C A P I T U L O 8

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"¿Quién atoro el balón detrás del aro?". El grito del entrenador lleno toda la cancha.

JooHeon estaba en el carrito de pelotas apenas tomando otra, se quedó estático cuando escucho al hombre.

"Digan ya ¿Quién lo hizo?". JooHeon trago saliva aun de espaldas.

"Les he dicho mil veces- ".

"Fue JooHeon entrenador". El nombrado cerro los ojos fuerte, ese había sido JaeBeom.

Algunas risas se escucharon, entonces JooHeon fue dolorosamente consciente del hombre caminando hacia él, hasta sentir su gigante mano en su hombro.

"E-Entrenador, l-le juro que fue un accidente". JooHeon veía el hombre por su mirada periférica.

"Claro". La voz del tipo aterradoramente suave. "Sabes JooHeon, el conserje necesitara ayuda, así que trapearas toda la cancha después de la práctica, justo después de que vayas por la escalera para bajar mi balón favorito ¿De acuerdo?".

Los hombros del castaño cayeron. "Si entrenador". ¿Cómo que balón favorito si todos lucían jodidamente igual?

"Bien jóvenes, eso es todo por hoy". Volkov hizo sonar su silbato.

Todos y cada uno de los estudiantes pasaron por donde estaba JooHeon, para depositar en el carrito sus balones. JooHeon bajo la mirada, tomando el carro por la agarradera, listo para empujarlo una vez que todos salieran.

ChangKyun fue el último en acercarse a dejar el balón, JooHeon no había podido hablar con él en los dos días que habían tenido prácticas, tampoco pensaba hacerlo en ese segundo, luego de la humillación del entrenador. El de lentes comenzó a empujar el carrito, cuando escucho a alguien llamarlo desde la entrada.

"JooHeon". El corazón del nombrado dio un vuelco al oír la voz, y giro para corroborarlo. "Si golpeas la canasta con otro balón, el primero caerá".

Y ChangKyun se había ido.

¿Qué?

JooHeon seguía con su mirada en la puerta mirando el vacío. ChangKyun le había hablado, le había hablado a él, lo había ayudado, había dicho su maldito nombre. El castaño deslizo sus lentes, antes de que una estúpida y ridícula sonrisa de hoyuelos se formara en su rostro.

Y si se emocionó y celebro como un patético adolescente enamorado, él fue el único en presenciarlo.






. . .




JooHeon estiró sus brazos doloridos una vez que entró a los vestidores, el equipo ya había salido hace más de veinticinco minutos, frotó su cuello, no le importaba perderse el almuerzo, ya era demasiado tarde de todas maneras.

El castaño caminó por frente a las puertas, yendo a su casillero provisional, cuando algo llamó su atención.

Una puerta estaba levemente abierta, el locker número 26, el casillero de ChangKyun.

JooHeon lo miró, sintiendo genuina curiosidad por ver dentro. Había una línea divisora entre la ardiente atracción que JooHeon tenía por ChangKyun y revisar sus cosas como un maldito y pervertido acosador. Él definitivamente no debía.

Pero si JooHeon se ponía a pensar, él tampoco debía tratar de entrar al equipo solo para estar cerca del menor, él no debía mirarlo como un adicto miraría su sustancia favorita, no debía fantasear con abrirse paso entre sus piernas, mucho menos masturbarse luego de sus sueños eróticos... de pronto esa línea se veía ridículamente delgada.

Nobody Likes ChangKyun [JooKyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora