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Un olor ácido y picoso se acercó a mi nariz, haciéndome estornudar y sorber por esta. Era muy desagradable la sensación de aspirar este gas, hacía que mis fosas nasales quemaran. Prontamente una tos repentina se hizo presente en esa habitación, que al parecer era pequeña. Mientras tosía, retrocedía y mi espalda chocó con una pared temprana. Sentía mi garganta quemarse, al igual que mi nariz, pero estaba ya chorreaba sangre y no sentía ningún olor.

Cada segundo que pasaba perdía más la conciencia, haciéndome sentir mareado y con un fuerte dolor de cabeza. Mis piernas se debilitaban y perdían fuerza. Al estar apoyado en la pared, la caída no fue tan cruda.

La pesadez que consumía mi cuerpo me quería matar, eso lo tenía muy claro.



zigzag | ravnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora