EL JUICIO DE PLUTÓN

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El aroma a cempasúchil y menta
no se hacen esperar en estos lares.
Una suave brisa de invierno le
hace compañía.

Miktekasiwatl, mi querida reina
¿Qué haces en estos campos de
flores muertas? ¿O es que acaso...
Ya no tienes un lugar con los vivos?

-¿Qué sentido tiene vivir sin amor?
Preguntó la reina soltando un largo
y pesado suspiro mientras miraba
aquella única flor viva y llena de
esperanza en su rocío.

La reina de la primera conocía
perfectamente esa sensación,
sus esposos y reyes de aquel
oscuro, frío y siniestro lugar
al que los mortales le temían
y respetaban con fervor;
miraban el mar celeste bajo la
luz de la luna llena, tan cálida
y resplandeciente.

El sueño y la muerte pacífica
no se hicieron esperar, así como
tampoco lo hizo la oscuridad.

-Este es... Mi último juicio- dijo.

Los cantos fúnebres y las ofrendas
de paz llenaron los palacios que
alguna vez fueron llevados al
eterno olvidó, la gente falleció
esperando un momento de
reencarnación en donde
pudieran apreciar como
la vida y la muerte se
unían en una cadena
repleta de flores,
una cadena
llamada
tiempo.

Andy.

LUCES DE COLORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora