Capítulo 6

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No sería un mestizo si estas mierdas no me pasasen.

Llevábamos más de la mitad del viaje, solo faltaban unos kilómetros para llegar a la colina de Long Island donde se encontraba el campamento media sangre. Solo unos malditos kilómetros.

El cielo comenzó a oscurecerse, rayos empezaron a escucharse a la lejanía, parecía la típica escena de películas de terror de los 90'.

--Zeus, si esto es obra tuya te aseguro que te meteré el rayo por donde no te da el solcito. -otro rayo sonó- dramático.

Doble hacia la derecha, dejando atrás todas las granjas y campos de frutas con carteles de "recoge tus propias frutillas". Medio metro más y pude ver claramente a un minotauro.

Hubiera dado todos mis dracmas por una benévola.

Frene inmediatamente y los demás hicieron lo mismo maniobrando para no chocar unos con otros.

--Quiero que todos empiecen a correr colina arriba, cuando vean un enorme árbol me esperaran ahí. -les dije sin apartar mirada del monstruo, quien también me miraba fijamente-

--¿Quieres que te dejemos solo con eso? -pregunto incrédulamente Lydia-

Mierda, se está acercando.

--No tengo tiempo para explicar y por una vez hagan lo que les digo.

Di vuelta mi anillo logrando que se convierta en una espada azul oscuro que con algunos reflejos parecía negra, estaba hecha de hierro estigio. Regalo de Hades, claro está.

La manada me veía asombrada, aunque no estoy seguro de si es por la espada que antes era un anillo o por el hecho de que la tenga yo.

--Fuera, ahora. -les dije para echarme a correr hacia el minotauro. Comencé a atacarlo a los pies, deslizándome por el piso, cortes limpios, pero profundos. Lo bueno de estos monstruos es que, a pesar de ser fuertes, enormes y rápidos, no pueden ver y oír con claridad y si a esto le sumamos que solo tienen marcha adelante con un buen plan caen muertos en minutos.

Y así lo hice.

Corrí hacia la colina con el minotauro pisándome los talones, a lo lejos pude distinguir a la manada asi qué a una distancia prudencial para no salir heridos. Me detuve espalda contra un enorme árbol y esperé el momento exacto para llevar a cabo mi plan. Cabe aclarar que si sale mal terminare como papilla de monstruo, pero ¿Qué es la vida sin un poco de riesgo? Exacto, nada.

En tres.

Dos.

Uno

Y... abajo y ruedo. Oh si, así es como se deja más que atontado a un minotauro y también se lo enfurece. Cuando volvió a envestir hacia mí salte, quedando así sobre su lomo.

Odio a estos malditos monstruos.

Todo lo que quería llegar, comer y dormir, pero no. Seguramente Apolo este aburrido y con ganas de joder la vida de mestizos, esta vez eligió la mía por lo visto.

Tarde quince minutos en acabar con el monstruo, difícil pero no imposible, termine con varias cortadas y raspones, aunque ninguna realmente grave asi que a paso perezoso volví al jeep para sacar mis bolsos. Una vez listo camine hacia la manada que seguía en la misma posición que hace diez minutos, parecían estatuas y si no fuera porque estoy seguro que reír me dolería lo haría, les hice una seña para que me siguieran y cuando llegamos al arco que daba la bienvenida al campamento me detuve.

--Bueno hay algunas cosas que debemos dejar en claro. -ninguno respondió por lo que continue- el campamento está dividido por cabañas, cada una pertenece a un dios. Ustedes no son hijos o bendecidos de ninguno por lo que se quedaran en la cabaña 11, es decir, que en la de Hermes.

>>Realmente no tengo idea de porque los quieren a ustedes aquí pero no seré ni su niñera ni su guía. Si son capaces seguirán la rutina de los campistas, que, por cierto, les recomiendo no hacer enojar porque hasta los hijos de Afrodita saben defenderse mejor que todos ustedes. Por otro lado, el horario de comida comienza cuando escuchen sonar la caracola y simplemente tienen que seguir a la cabaña hasta el pabellón.

>>Creo que es bastante obvio esto, pero no deben retar ni hablar mal de los dioses ni, aunque escuchen a los mestizos hacerlo, ustedes no deben hacerlo si no quieren flechas o espadas clavadas en alguna extremidad de su cuerpo. Sin más que decir, suerte en sobrevivir.

Camine atravesando la entrada del campamento sintiendo como si estuviera pasando por debajo de un manto ultra fino que se desliza por mi cuerpo, nunca lo admitiré en voz alta, pero extrañaba este lugar.

P.O.V 3ra persona

La manada miraba sorprendida la colina mestiza, cuando escucharon al castaño hablar sobre el campamento, o bueno lo poco que había dicho, no se imaginaban más que un par de cabañas juntas y de madera gastada que tal vez que caería en pedazos ente el menor viento de tormenta. Pero a contrario de lo que imaginaban estaban frente a un terreno donde por ahora lo que predominaba era una mansión blanca y enorme con estructuras que se notaban a la distancia que eran griegas. En una de las esquinas de la casa se veía como no solo estaba rodeada de un frondoso bosque, sino que un arroyo se hacía presente por esos lados de la costa.

Sin decir palabra, se miraron entre ellos, y aun impresionaron siguieron a su antiguo compañero de manada. Los lobos podían escuchar, gracias a su audición mejorada, el sonido de espadas chocando y gritos de aliento como si estuvieran viendo una pelea medieval. También notaban como los campistas que pasaban por su lado o estaban cerca, y sí que eran varios y de todas las edades, tamaños y colores, los veían a ellos con extrañeza y al pecoso con admiración como si tuvieran en frente suyo una celebridad.

Y es que eso era Mieczyslaw Stilinski para aquellos mestizos que conocían su historia, aunque también para los que habían peleado a su lado.

Para muchos, su gran líder había vuelto a la batalla y sabían que con el tenían posibilidades de ganar. 


...

Siento que salió re choto el capítulo y si soy sincera llevo escribiéndolo hace como semana y media porque no podía escribirlo y que me gustara, quedo así y se que esta aburrido pero los próximos serán mejores (o eso espero)

¿Mieczysław?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora