EL JUICIO DE LA LUNA

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Dulce perla que navegas en
los mares celestiales,
cabalgando en un toro blanco
acompañada de tu más grande amor.

Aquella que representa
la feminidad y la maternidad.
Blancas telas te cubren
pero tú siempre gustas
de vivir desnuda sin nada a ocultar.

Quetzalcóatl la vida,
Tezcatlipoca la noche,
Mictecacíhuatl la muerte,
Xochiquetzal el amor,
son tu séquito y fieles
cuando se necesita de un
brillo maravilloso
o una oscuridad muy espesa
para darle práctica a la magia
y hacer el amor a ciegas.

Tan cambiante, tan celestial,
tan hermosa, siempre haciendo
eterno aquel recuerdo del conejo
que alguna mostró su generosidad
y humildad frente al dios más bello.

Baila hermosa Selene y canta
como nadie te ha escuchado cantar,
que ese resplandor celeste
no se acabe jamás.

El juicio de la Luna bajará,
y acariciara los rostros
de aquellos niños que se
quedaron en orfandad,
¡Que acto de vil crueldad!

Las Tzizimimes observan
a los polluelos sin poder
recordar, cuando eran mamás.

La Luna siempre está llena
de alegría como también crueldad,
es por ello que elegí ser un
marinero más y navegar
en aquellos peligrosos mares
cuando falleció mi ángel guardián.

Andy.

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