LA SEMILLA DE UNA FLOR

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Te conocí por pura coincidencia
empezamos a hablar de repente
como si te conociera de toda la vida.

Mi conciencia empezaba a hablar
de repente diciéndome entre susurros,
"para con esto, ni un amor más" y
como es mi terrible costumbre
hice caso omiso a lo todas las
advertencias posibles.

Yo solo quería un buen amigo
con quién pasar, horas y horas,
platicar de un sin fin de sandeces
como a mí siempre me ha gustado
hablar, desahogar mis ideas absurdas
antes de volver a lo rutinario.

El tiempo paso y de repente sentí
algo que siempre sentía cada que me
pasaba horas platicando con alguien.

No cabía la menor duda,
pero quería evitar que creciera
pero mis ganas de divertirme a
tu lado no paraban.
Fue como si hubiera olvidado
de un momento a otro como
cortar con una relación que
para mí solo era una amistad
en crecimiento.

Empecé a notar que sentías lo mismo
que yo sentía, algo que se me hizo
agradable y no quise parar.

La semilla estaba plantada,
y la comenzamos a regar.

Terminamos haciendo un montón
de tonterías, el uno por el otro.
Unas más grandes que otras.

Pero al final esa semilla
empezó a germinar y vamos
por ese girasol rumbo al sol.

Andy.

LUCES DE COLORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora