientras pensaba, vio pasar la silla de ruedas de Qin Yi y rápidamente quiso detenerlo y darle las gracias, pero antes de que pudiera hablar, la silla de ruedas se detuvo repentinamente, el hombre en la silla le dio la espalda y su voz fue todavía algo baja.
—¿Te gusta el piano?

Shen Ci se sorprendió, asintió desesperadamente y recordó que la otra parte no podía verlo al estar dándole la espalda, por lo que tuvo que decir:
—Me gusta.

La voz del niño es muy obediente, con una voz clara y limpia que es única para esta edad.
Los pálidos y largos dedos empujaron el "asa" de la silla de ruedas y salieron de la sala del piano.

Shen Ci: '...'

¿Se ha ido otra vez?
Se quedó un poco confundido ante la escena.
Tan pronto como miró hacia arriba, vio al mayordomo acercándose a él. Este último parecía haberse levantado y le sonrió disculpándose:
— Lo siento mucho, Qin Shao... ¿Lo asustó.? 

—Ah, no, está bien— dijo Shen Ci. No fue impactante, pero fue un poco extraño.

Sabía que Qin Yi estaba de mal humor, pero su actitud en este momento... no lo miró de principio a fin, sino que le preguntó si le gustaba el piano antes de irse. Además, cuando regañó al hombre hace un momento, parecía estar reprimiendo deliberadamente su tono, no se oía tan irritable como el día anterior.
Su voz también era más apagada que antes.