Capitulo 2.

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~Narra Alexander~

Estaba tranquilo en mi cama, escuchaba algo de música como siempre, inmerso en mi mundo, donde todo era feliz y mis padres me querían. Pero claro, esta sensación no podía durar mucho, así que mi padre me interrumpió entrando de golpe en mi habitación.

-Alexander baja ahora mismo, te voy a presentar a mi novia –dijo fríamente como de costumbre-

-¿Otra más? –Dije algo sorprendido- ¿y la que me presentaste hace dos semanas?

-Esta vez es enserio, y no me repliques mas, baja ahora –digo con el mismo tono de antes-.

-Claro, y la anterior y la otra, todas eran enserio –susurro para mi mismo-.

-Alexander, no me hagas cabrearme contigo por que la vamos a tener –dijo cogiéndome del cuello con rabia para luego tirarme contra el suelo.- Trátalas bien o te mato.

-Claro papa –dije algo asustado tratando de no llorar-

Apague la música algo tembloroso y note que ya no estaba en mi habitación, cerré la puerta y baje las escaleras con cuidado. En el salón había una mujer y una chica, Sofía, al verla me asuste un poco, ella era una de las chicas que me molestaban en el instituto.

-Hijo, ellas son Amanda y Sofía –dijo señalando respectivamente a la mujer y a la niña- aunque ya lo debes saber.

-Claro papa –fingí una sonrisa- me ha hablado mucho de vosotras –le dije a la chicas, siempre era la misma historia, mi padre no sabía estar enserio con nadie.-

-Dios mío, que mal gusto tienes para la ropa –dijo Sofía en tono burlón y con su voz chillona-.

-Sofía –dijo su madre mirándola algo seria-.

-No pasa nada, yo siempre se lo digo –dijo mi padre mirándome mal sin que se dieran cuenta- pero no me hace caso.

-Papa, me voy a mi habitación a acabar los deberes –puse la primera escusa que se me ocurrió intentando que colara-

-Está bien –dijo algo seco y me miro con cara de asco- puedes irte.

Subí corriendo a mi habitación y me encerré, volví a colocarme los cascos con la música a todo volumen, decidí volver a mi mundo. Esa noche no baje a cenar, no me apetecía ver a mi padre y a las dos chicas estúpidas que iban a arruinar mas mi vida. De repente mi padre entro, supuse que las chicas ya se habían ido cuando empezó a gritarme y a pegarme, después de eso se fue. Si, duele que te pegue una persona a la que quieres, pero uno se acaba acostumbrando. Muchas veces había pensado en largarme a donde estaba mi madre, aunque ella nunca me hubiese querido, estaría mejor así, muerto.

~Narra Edith~

~Por la tarde~

Salí de mi habitación, después de estar todo el día pensando cómo encontrar a la escoria que mato a mi madre. De un momento a otro me tope con mi padre que venía con una leve sonrisa.

-Hija, te quiero dar algo antes de que te vayas –dijo mirándome a los ojos-.

-Papa, ya lo llevo todo –le devolví una leve sonrisa- llevo el móvil, la ropa, las llaves del piso, dinero, todo.

-No pequeña, falta otra cosa –me cogió la mano con cuidado, la otra la metió en su bolsillo y saco una pequeña foto, en esta salía una mujer con una larga cabellera rubia que cargaba a una pequeña bebe en sus brazos-.

-¿Es mama? –pregunte mirando la foto mientras una lagrima recorría mi mejilla-

-Si cariño, sois tu y mama –dijo con una sonrisa nostálgica-.

La Hija Del Demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora