El joven Kim Youngjo estaba en un estado inconsciente pero consciente. Su cuerpo no respondía pero su mente sí. Estaba en el tan llamado "Vacío Infinito". ¿Cómo llegó ahí? No lo sabía.
La voz anterior que escuchaba, sentía que se acercaba poco a poco. Ahora que estaba cerca, era conocida pero... ¿de quién sería? Prontamente sintió...
"¡Youngjo, despierta!"
¿Qué fue lo que había pasado? Ravn abrió sus ojos tan rápido que tuvo que cerrarlos nuevamente porque sintió la luz de la lámpara clavándole pequeños cuchillo de luz en sus pupilas. Se restregó los ojos con sus dedos y los fue abriendo despacio para acomodarse a la luz de aquella habitación, su habitación.
Quedó anonado al darse cuenta que todos estaban allí viéndole. No entendía porqué estaban así, si se supone que... ¿fue un sueño?
"¡Ravn, por Dios!" Hwanwoong le dió un fuerte abrazo por los hombros. "Al fin despiertas, creímos que te habías muerto."
El pelinegro seguía sin comprender nada, las piezas del puzzle en su cabeza recién comenzaban a armarse después de lo sucedido.
"Idiota, ¿acaso querías nuestra atención al haberte desaparecido por cinco horas?" Leedo le golpeó el hombro derecho, lo cuál le generó un pequeño dolor.
"¿Nos querías matar del susto?" Ahora el que habló fue Keonhee, quién fruncía su entrecejo al hablar.
Youngjo se preguntaba cómo pudo dormir durante cinco horas seguidas, ¿acaso estaba muy cansado? No lo sabía pero estaba totalmente sorprendido.
"Ya basta, no lo bombardeen con más preguntas o sus ojos se agrandarán tanto que se saldrán de sus cuencas." Seoho quiso ser irónico con lo dicho, pero lo único que recibió a cambio fue un pellizco de Woong.
"Es mejor que vayamos a cenar ahora, se está haciendo tarde." Miró de reojo a todos y por último se quedó viendo a Ravn. "Que bueno que hayas revivido bello durmiendo."
Hwan echó una carcajada y se levantó del borde donde estaba sentado. Caminó hacia la puerta del dormitorio y salió, rumbo a la cocina. Los demás chicos hicieron lo mismo, dejando a Kim solo, otra vez.
El último nombrado seguía en un estado de trance, pero sabía que debía ir rápido a la cocina o lo dejarían sin cena. No podía creer que todo aquello fuera un sueño, o se supone que fue así... ¿no?
FIN.
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zigzag | ravn
أدب الهواةgirando al rededor de tí los siete días y veinticuatro horas. cada hora, una carta. ➳ cartas, diario de vida. [ todos sus derechos reservados ]
