Capitulo XIV

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Envueltos en sudor estábamos María y yo tumbados en el suelo de una de las duchas de los vestidores de los hombres en la playa, después de haber tenido sexo con ella pero del cual no recordaba nada ya que en mi cabeza permanecía latentemente la imagen de Juana llorando y huyendo de aquel lugar al verme junto a María desnudos.

-Que rico lo haces Ángel- las palabras de María que entran por mis oídos me devuelven a la realidad.

-Me alegra que te haya gustado, tu también haces lo tuyo muy bien- y aunque respondiera a sus palabras, no podía sentir nada respecto a lo que había sucedido, había dejado mi cuerpo y mis acciones al instinto me había olvidado completamente de lo que estaba sucediendo.

-Vaya eres muy guapo- María me acariciaba mi abdomen mientras recostaba su cabeza en mi pecho.

-Y tu también, tienes un cuerpo hermoso- no podía negarlo -Bien es momento de vestirnos ¿No crees?.

-Si pero estoy toda sudada y cansada, eres un salvaje Ángel y necesito un ducha- respondió María a mi sugerencia.

-Estamos en una ducha creo que te puedes bañar- María se levanto y yo también estaba dispuesto a coger mi ropa y salir a duchar en otro lugar.

-Espera- María me tomo de uno de mis brazos abrió la llave de la ducha y el agua empezó a ver -Dúchate conmigo, por favor- suplico María.

-María yo..- no me dejo terminar y abalanzó su cuerpo hacia el mío dándome besos en el cuello -María en serio ya es..- María se separó de mi pero no lo suficiente estaba al frente mío tomándome del cuello mirándome fijamente a los ojos, y mis palabras se habían cortado, Juana había presenciado ese acto, y pasara lo que pasara Juana y yo íbamos a terminar, aunque fuera a rogarle no había nada que pudiera explicar correctamente el por que de mis acciones -María yo quiero follarte de nuevo- como platos abrió sus ojos y sonrío, el agua caía mojando nuestros cuerpos mientras estos se unían en un acto natural y salvaje, llevados por el instinto ya no había nada en mi racional, en mi se había partido algo y ahora intentaba llenarlo con cosas vacías y placenteras, Juana y yo había terminado, ella y yo ya no existía, ya no valía la pena contenerme, feroz y salvajemente poseía el cuerpo de María llenándolo con el mío, mientras el agua caía y refrescaba nuestros cuerpos.

*****

-María vámonos juntos ahora cuando todo esto acabe- estaba exhausto, cansado después de aquellos dos actos sexuales salvajes, María y yo estábamos terminando de arreglarnos para salir como si nada hubiera ocurrido.

-No se ángel ¿Estas seguro?- respondió ella a lo que le dije mientras se ponía su short.

-María no era una pregunta, quieras o no, terminemos este día juntos, Después de todo ha sido genial me ha gustado mucho.

-Esta bien Ángel, para mí también ha sido muy genial, al fin logre lo que quería, tenerte y darte todo de mi-.

-¿Todo de ti? Espera no me digas que ...-

-Si Ángel fue mi primera vez, créeme que pase lo que pase no me arrepentiré de dártela, fue muy placentera y se que tienes a Juana y que tu me dej..-

-No María ya no tengo a Juana tenías razón tu eres mucho mejor, ella tiene a su piano y solamente le interesa eso, las cosas entre ella y yo se han acabado- era así, ya no había nada con Juana aunque me preocupaba aun la quería mucho, daría cualquier cosa para poder arreglar las cosas pero ya todo estaba decidido.

-Ángel entonces estas diciendo que...-

-Así es María si quieres podemos ser novios, pareja, lo que quieras- aunque no sintiera nada de amor hacia ella solo un deseo sexual vacío e irracional.

-Gracias Ángel- dijo María saltando y colgándose de mi cuello y dándome un beso en la mejilla -Te haré feliz mas que ha nadie en el mundo, te daré lo que necesites de mi, tu ya me haces feliz, tengo lo que tengo a ti.

-Y yo a ti nena, vamos ya esta a punto de llegar el bus para irnos.

-Vale- tomo a María de la mano y salimos juntos de los vestidores, no veía por ningún lado a Juana, aun me preocupaba pero ir y hablarle como si nada no podía hacerlo.

-¿Te preocupa algo Ángel?- me pregunta de pronto María mientras nos dirigimos al paradero donde esperaba el bus.

-No María estoy bien solo algo cansado, apenas llegue a casa quiero descansar- estaba tratando de lucir calmado y relajado era lo mejor.

-Esta bien Ángel- Ya estábamos a punto de subirnos al bus, María y yo nos sentamos juntos me acosté en su hombro y cerré mis ojos, no recuerdo nada si no hasta el momento en el que llegamos a la escuela.

-Ángel despierta, ya llegamos- la voz de María me despierta juntos un suave beso en mis labios.

-Oh lo siento, estaba cansado- respondo mientras me levanto y trato de ubicarme.

-No te preocupes- dice María -¿Te acompaño a casa?- pregunta.

-Dale vamos- respondo. Durante el camino no hablamos mucho, ambos estábamos cansado y solo queríamos ir a casa y dormir hasta el otro día, al llegar a mi casa me despido de María con un apasionado beso y parte hacia su casa, yo subo hasta mi cuarto y me tiro a la cama, era una noche fresca perfecta para dormir, en poco tiempo caí profundamente en sueño.

El vibrar continuo de mi celular me despierta, la luz entra por una de las ventanas de mi cuarto, como puedo abro mis ojos y tomo el celular, todos los mensajes eran de Alejandro.

Alejandro:

Ángel Juana no sale de cuarto, su madre me llamo asustado, ahora no hay nadie en casa, pero ella no responde, por favor ve ahora yo no puedo, ve te necesita Ángel.

El mensaje de Alejandro produce un choque eléctrico por todo mi cuerpo, con la ropa que tenía puesta, salgo corriendo a la casa de Juana, algo en mi sabia que estaba mal, que algo malo había ocurrido mi corazón se agitaba a cada paso que daba, Juana solo espero que estés bien.

Ella y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora