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Capítulo 7

La semana se volvió cruda, la monotonía llegó a su apojeo, estudiar..., era lo único que les exijian.., lo único que debían hacer, su única obligación, como si fueran maquinas manejadas por alguien más...

Si... Tal vez eso eran después de todo...

Su móvil vibró, era el maldito despertador. Algún día terminaría reventando el celular por tan escandaloso sonido.

Últimamente pasaba todas las tardes pensando sobre su vida, podía pasar toda la tarde sin encontrar un buen fundamento para su existencia, y los análisis psicológicos lo sacaban de humor.

Por ahora pensar en su vida, se había vuelto una herida profunda, tan profunda que le dañaba fisicamente.

Lo bueno es que siempre había alguien que la distraía de sus problemas, la acompañaba más que todo, y eso es lo que vale, un 50/50 donde ambas partes se mantengan cómodas y al agrado de la compañía del otro.

Eso la ayudó bastante a deshacerse de algunas crisis dolorosas.

[...]

El clima volvía a nublarse, las esponjosas nubes se disperzaban creando una atmosfera fría y gris, a esa hora y con tal espectáculo muchos se encontraban corriendo e intentando ingresar a sus dormitorios o talleres, ya dependía de cada estudiante.

La clase del 1-B solitaria, con unos cuntos alumnos conversando tranquilos y otros tomando apuntes; tocaba hora libre, y más con la tremenda lluvia afuera, pintaba tomar algo caliente.

Eso hacía Argentina, con un mate mientras miraba las gotas de lluvia resbalar por la ventana "como para sacarles una foto", sobre sus piernas Perú recostado viendo su celular, con un brazo en la nuca, le había pegado tremenda flojera ver el sol oculto y a todos callados como si fuera un funeral, él solo se resignó y cayó en los muslos de la menor escusando que tenía frío y sueño, como compensación le cuidaría al gato.

Ella aceptó sin chistar y es que pasar tiempo con el muchacho le gustaba mucho, no solo por la gran distracción y diversión que le traía si no por los consejos y la valoración que le daba, a este punto ya eran mejores amigos.

Se querían mucho y hacían la mayoría de cosas juntos, era un progreso supremo ante el estado de estrés ocacionado por el estudio.

—No debería haber llegado ya el profesor? —despegó su vista del móvil por un segundo mientras veía hacia la puerta. Nada.

—Veo que el buen Perú tiene unas tremendas ganas de dar el exámen —sorbió de la bombilla— Tranqui, tal vez solo se le pasó la hora —pausó— A veces pasa.

—Nunca vi al profesor Alemania llegar tarde —la miró— Y si le pasó algo?!

El solo recibió un pequeño golpe en la frente, debido a que Argentina le había puesto la palma para medir su temperatura.

—Decís muchas tonterías —pasó su palma ahora por sus mejillas y cuello— Humm no tenes fiebre, por el contrario, estas muy frío...

El sonido de otra campana alarmó a todos.

—Es la salida?

—Tal vez cortaron las clases por las lluvias, seguro muchos talleres se vieron afectados y ya no tiene caso mantenernos aquí con todo el frío —habló México desde la esquina— Vayan a sus dormitorios par de tortolos~ —insinuó con mirada pícara.