No soy lo que dicen / El viaje.
Cuando la familia Hale abandonó Beacon Hills nunca esperaron que lo que había iniciado como un viaje de crecimiento para entrenar al futuro alfa se convertiría en una recolección de piezas rotas de manadas ahora extintas.
Todo a su paso era el rastro de la destrucción desmedida ya fuera obra de los cazadores o los Omega que habían comenzado a aparecer como enjambres de avispas enojadas que picaban a todo aquel que quisiera acercarse, decenas de lobos habían encontrado su fin peleando o huyendo de esos grupos.
Una familia de lobos, una manada numerosa y fuerte que jamás esperaría una emboscada o un ataque doble en su propio territorio estaba preparándose para la luna llena cuando llegó un grupo de lobos, todos parecían perdidos en la bestia pero la realidad era que estaban huyendo sin saber exactamente que se dirigían a una familia que nada tenía que ver con el conflicto.
Apenas habían llegado a su jardín, cuando una lluvia de balas de plata inicio, había caos y una sensación llena de vacío a medida que los gritos aumentaban alrededor. Un muchacho era el encargado de proteger a los niños, avanzando con habilidad hasta la casa sin perder a ninguno en medio de la confusión y los gritos y la sangre, en la parte mas profunda y segura esperando que los adultos y su madre pudieran encargarse de la situación hasta que todo se incendió.
Su madre, la bruja de la manada del bosque oscuro había perdido la vida, con ella, el alfa y la última línea de defensa habían caído entre confusión, había odio en la voz del chico mientras relataba como cada bala se sintió como si lo hubieran atravesado a él pero sin matarlo, todos los lazos se rompieron, su cuerpo se sintió caliente, había dolor en su cabeza y una presión vacía que lo estaba asfixiando; y cuando menos lo pensó la casa estaba en llamas, los cachorros muertos debido a las balas que entraron luego de partir la madera de la pared. Su cuerpo también estaba sangrando se sentía demasiado débil para moverse, entonces se quedó ahí permitiendo que la construcción le cayera encima dejandolo malherido esperando su muerte hasta ese momento en el que Derek apareció y al verlo sintió que no todo estaba perdido, quizás alguien de su manada habría sobrevivido y habían vuelto por el.
Pero se sentía culpable, no había podido salvar a ninguno de los niños y todo era culpa de los malditos "humanos".
Era el primer mes que se habían separado de su territorio cuando entre lo que parecían ser las ruinas de la casa, el futuro alfa encontró a un chico de cabello albino con un mechón de pelo castaño y piel tan blanca como la nieve. No era un lobo, era un brujo o descendiente de uno mejor dicho, lo notaba en su aroma, en como sus dedos parecían expulsar chispas de luz apenas visibles por el día soleado, era solo un chico quizás uno o dos años mayor que Derek y era hermoso, a pesar de todo eso que manchaba su piel.
La escena era cruda y terrible, había cadáveres de niños, niñas, hombres y mujeres. Y aunque había humanos en el lugar por desgracia habían muerto más lobos.
— Está todo bien... Vas a estar bien — Susurró Derek peinando el cabello del muchacho luego de colocar una de sus manos de tal forma que podía sujetar la mano izquierda del chico de pelo blanco, líneas negras subían por su antebrazo derecho y tan pronto sintió el calor en su pecho supo que ese chico quizás podría sanar.
Gabriel y Laura le dieron alcance, Peter, Talia, Theo Cora y Nick se habían quedado ocultos en una cueva, de alguna forma lo supieron en cuanto entraron al territorio, se sentía triste, doloroso y fue por eso que habían pensado en separarse. En caso de que fuera un trampa tendrían que estar listos para escuchar el grito de guerra y salir a buscarlos. Derek se había negado a qué cualquier otro pusiera un dedo en el joven brujo, lo llevaba en sus brazos un muchacho que había perdido todo y del cual era increíble que no se hubiera perdido en aquella explosión de magia y rabia por todo lo que ya no tenía. Derek se sentía preocupado aunque un evidente alivio se colaba entre las redes de la confusión y el dolor.
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Luna Llena
WerewolfLa atracción que la luna ejerce en los lobos es algo fantástico y difícil de explicar, esa maravillosa y única noche cuando no hay nada más importante que entregar su adoración a un inalcanzable que por más elogios que reciba nunca podrá ser tocado...