El jefe

5

Zee le pasa la lengua por la oreja, Saint gime y se estremece con fuerza, deja que su boca acaricie la nuca y baja la lengua a lo largo de la columna vertebral, Saint se aferra a las sábanas mientras su boca gime. Sin poder contenerse Zee desliza la lengua a lo largo de la raja y hace que se ponga en pompa, Saint sin poder evitarlo con el cuerpo embriagado con el placer que le da esa lengua se coloca como desea Zee.

-...Ahhhhhhhhhhh...ohhhhh dios, joder. -La lengua de Zee está en su anillo, jugando en su canal, siente como le está empapando en su profundidad. -Másssssss.

Zee sonríe satisfecho, Saint es completamente dócil al placer, en cuanto le hace un par de cosas ya lo tiene a su merced, no esperaba que fuera tan fácil de controlar. Tras colocarlo boca arriba comienza a devorar la orgullosa dureza de su secretario, cuando es consciente de que ya no pondrá ninguna resistencia se separa para mirar como esta su interior y ponerle la pomada.

-Zee, sigue, quiero más.

-Saint, solo estaba castigándote por no dejarme cuidarte, te pondré la pomada y descansaras.

-No puedes dejarme así, quiero más.

-No te preocupes, ahora hago que te corras.

-No, joder. -Saint le agarra del cabello y lo acerca para besarle con desbordante pasión. -Te quiero dentro de mí. Te necesito.

-Me dijiste antes que no volvía a repetirse, que no lo haríamos más.

-Me da lo mismo lo que dije antes. Fóllame ya.

-Saint, solo quiero ponerte la pomada, debes descansar.

-También estás duro. Me miras con deseo, deja de oponerte.

-No, espera, no quiero que te enfades después.

Saint molesto le hace caer en la cama y se coloca sobre él, sorprendido Zee no atina a apartarlo cuando un deseoso Saint se empala y comienza a mover sus caderas montando a su preocupado jefe.

-Joder, tan bueno. -Saint gime mientras siente la dureza muy dentro de él. - ¿No disfrutas?

-Mucho, eres increíble, tan sexy.

Zee gira para ponerse encima y embestir con fuerza en lo más profundo de ese cuerpo tan necesitado, le besa, buscando la lengua exquisita de Saint que busca la suya para enredarse y acariciarse.

Le levanta las piernas, golpeando el punto de placer de Saint, este se corre satisfecho, le muerde el hombro por el ímpetu de los empujones que el ardiente Zee sigue realizando. Sudando, satisfecho y orgulloso de Saint, le besa de nuevo, siente las manos de este bajando por su cuerpo, está tan próximo de llegar al clímax, fija sus ojos en los de Saint, todavía cegados con una capa de placer.

-Tan bueno, te voy a llenar, no me puse condón.

-Siiii, lléname, que bien te mueves. Es tan bueno.

Lo besa desesperado mientras se vacía por completo en el interior de ese ardiente cuerpo. Cae sobre Saint, ambos jadean agotados, los corazones enloquecidos van calmándose a poco, Zee va perdiendo su dureza y sale de Saint, para besarle y acariciarlo satisfecho.

Saint está recostado, abrazado a Zee cuando su mente vuelve, mierda, que hace ese hombre con su cuerpo para dejar su mente en blanco y solo hacerle desearlo, se olvida de sí mismo y de todo para solo rogarle que le folle, es la segunda vez y ahora otra vez muere de vergüenza, cómo va a hacer para soltarse de él.

-Saint, vamos a ducharnos, ahora sí que te pondré la pomada. Eres increíble, tan ardiente, ven vamos a la ducha. -Sorprendido de que Saint se deje asear y poner la pomada sin quejas, decide no cuestionarlo. Una vez tiene a Saint descansando en la cama y todo está a su gusto, llama al servicio de habitaciones para pedir el almuerzo de ambos. -Tras comer, descansa tranquilo, ya que te hice volver a forzar tu cuerpo.

Tras el almuerzo, Zee realiza varias llamadas de trabajo desde el salón, Saint aprovecha para llamar a casa y hablar con sus padres. Cuando le dijo a Zee que este no tenía ni idea de sus gastos era cierto, nadie sabe su situación familiar y no piensa compartirlo con Zee, sus problemas son cosa de él.

Su padre, había sufrido un accidente de tráfico, tenía varias secuelas y necesitaba de mucha ayuda, su hermano mayor había fallecido en el accidente de tráfico, era él quien conducía. Dejando a su hijo de dos años huérfano. También tenía una tía, hermana de su madre, con problemas mentales que estaba ingresada en una institución

Los gastos económicos que todo esto suponía eran solventados en mayor medida por el dinero que ganaba Saint. Ya que el único miembro de la familia que podría ayudar era su madre y ella se encargaba de su marido y su nieto, este con diez años era muy buen estudiante y esperaban que siguiera sus estudios.

Habla un rato con su sobrino, le asegura que cuando esté en Japón le comprará varias cosas y le mandará los paquetes, le agradece lo bien que se está portando, es un buen chico, aunque su situación no es la mejor de todas.

Tras colgar se recuesta, no le apetece hablar con Zee, no entiende que le ha pasado desde anoche, ni porque su relación ha cambiado para ser de esta manera, vuelve a dormirse durante unas horas.

Despierta y sale al salón, en el escritorio Zee sigue trabajando, tan enfrascado que no nota a Saint acercarse, este ve que está con gráficos y varios documentos llenan la mesa, sabe lo importante que es la reunión de mañana y por todo lo que sucedió anoche y antes Zee está solo con todo el trabajo.

- ¿Ayudo en algo? -Zee se sorprende y sonriendo se gira a mirarlo. -Estas muy liado.

-Lo llevo mejor de lo que piensas, tenías toda la información que necesitaba, solo estoy asegurándome de por donde los puedo dejar en mis manos. -Le coge de la mano acercándolo para su sorpresa, hace que se sienta en sus piernas,Saint rígido e incómodo se queda quieto. - ¿Cómo estás?

-Bien, suélteme, no me parece apropiado que estemos así.

-Después de todo lo que hemos hecho, me rechazas, no seas frío, deja que recargue mis pilas. -Le besa el cuello, siente la piel de gallina de Saint y como sin ponérselo deja su rigidez. - ¿Tienes hambre?

-No. -Contesta con suavidad, las manos de Zee se están perdiendo bajo su ropa, acariciando sus pezones, su lengua juega con su oreja. -Para, no debemos seguir con esto.

-Cierto, mañana es un día importante, ven vamos al sillón, voy a ponerte al día de todo. En verdad ahora solo estaba repasando para tener todo en mente, el hablar contigo me ayudará más.

Pasan varias horas preparando todo, Saint hace algunas preguntas que Zee necesita repasar para saber como solucionar en caso de que en la reunión también lo planteen. Saint es muy bueno en su trabajo, sabe buscar información muy detallada, es incisivo, serio y se adapta totalmente a la forma de trabajar de Zee.

Tras cenar y con toda la documentación en orden cada uno se dirige a su dormitorio, Saint con su actitud había dejado claro que no dormirán juntos y viendo lo cansado que está decide no insistir. Zee se está divirtiendo mucho, hará caer todas las defensas de su secretario. Ya sabe que ese cuerpo será suyo, siempre que lo desee, jugará bien sus cartas para que sea todo suyo, le pertenecerá por completo.