"BANG"-¡SARAAAAH!.- Alexander gritó nuevamente. Beckmann lo había soltado, permitiéndole respirar otra vez. -¡Muévete de ahí!.
Sarah, que había quedado paralizada por un instante, escuchó la voz de Alexander y volviendo a prestar atención al presente, vió como Beckmann corría hacia ella con brutal fuerza. Fred estaba herido en el suelo, quejándose del dolor del disparo que le dió Alexander con el arma que siempre ocultaba. Sarah, tomó el frasco que aún tenía en sus manos, y cuando Beckmann estaba lo suficientemente cerca de ella, abrió el frasco y lo derramó sobre el para después esquivar el embiste.
Beckmann perdió el equilibrio, y se impactó contra el auto que estaba frente a el. Perdió completamente el control y comenzó a gritar de horror.
-¡Maldita!. ¡No sabes lo que acabas de hacer!. Aaaaggghhh.
Todo el contenido del frasco cayó sobre Beckmann. Toda su ira se convirtió en miedo. En un horror indescriptible que lo hizo retorcer y gritar de desesperación. Alexander aprovechó el momento. Se levantó rápidamente aún con todo el dolor en su cuerpo, y creando las dos cuchillas de energía de sus manos, saltó sobre la espalda del aterrado hombre y enterró ambas sobre su espalda. Lo levantó con ellas y lo lanzó por el aire. Cuando cayó al suelo, lo tomó del cuello y cargando ahora, ambos puños, conectó tantos golpes como le fueron posibles y remató a Beckmann, con un poderoso derechazo en la cara.
A pesar del golpe seguía consciente, pero demasiado débil. Aún así intentó responder a los ataques. Pero antes de poder reaccionar, Alexander le clavó una cuchilla en el pecho y lo derribó contra el suelo.
-Ahora... Es momento de que pagues por tus crímenes Lucian Beckmann. Gracias por cierto, por enseñarme que puedo absorber tú energía.
-M-maldito...- respondió con dificultad - tú pronto caerás...
Alexander miró por última vez a su rival. Recordando todo lo que había hecho. Y con una voz grave y llena de seriedad dijo:
-La venganza, te alcanzó... Y yo, te entregaré a ella.
Alexander entonces, absorbió la energía del cristal de Beckmann, a la vez que absorbía sus conocimientos sobre las habilidades que el había desarrollado. Tratando también de obtener todo lo que sabía de su hermana y sobre los cristales. Desafortunadamente, ésto último no pudo lograrlo. Pues era difícil navegar por la dañada mente de su enemigo. Drenó toda su energía, hasta qué finalmente, Beckmann no pudo más.
Los cristales de los anillos perdieron su brillo. El claro se fragmentó y se desarmó. Y el oscuro dió una pequeña explosión que lo convirtió en polvo. Lo que quedaba de Beckmann era un rostro con la mirada perdida, un cuerpo debilitado, y toda la masa muscular que había ganado se perdió.
-A pesar de todo... No seré igual que tú.- Susurró Alexander.
Beckmann, no había muerto. No toda su energía fué drenada. Una muy pequeña parte se quedó en el. La suficiente para dejarlo vivir. Pero, sin el cristal claro, ésa energía se consumiría en algún momento. Por lo que no podría volver a desarrollar poderes.
Poniéndose de pie, muy cansado y apenas estable, Alexander se alejó de su enemigo, que estaba inconsciente, tirado en el suelo. Lo miró fijamente por unos segundos. Después miró frente suya. El hotel a lo lejos, aunque marcado por las flamas, estaba apagado. Las personas habían logrado salir de ahí. Se podían oír las sirenas de las ambulancias y de las patrullas. Pero justo donde ellos estaban, no había nada más que el escenario de aquél combate. Finalmente, volteó detrás de sí, y parada frente a el estaba ella; Sarah.
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Blue Murderer: Ghost Memories
Science FictionAlexander hamill, es un chico de 20 años que terminó perdiendo todo lo que amaba en su vida, viéndose atormentado por causa de la criatura en la que se a vuelto. En la oscuridad de la noche de la ciudad de SkyCity, trata de comprender la verdad sobr...