💲 ▭▭ 𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘁𝘄𝗲𝗹𝘃𝗲.

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xii. But there's a side to you
That I never knew

 But there's a side to youThat I never knew

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Con el cuerpo adolorido y la garganta seca, logra sentarse en la cobija. En este instante la soledad no estaba haciendo compañía, sin importar lo pequeño del colchón el hombre descansa con el brazo envuelto en ella. Algo en ella cambió, no tenía fuerzas, debajo de la ropa estaba acorralada una tira desgarrada de sábana que una vez fue blanca, tapando su herida.

Volvió a bajar a la cama, tiene la cara suave y pacífica, el pecho le sube y baja con tanta tranquilidad. El cabello negro a un lado y despeinado, pasa la mano sobre él. Acariciando delicada las mechas, siguiendo por el rostro. Nada va a durar para siempre, quería aprovechar la vista de alguien que por primera vez amó, y también la ama. Tuvo una visión, una bastante tonta, una fantasía. Una mañana dónde el sol no paraba de brillar, en las mismas posiciones solo que, en una cama más grande, sin preocupaciones, solo reposando sus cuerpos. Envuelta en sus brazos y apareciendo el contacto de su piel en la de ella, la puerta rechina y una cabeza pequeña se asoma. Un niñito de ojos rasgados y cabello oscuro aparece, con piyama de animales dibujados y un osito en sus manos. Camina y se escurre entre los dos, sacando risas somnolientas, disfrutando cada instante.

Si lograban salir juntos, deseaba que eso fuera realidad. Felices con un hijo, una hermosa casa. ¿Le gustaría tener hijos? ¿De qué color sería la habitación? Blanca y adornada con muebles acomodados. Seguro pensaba mucho a futuro.

Besó su cabeza y mejillas, hundiendo sus labios en la piel como si fuera a romperse.

─ Gracias por cuidarme ─ susurra en su oreja.

Ahora todo era visible con la luz blanca encendida. Un ruido abre las puertas, los soldados se destacan con un ataúd en las manos. Alza sus cejas siguiendo el mismo camino que ellos. Miró alrededor, un hombre el que ayer pedía salir estaba colgado de un fierro, con la sábana amarrada al cuello. El cerdo se llenó una vez más, aumentando la cifra del premio y bajando el número de jugadores.

─ Atención por favor, el quinto juego va a comenzar en breve. Todos los jugadores, por favor terminen de prepararse y sigan las instrucciones del personal para proceder ─ el salón blanco contenía maniquíes, arropados con un chaleco sin mangas rojo y con un número ─. Jugadores, bienvenidos al quinto juego, antes de comenzar el juego, por favor elijan el número de uno de los maniquíes que están frente a ustedes del uno al dieciséis.

Todos miraban cada número, sin saber cuál escoger. Los demás tomaron la iniciativa de ir por los de en medio ¿Adelante o atrás? No sabía qué elegir.

─ Atención por favor, los números frente a ustedes son el orden en el qué van a jugar, tomen la mejor decisión.

Bajó los escalones y a pasos alargados paró frente un maniquí. Trece. Fue un trece de noviembre el día en que sus padres fueron asesinados a sus ojos. Ese número marcó un antes y después, ahora debe hacerla ganar. San-gwoo fue detrás de ella por el catorce.

𝐒𝐊𝐘𝐅𝐀𝐋𝐋── 𝗰𝗵𝗼 𝘀𝗮𝗻𝗴-𝘄𝗼𝗼.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora