⍉ Capítulo 2 ⍉

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Si, quería llorar

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Si, quería llorar. La última vez que pisó la pista de patinaje fue en un momento tan desesperado que no pudo disfrutarlo, pero esta vez era distinto, se aseguraría de que lo fuera.

—¿Qué esperas, Yuu?— la voz de su entrenadora la alentó a pisar el hielo, sonriendo con alegría la, ahora, niña pisó el hielo. 

Tocando la cadenilla en su cuello, juro no acobardarse nunca más y hacer todo lo posible por no arrepentirse de su futuro. 

—¡Souta! ¿Dónde estás? ¡vamos, sal, ya no te molestarte!— la voz escandalosa, acompañadas con risas de por medio sacudió el corazón del niño pequeño

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—¡Souta! ¿Dónde estás? ¡vamos, sal, ya no te molestarte!— la voz escandalosa, acompañadas con risas de por medio sacudió el corazón del niño pequeño. 

El no entendía cómo las cosas se habían vuelto así, apenas hace un rato estaba jugando con su gemelo en el arenero; sin embargo en algún momento su gemelo se separó de él. Luego de buscar por los alrededores no lo encontró, pero lo que sí encontró fue a sus abusadores, los cuales ahora le perseguían. 

Desesperado, corrió sin rumbo fijo buscando donde esconderse. Con el miedo que le carcomía, su velocidad aumentó; hasta toparse con un grupo de personas, pensando que lo mejor era estar con adultos que lo defendieron se pegó a ellos. 

Luego de seguirlos, entró a un gran edificio en el cual se podía leer en grandes letras: [Pista de patinaje]

Sin prestarle el menor cuidado al lugar, siguió mirando a los lados esperando no ver a sus agresores. Pero al parecer no fue su hermano quien se separó, sino el pues antes de poder reaccionar el grupo de adultos al que seguía ya no estaba. 

—¡Ahí está!— al escuchar tal voz, todos los pelos en su nuca se pusieron de puntas, corriendo entre la gente y en camino empujando a algunos, el pequeño ogro abrió una puerta al azar y entró al lugar. 

Después de cerrar la puerta lo más rápido que pudo, suspiro con alivio al escuchar como los pasos acelerados y los murmullos llamando su nombre, pasaban de largo la bonita puerta roja. 

Por fin después de correr por más de quince cuadras se permitió respirar, mirando a su alrededor pudo adivinar que era una pista de hielo, aunque eso era demasiado obvio.

Con la curiosidad picando como aguja la tela, se acercó un poco más a la pista, donde sólo pudo ver a una niña de cabellos lacios y cortos, por lo lejos que estaba no pudo distinguir mucho de ella, aunque lo que sí resaltaba eran sus patines verdes con ranitas en ellos; y a una mujer de cabellos rojizos muy alta, mantenía una expresion muy sería en su rostro. 

La mujer pareció decirle algo a la niña que solo asintió y regresó a la pista, Souta no sabe cuánto tiempo miró a la joven; para sus inexpertos ojos cada cosa que hacía se veía asombrosa, sus vueltas, giros, pasos, todo. En su rostro no había una sonrisa pero por alguna razón sintió que estaba disfrutando todo, como si no importara cuanta vez la alta mujer la regañara o las veces que cayera al suelo; todo parecía tan ajena a ella. 

En algún momento la niña parecía no poder realizar algo, como si su alma ya hubiera dado cinco pasos, mientras con su cuerpo solo daba dos; de cuclillas apoyado en un barandal que separaba la pista del escenario, el pequeño susurraba una y otra vez. —tu puedes— su ceño parecía aún más arrugado y se concentró demasiado. 

—¡Buuu!— El estruendoso grito de su gemelo lo asustó, y pegó un grito al cielo, mientras caía de pompas. 

Riendo de manera ruidosa y sosteniendo sus estómago, Nahoya se burló de su hermano —deberías haber visto tu cara Sou— entre risas le dijo. 

Por otro lado al más chico cambio de un ceño fruncido por concentración a un ceño de molestia, por primera vez tenía muchisisismas ganas de golpear a su copia. 

—No es gracioso Oni-chan— tomando la mano ofrecida, se levantó sobando su retaguardia que recibió todo su peso.

—¿Qué hacen aquí? Esta es una sala privada— la voz molesta de la Srta atrajo la atención de los hermanos, Nohaya estaba más que listo para discutir con la mujer. Con su usual sonrisa se adelanto; sin embargo antes de decir algo, la mano de su hermano lo jalo. 

Con el corazón en la boca y la cara roja Souta salió corriendo con su hermano, quería buscar un hoyo y enterrarse en el por siempre. ¡Ella lo miró! La mirada curiosa de la niña se poso hace un momento en ellos. 

—¡Souta! ¡mas lento!— Aún con la sonrisa en su rostro, smiley pidió al ser brutalmente jalado por su hermano, el juraba que casi siente como su brazo se rompió. 

—¡ahg!— callando de boca por una roca y con su gemelo sobre el, Angry juraba que nada más podría salir mal. Aún después de correr cuatro cuadras podía sentir su cara roja y no por el cansancio, quedándose en el suelo, suspiro. 

'¿Por qué tenía que su hermano encontrarlo? ¿Tan difícil era que se olvidara de él por un rato más?' El pequeño Souta, que hace un rato estaba desesperado por estar separado de su hermano, en este momento solo podía mirar con desprecio al contrario, '¿por qué había nacido con un hermano tan tonto?' 

Soltando un suspiro, miro a Nohoya,y quito la mirada, soltando otro suspiro cansado. 

Por otra parte el chico sonriente, miro esta acción llena de desprecio y se preguntó '¿ahora que hice?' 

Por otra parte el chico sonriente, miro esta acción llena de desprecio y se preguntó '¿ahora que hice?' 

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Primera aparición de nuestro bonito ogro ♡ 

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❝ Uncanny ❞ ⍉ Souta Kawata ⍉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora