Recopilación de pequeñas historias que se me van ocurriendo.
✧Historias de un capítulo.
✧Algunas serán fanfics; otras tendrán personajes propios, y algunas simplemente no tendrán personajes definidos.
✧Varios géneros.
✧Historias 100% de mi autoría.
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Información: JinNam Temática:Romance Extensión:-600 words
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La sensación de tenerle cerca era tan abrumadora que hubo de sujetarse del mueble tras el para no ceder ante el temblor en sus extremidades.
Jin arqueó una ceja; las comisuras de sus labios se elevaron en una sonrisa coqueta que rozaba lo libidinoso. Posó sus manos en las caderas contrarias, en un toque firme, sensual, procurando mantener el control.
-¿Por qué te ves tan afectado? Ni siquiera te he besado... aún- la pequeña pausa en medio de la frase, y el como su respiración parecía soplarle el rostro con cada palabra, fue suficiente.
Nam desistió de intentar contestar o moverse. Jin se acercó unos centímetros, inclinándose hacia su rostro sonrojado y febril. Lo escuchó susurrar algo parecido a "Ven aquí" pero no se tomó el tiempo de procesar lo escuchado, y se abalanzó a sus labios con premura. Presionó sus labios en los contrarios; eran suaves, acolchados, dulces, y adictivos como el almíbar. Le rodeó el cuello con los brazos, y sintió como las manos que le sujetaban por la cadera se desplazaban hacia su espalda, mientras lo ceñian con firmeza aún más cerca; el espacio entre sus cuerpos era prácticamente inexistente.
Se envolvieron en una marejada de besos y caricias. Sus caderas se balanceaban impúdicamente en un vaivén frenético que los tenía en pleno éxtasis.
Jin ronroneaba entre besos mientras su amante se agitaba por el contacto de sus dedos acariciando la curvatura de su espalda. El moreno se dejó gustoso; el calor de aquellas manos contra su piel era agradable. El cuerpo de Jin se sentía cálido, sólido y extrañamente familiar. Era como si estuviera hecho exclusivamente para él.
-Hyung- suspiró, exitado y jadeante en cuanto pudo separarse para tomar algo de aire.
Jin tenía las pupilas dilatadas, los labios hinchados y enrojecidos, el pelo empapado contra su frente. Era un desastre; el más sexy desastre, y en el fondo, Nam se preguntaba si él estaría igual.
Se miraron en silencio mientras su respiración volvía a su ritmo normal; la cercanía seguía intacta, por lo que cuando el principio de un murmullo que murió en su garganta se hizo presente, Jin pudo notarlo.
El sonido de la puerta siendo tocada les hizo reaccionar. Nam ahogó un grito de sorpresa y ocultó su rostro en el cuello del mayor por instinto.
A Jin no pareció incomodarle; le acarició el espacio entre los omóplatos con suavidad y, susurró en su oído lo que parecía una promesa, antes de separarse y caminar hacia la puerta; dejando al moreno aturdido, con los ojos abiertos como platos, y el corazón latiendo con fiereza contra su pecho.
El cosquilleo que le produjo aquellas palabras aún estaba ahí cuando Jin se volvió a verle desde el umbral de la puerta.
