PARIS SAWYER
Toda mi vida se basa en el uniforme que ahora porto.
Desde el primer momento en que fui consciente que en esta tierra solo existo yo, que nadie más me espera, que nadie ruega por mi regreso, supe que mi carrera sería y tenía que ser unirme al ejército.
Pasé los años en el orfanatorio pensando en el día en que mi cumpleaños dieciocho me echarían a la calle. Tenía que tener un plan de respaldo por lo que días antes de cumplir la mayoría de edad, hice que firmaran para mi ingreso.
No tengo nada afuera de esta base, no tengo una familia como la mayoría de aquí que cada fin de semana reciben cartas y visitas o salen de la base esperando encontrarse con sus familiares, a diferencia suya, los fines de semana suelo beber hasta perder la consciencia y buscar problemas, porque es lo que literalmente, mejor me sale.
Entrené duro. Ser mujer y estar en esta rama significa que van a tratar de pisotearte cada vez que les sea posible, mas si notan que tu sentimentalismo puede más que tu fuerza es por eso que me formé para ser peor que ellos. Soy fuerte, inteligente, astuta y demasiado embravecida para su propio bien.
A lo largo de mi carrera tuve que enfrentarme a manoseadas, insultos, abusos de autoridad, injusticias pero jamás me había topado con alguien tan extraño como el Mayor Aaron Mosele.
Intenté entrar a la Delta Force durante más de cinco años y todas esas veces me rechazaron por tener una vagina. Siempre llegaba al punto de encuentro puesto que por méritos debian hacerme llegar hasta ahí pero el hombre al mando me envió a casa esas cinco veces. Entrené duro, les hice ver que soy un buen soldado no por nada conseguí ser teniente pero jamás lo vieron, hasta que llegó este hombre.
Algo en él me incita a demostrarle que puedo hacer más de lo que cree y creo que se debe a que finalmente alguien está admirando mi potencial. Jamás había llegado así de lejos, nunca en mi vida había realizado el circuito de disparos a ese nivel tan alto, ni peleado en combate cuerpo a cuerpo con otro soldado de su nivel.
Me gustan los retos, y siento que esta experiencia va a sacar lo mejor de mí.
—¿Por qué estás tan distraída?—me volteo a ver a Jackson desnudo, con el miembro en la mano tratando de mantenerlo erecto.
No le respondo porque siento vergüenza ajena de verlo de esta forma.
Suelto un suspiro, siempre digo que soy fuerte pero cuando se trata de sexo pocas veces puedo contenerme. Dije que no regresaría con Jackson y aquí estoy, rogando por al menos tener un poco de satisfacción.
—Nena, ven a la cama—ruega.
Me pongo de pie caminando desnuda hacia el baño. Tomo una toalla del gabinete abriendo la regadera, dejando que el agua me limpie todos los rastros que ha dejado en mi cuerpo y es que cuando ya no tengo interés es al vicio. Intenté por todos los medios llegar a sentir algo por él, una mínima chispa que me avisara que podríamos retomar la relación donde la dejamos pero evito mirarme al espejo, porque sé que mis ojos dirán todo lo contrario.
No termino de lavarme el cabello cuando escucho la puerta abrirse nuevamente.
—¿Será que vas a poder mirarme a la cara de nuevo?
No me volteo, sé quién es y por eso continúo en silencio como me he mantenido todo este tiempo. Aún no he dado una respuesta concreta y es que soy demasiado dura, pero sé con certeza que si termino mi asquerosa relación con Jackson no me quedará nadie en este mundo porque él es lo más parecido a una familia que he tenido en toda mi vida.
El sentimiento de soledad es bueno cuando tú lo buscas, no cuando te lo impone el mundo.
Siempre me he sentido excluida de todo y salir del orfanato, donde al menos todos éramos iguales hasta que llegaba el momento de que un afortunado fuera adoptado, me hizo sentir lo mismo pero triplicado. Conocer a Jackson fue especial, juro que al principio creí que verdaderamente me había enamorado de él, que todo lo que pasamos juntos era especial y que podíamos llegar a tenerlo todo. Llegó un punto en que pedí las mismas misiones y transferencias a su misma locación solo para estar juntos pero el que me engañara me hizo notar que en realidad eso solo fue un espejismo de lo que mi mente quería o pedía a gritos.
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Entre Infieles y Perversos (AQS#6)
RomanceDicen que nada aumenta más la lujuria y la sed de pecado que lo prohibido, y eso Aaron Mosele lo sabe muy bien. Y es que al regresar después de una misión de meses, con nuevo rango y un nuevo trabajo, no pensó jamás que se encontraría a alguien como...