La noche era larga, y eso me encantaba.
El tiempo parecía detenerse y atraparnos a Yamaguchi y a mí en una pequeña burbuja dónde nada ni nadie, ni siquiera la hora podrían ser una molestia para ambos.Miré a Yamaguchi, él comía felizmente sin más. Yo hacía lo mismo; estaba feliz, pues sabía que este momento se mantendría por un largo rato y no se iría nunca de mi pensar. Un bello y largo recuerdo, uno de tantos que guardaba con cariño en mi memoria.
Miré nuevamente a Tadashi, él me miró también.
Nuestras miradas se cruzaron como si ambos hubiéramos pedido al otro girar la vista al mismo tiempo para encontrarnos. Era hermoso. Sus miles de estrellas sobre sus mejillas se veían opacadas por un bello sonrojo color carmesí.
Él lo notó pues se cubrió.–No... no pienses mal, Tsukki, yo...–
–Está bien, sé que soy guapo.–
–¿Eh?... jeje... sí...–Él no se veía incómodo sino nervioso y con temor a que yo supiera algo. La verdad es que no sé nada, y no me atrevo a preguntar para saber de qué se trata.
Soy cobarde y tengo terror de cualquiera que sea la respuesta a cualquiera que sea mi pregunta.–Tsukki, mañana tenemos día libre, y me preguntaba si tú...– Hizo una larga pausa.–
–¿Si yo qué?.–
–Inhaló con fuerza. –Si quisieras ir al cine conmigo.– Habló al fin.–Cerró sus ojos con fuerza y apretó sus puños como si hubiese tomado todo su valor y coraje para hablar. Era realmente tierno.
Claramente, aparenté dudarlo, sin embargo, quería responder de inmediato que sí.
Quería acompañarlo, quería darle mi tiempo y recibir el suyo.
Quería estar con él cuánto tiempo fuera necesario.
Quería amarlo todo el tiempo, pese a que él no lo sepa.–Déjame pensar... está bien.–
–¿En verdad?.–
Asentí, Tadashi sonrió. Amaba verlo así, amaba mirarlo en general.
Lo amaba por completo.
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Estrellas. {𝒯𝓈𝓊𝓀𝒾𝓎𝒶𝓂𝒶}
De TodoEmociones que rompen y fingen juntar y pegar los pedazos rotos. ¿Te atreves a leer?.