Capítulo 3

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 Advertencia, mención de abuso.

Él, no había nadie más que él.

La simple acción de abrir los ojos supuso un gran esfuerzo, pero Harry no tuvo otra opción. Una vez más tenia agua hasta la barbilla, rozando su labio inferior cada tanto, y se sacudió como una bestia salvaje antes de verlo.

Harry se congelo, innumerables palabras murieron en sus labios cuando los dedos del Señor Oscuro se cerraron alrededor de su espasmódica garganta, manteniendo a Harry en su lugar en esa... bañera.

El brazo en cuestión tenía la manga enrollada, protegiendo el costoso material del agua caliente que sumergía el tembloroso y desnudo cuerpo de Harry. Y Voldemort, su involuntario salvador, miraba a Harry como si no deseara nada más que la oportunidad de hundir su cabeza bajo el agua hasta que su existencia fuese borrada de la faz de la Tierra y su legado se desvaneciera en la nada.

—Tu suerte se anunció como una oponente digna de mi grandeza —dijo el hombre arrastrando las palabras, su agarre en la garganta de Harry se tensó hasta el punto de casi asfixiarlo—. Aquí estaba yo... esperando a que los últimos días de tu cordura llegaran a su fin, que tu castigo te fuera entregado... Cuando decidiste ahogarte, obligándome a acudir en tu ayuda sin un solo lamento de tu parte. Dime, niño... ¿Cómo es eso justo?

Harry jadeó por aire, sus manos empapadas cubrieron las de Voldemort, antes de que finalmente le soltara, le empujara y que su nuca chocara bruscamente con el borde de la bañera. Y, a pesar de estar lejos de estar a salvo, estaba más seguro ya que no estaba bajo el control físico del Señor Oscuro.

De una sola pero larga mirada, el monstruo era más monstruoso con su aparente mundanidad. Un hombre impresionantemente hermoso en apariencia y vestimenta, un hombre inclinado sobre la bañera de Harry mirando, no a su cuerpo como un común depredador sino, a sus ojos. Ojos que prometían un dolor inigualable, noches y días de terror, y todo lo opuesto a la paz y la seguridad. Prometiéndole a él.

—Yo... ¿¡Dónde estoy!? Qué...

—Si dejas esta bañera antes de que lo permita, te doy mi palabra que te cortaré ambas piernas y te veré bañarte en esa agua mientras se llena con sangre. Incluso tal vez te obligue a beberla, solo porque puedo. Técnicamente hablando, no necesito todo tu cuerpo como recipiente para que mi horrocrux crezca y prospere.

>Te preguntarás, ¿Cuál es el propósito detrás de este baño? Prevenir enfermedades —escupió la palabra, un mechón de cabello oscurecía su ardiente mirada—. La neumonía es lo último que querrás en estos tiempos oscuros, Harry Potter -nada más que mi bendito horrocrux- así que quédate aquí como un buen chico antes de que cumpla mi promesa. Una vez todo hecho, vístete con lo que hay en esa silla —señaló el único mueble movible del baño de mármol— y ven a conocerme. Para nuestro mutuo pesar, las terribles circunstancias nos empujaron a una tregua tentativa con la esperanza de sobrevivir.

Hubo otra mirada penetrante acompañada de una mueca, como si las propias palabras de Voldemort fueran veneno en su boca, antes de que el hombre alcanzara su imponente y monstruosa altura. Su sombra alcanzó el alto techo antes de que se alejara de la bañera y abandonara la habitación, como un actor que sale del escenario principal hacia el público, Harry, solo podía templar de anticipación.

Se escuchó el clic de la puerta al cerrarse y las manos de Harry presionaron su boca mientras todo su cuerpo se estremecía en un grito. Era demasiado tarde para cualquier cosa que no fuese el terror y la negación, las cuales se entrelazaban hasta el punto de unirse. Todo lo bueno en su vida se derrumbaba a su alrededor, sin dejar nada más que la diversión del monstruo.

Él dice "odiarme" | Tom Riddle - Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora