Capitulo XVI

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Una extraña luz blanca y suave traspasaba mis párpados hasta llegar a mi ojos ¿Que ocurrió? Los recuerdos de las últimas horas volvieron a mi en ese instante, la imagen de Juana llena de sangre y el instante en el que llegue con ella al hospital, la entregue y me desmaye, abro los ojos angustiado, preocupado por Juana, queriendo salir a buscarla.

-Hola muchacho, ya despertaste- La voz de una dama a mi lado me alerta por un instante.

-¿Quién eres tú?- le digo, mientras volteo a mirarla, llevaba uniforme blanco de enfermera y algunas insignias que pertenecían al hospital.

-Perdóname si te asuste, mi nombre es Johana, soy enfermera y ahora estoy encargada de tus cuidados, pequeño héroe- responde dedicándome una sonrisa.

-¿Héroe?- preguntó confundió.

-Eres popular ya en los pasillos del hospital, eres el chico que trajo aquella chica casi muerta y que luego se desmayo, hiciste una gran hazaña te exigiste demasiado y haría debes guardar reposo- ¿Chica casi muerta? ¿Juana?

-¿Ella esta bien? Quiero verla ¿Puedo?- preguntó angustiado. Pero la cara de la enfermera no demuestra unas buenas noticias.

-Que te puedo decir, llego casi muerta, había perdido mucha sangre, sus signos vitales estaban muy débiles llego a tiempo unos minutos después y posiblemente ya ella no estaría con nosotros, los doctores han tratado de hacerle transfusiones de sangre para que recupere parte de la que perdió y ahora no han dado mas noticas ¿Sabes que le ocurrió?- no sabia como reaccionar, Sentía alegría por haberla traído a tiempo, pero la preocupación seguía constante y no sabia que responderle a la enfermera.

-Pues, es mi amiga, tuvo problemas con su novio, y ese fue el resultado, sus miedos le ganaron y todo por culpa de ese imbecil que le fallo- mi vista se tornó borrosa, mis lagrimas amenazaban en el borde de mis ojos, querían salir, quería sacar todo ese dolor que guardaba, no soportaba mas pero debía ser fuerte por ella, no podía ponerme mal, Juana ahora necesitaba de mi apoyo, de alguien que estuviera con ella, aunque dudo que quiera estar conmigo después de que aquello dudo que quiera verme.

-Vaya, es una situación difícil, intentamos obtener datos pero eras el único que sabía algo de la chica puedes darme sus datos y el número de algún familiar de ella para contactarlo, mejor si es de los padres.

-Claro- le di los datos a la enfermera, uno por uno, ahora debía prepararme para enfrentar a los padres.

-Bien muchas gracias, por favor descansa, si te quieres levantar al baño puedes hacerlo, pero no desconectes el suero, yo iré a darle esto al doctor Lucas, el encargado de Juana en estos momentos, cualquier cosa, el botón rojo al lado de tu cama lo puedes usar si llegas a necesitar algo urgente.

-Espera, puedes decirme donde esta ella- le pregunto a la enfermera antes de que saliera de la habitación.

-Si, ella esta en la habitación 103, en el primer piso, pero por ahora tienes que descansar- la enfermera sonríe, y cierra la puerta de la habitación, trato de levantarme, pero mis piernas están muertas, no responden, me exigí demasiado, pero logre lo que quería, ahora Juana esta mejor, al menos están intentando hacer lo que puedan para que este mejor. Mis ojos se vuelven a cerrar y caigo en un profundo sueño.

Gritos espantosos escucho a lo lejos.

-Por ese desgraciado esta mi hija aquí- la voz de un hombre retumbaba en mis oídos.

-Por favor señor trate de calmarse- decían otras voces.

-Déjenme pasar, haré pagar a este desgraciado lo que le hizo a mi hija- volvía a gritar la voz de aquel hombre.

-Señor gracias a el si hija esta mejor, si no fuera por el su hija estuviera muerta- la voz de una mujer intervino -Así que le pido que se calme y no interrumpa la tranquilidad del hospital, se lo agradezco- La hija esta bien, me alegra, no vuelvo a oír ningún ruido, y La Paz vuelve al lugar.

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Hola.
Gracias lectores y lectoras, ya casi vamos a llegar a las Mil visitas, muchas hacías por eso, este capítulo corto es un pequeño regalo, y pues por que hace mucho lo escribía y me sentía en deuda con ustedes, espero que estén disfrutando la historia, la otra semana tratare de volver con la rutina.
Nuevamente muchas gracias.

-Juan C. Rincón-

Ella y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora