Capítulo 7

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--¡Mica! -se escuchó un grito femenino seguido de pasos y lo que sonó como una espada caer al suelo-

--¡Sesos de alga! -otro grito, pero aún más potente que el anterior se escuchó-

El castaño, bajo la atenta mirada de la manada y los campistas que estaban en los alrededores, corrió al encuentro de sus amigos. La primera en llegar fue Thalia, una chica de estatura promedio con pelo corto y negro, que se lanzó a los brazos de quien consideraba su hermano, enredando las piernas en la cadera del contrario y escondiendo el rostro en el hueco entre el cuello y hombro del muchacho.

Siguieron abrazados de esa manera hasta que sintieron que alguien los separaba, con más fuerza de la necesaria, se separaron sin borrar ninguno su gran sonrisa. Girándose a quien los había separado y sonriendo, aún más grande si eso era posible, tomo a Clarisse por la cintura pegándola a su cuerpo.

Cualquiera que viera la forma en la que ambos se abrazaban, pegándose lo más posible y con fuerza apretando sus cuerpos como si no quisieran soltarse nunca, pensarían que eran una pareja que acababan de reencontrarse, pero no, eran dos almas gemelas que después de tanto tiempo se sentían completas y felices. Ambos con ojos cristalizados se separaron de a poco.

--Te extrañe cariño. -susurro el pecoso besando con amor la frente de la chica que aún seguía entre sus brazos-

--Lo sé. -sí, podría sonar un poco seco para la mayoría, pero él que conocía a la rubia mejor que nadie sabía que era su manera de decir "Yo también" cuando había más personas a su alrededor-

Dándole un pequeño abrazo, se giró nuevamente pero ahora para abrazar a un pelinegro que miraba la escena un poco apartado de la multitud.

Los campistas más recientes que reconocían a Nico di Angelo como "El chico fantasma" jadearon de sorpresa al ver tal muestra de afecto y sentían que se desmayarían al ver que sonreía tan abiertamente.

La manada por otro lado también estaba sorprendida, nunca habían olido un sentimiento tan puro como la felicidad que emanaba Stilinski junto con sus amigos, de hecho, nunca lo habían sentido de nadie. Estaban sumergidos en una mezcla de sentimientos, algunos estaban celosos mientras que otros tristes y enojados por lo que perdieron y que solo ahora eran conscientes. Los sentimientos más fuertes eran los que emanaban Derek y Scott, estaban enojados, celosos y algo melancólicos, en algún momento esa mirada de ternura, amistad y por sobre todo amor fue dedicada hacia ellos, pero ya no. Ahora eran merecedores solo de mirabas frías y palabras sin emociones.

--No tienen idea de lo mucho que los extrañe. -hablo el pecoso luego de abrazar a sus tres amigos-

--Si lo sabemos, te extrañamos de igual manera. -respondió Thalia abrazándolo por la cintura, él correspondió el abrazo besándole la coronilla-

Se sentía en casa.

--Deberíamos entrenar. -sabían que la sonrisa de Clarisse no traería nada bueno-

--Seguro, solo déjame... -no puedo terminar de hablar cuando un entusiasta centauro se acercó a ellos-

--Mieczyslaw, es un placer volver a verte.

--Hola Quirón. -saludo algo incomodó-

No es que tuviera mala relación con el centauro, pero siempre había demostrado su preferencia por el otro hijo de Poseidón, por lo que, solía pasar por alto las estrategias o ideas que le planteaba con el fin de ayudar al campamento y por consecuente a los campistas.

--Me alegra que decidieras venir a...

--No lo decidí, fui sobornado por los dioses. Al parecer su gran héroe ya no es capaz de salvar a los suyos. -lo cortó con sorna y una sonrisa juguetona, ya comenzaba a notarse la bendición del Dios de los engaños y travesuras- Aun que realmente nunca lo fue. -lo último solo pudo ser escuchado por los sobrenaturales, quienes cada vez tenían más preguntas-

--¿Ellos son...? -cuestiono aun si borrar su amable sonrisa-

--Así lo creen ellos.

--¡Mica! Que alegría verte muchacho, creí que ya estarías en el tártaro. -habló un hombre de estatura media, con una camisa veraniega y una lata de coca-cola ligth en una mano y un sándwich en la otra. Tenía la apariencia de un querubín que se había dejado llevar por las tentaciones humanas-

--Me decepciona la poca fe que me das Dioniso, además he sobrevivido a peores cosas que el exilio.

El joven se acercó al hombre para abrazarlo con fuerza, nuevamente se escucharon jadeos de sorpresa por los más recientes residentes, fuerza que fue correspondida por el dios, él realmente había extrañado al muchacho. Siempre fue el único mestizo que le agradaba sin contar el hecho que le contestaba su sarcasmo con más sarcasmo, decir que cuando lo tacharon de traidor se había vuelto loco de rabia era poco, pero aquí lo tenía de vuelta cara a cara y lo único que podía esperar es que sobreviva a la profecía.

--El lugar es un asco sin ti, así que algo de esperanza te tenía. -dijo una vez separados guiñándole un ojo para después enfocar su vista detrás del muchacho- Veo que trajiste perros contigo, debo admitir que creí que preferías a los sabuesos del infierno. Persiguen su cola, pero al menos lo hacen cubiertos en llama y pueden quemar cosas, estos tienen pinta de que si corren terminan hocico al piso.

--Los sigo prefiriendo, pero los tres cerditos creyeron que serían de utilidad en misión imposible 6 o 7, ya perdí la cuenta.

Los tres mestizos que acompañaban a Stiles y Dioniso soltaron una carcajada al escuchar cómo se refería a los tres grandes, otros cuantos intentaban esconder las risas simplemente sonriendo, un trueco se alzó borrando así la sonrisa de los campistas menos del pequeño grupo que seguía riendo sin importar la clara advertencia del Dios del rayo.

--Nos están esperando en la sala de reunión, les molestaría... -comenzó a decir el centauro una vez las risas disminuyeron-

--Claro, lo seguimos. -respondió el pecoso siguiéndole el paso- ¿Ellos también? -cuestiono señalando a la manada-

--Oh si, debemos ponerlos al tanto. -siguieron su camino con la manada en silencio detrás suyo-

Cuando las puertas de la sala fueron abiertas todas las miradas cayeron sobre ellos, dentro estaban los jefes de cada cabaña contando también a los restantes de la profecía de los 8 por lo tanto también el otro hijo de Poseidón, sin prestar atención a los ojos sobre ellos se acomodaron a un lado de Dioniso aun que era clara la manera en que el castaño era rodeado por sus amigos y el dios.

"Esto tiene pinta de ir para largo ¿Debería de hacerlo interesante?" se preguntaba Stilinski con una sonrisa traviesa creciendo en su rostro.

--Perceo Jackson es una desgracia volver a ver tu cara. -soltó burlón- Cuéntame ¿Cómo es posible que el gran héroe del Olimpo necesite la ayuda de un traidor y exiliado mestizo? -continuo ahora con una sonrisa inocente y curiosas, todo una farsa-

--Ni creas que fue idea mía. -contesto el azabache forzándose a no seguirle el juego a su medio hermano-

--Oh ahí tienes razón, decir eso sí que fue raro, -dijo pensativo la última frase, pero luego regreso a su tono burlón- por lo visto los dioses se dieron cuenta que no lograrías llevarlos a la gloria por lo que aquí estoy.

--Soy muy capaz de ganar la batalla Mieczyslaw, no te necesito. -contaba y contaba en su cabeza, pero el castaño estaba logrando su cometido-

--Pues tal parece que eres el único que cree eso, querido.

Annabeth tuvo que tomar del brazo a su novio para que no hiciera una locura donde terminara humillado, todos los que conocían a los hijos de Poseidón sabían quién era el más ágil en combate y mejor estratega, Percy luego le agradecería por frenarlo. Sabía que si continuaba no tendría un final lindo para él. 

Nunca terminaba bien para él y es por eso que siempre desprecio a Mieczyslaw Stilinski.

El perfecto guerrero, amigo y compañero de combate.

Todo lo que él no lograba.


...

Tienen alguna sugerencia o quieren que algo pase? 

Tengo un par de ideas para hacer sufrir a la manada. Ustedes que piensan?

Opiniones?

¿Mieczysław?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora