𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖘: Nunca diré que tengo miedo.

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No quiero ni recordar esa noche. No eran las típicas charlas de que tengo que hacer algo con mi vida, ni siquiera eran las típicas que venía mi hermano a darme un abrazo acompañado de un "Sé que haces esto porque estás destrozado". Por primera vez en mi vida le tuve miedo; cosa que nunca admitiría a viva voz, pero, el Jimin débil que intentaba esconder en lo más profundo de mi ser apareció ante mi familia por primera vez en mucho tiempo y; empeoró mucho cuando llegaron mis padres de trabajar y lo único que dijeron fue "Estamos decepcionados". La disputa acabó con un portazo por mi hermano, unos whiskeys acompañado de una conversación en el comedor por mis padres y un llanto horroroso de horas por mi parte. Esto último tuvo un gran impacto en las bolsas enormes que traían mis ojos hoy a clase.

- Jimin, ¿serías tan amable de conjugar el verbo estudiar en pretérito pluscuamperfecto del indicativo? - Me sonó a chino. Alcé mis entrecerrados ojos hasta la profesora de lenguaje. Nada más y nada menos que la bruja de Hyori. Era de la quinta del profesor de educación física, pero; a pesar de ello, su rostro estaba perfectamente tallado por cualquier dios.

- ¿Si lo respondo te van a pagar la siguiente cirugía que te hagas? Quiero decir, que no me molesta que te pongan más tetas, eh; que nos alegras la vista. - Dije con voz seductora; alzando una ceja a esta, observando como su cara se amargaba por segundos. Antes de que me diera cuenta toda la clase se estaba riendo. Yo solamente dirigí la mirada a mi amigo Taehyung; se estaba partiendo la caja.

- Te vas a directito a dirección, parece que es tu sitio favorito con lo grande que es este centro. - Viré la vista y comencé a guardar los libros y cuadernos, tomando la mochila. - ¿Dónde vas tan rápido? ¿Te crees que no sé qué en cuanto salgas por esa puerta te vas a ir del instituto por el hueco de la verja? - Solté una risa sarcástica.

- Nadie se había preocupado tanto por mí... - Otra vez usé el mismo tono de antes, llevando ambas manos a mi pecho con cara de no haber roto un plato.

- Mh... Yoongi, ¿serías tan amable de llevar a Jimin a su destino? - Preguntó al chico callado de la clase. Parecía un fantasma, nos había tocado en la misma clase por años y ni siquiera sabía su nombre. El nombrado se levantó y salió del aula. Yo le seguí.

- Oye... ¿Yoongi te llamabas? ¿Te apetece que nos vayamos por ahí? En mi casa no hay nadie, podemos ir a jugar videojuegos. Bueno, que si no te gusta podemos-...

- Cállate la puta boca, que no quiero hablar con gente como tú. No me caes bien. - No lo voy a negar. Me quedé atónito. Pensaba que sería el típico alumno reservado.

- Joder, como las gastas. Yo pensando que eras el típico niño bueno que no hablaba por timidez. Pero bueeeeeno, tú te lo pierdes porque soy un tío de puta madre. - Dije echándome flores mientras me encogía de hombros. El muchacho me dejó en la dirección y se fue lentamente, observando el edificio de la universidad de mi hermano; que se veía a través de nuestra puerta de entrada ya que estaba en frente. No le di importancia y entré a ver a mi amigo JinYoung.

- Otra vez aquí... - Farfulló el susodicho. Se notaba que estaba harto de mí.

- Que alegría te ha entrado al verme, eeeeh. - Dije de manera animada.

La conversación fue la de siempre. Cosas que debía hacer, que no debía hacer y blablabla.
Salí pitando en cuanto tuve oportunidad; con tan mala suerte que me choqué con el sexy orientador. Mi cabeza dio en su pecho, estaba fuerte.

- Uh, echaba de menos esa cara tan bonita. - Solté sin pensar; aunque en seguida me acordé de que hablo con mis ''padres'' y en efecto, había metido la pata. - Digo... hola, ¿qué tal? - Intenté dejar de mirarle esos músculos tan fornidos, pero por su mirada yo ya suponía que se había dado cuenta.

- Hey, ¿estás bien? Veo mucha hinchazón en tus ojos. - Entreabrí los labios sorprendido. Ni siquiera Taehyung me había preguntado por ello.

Quería dar una respuesta pero solo me coloqué la mochila y salí al recreo; donde se hallaban todos ya que me pasé las dos primeras horas con el director. Sentía que si le hubiera soltado cualquier comentario de los míos para desviar el tema o cualquier mentira me hubiera puesto a llorar.

- Hey Jimin, ¿ya te han soltado? - Escuché a Taehyung detrás de mí, el cual se estaba echando un cigarro al lado de la puerta de salida. Yo iba a irme a cualquier sitio.

- Eh sí, lo de siempre. ¿Sabes algo de Jungkook? - Le pregunté y él señaló hacía la derecha, ahí se hallaba el pequeño. Estaba ignorándonos mientras jugaba al fútbol.

- Ha decidido ser un buen niño y yo, soy la mala influencia. Pero he visto a ese tío de ahí que le mira de una manera que no me hace ni puta gracia. - Dijo, señalando a un chico que estaba sentado en las gradas, saludando a Jungkook cada vez que le miraba para algo.
Sería de la clase del último nombrado, tenía el cabello de un color morado caído, pálido y los ojos muy rasgados.

- No tengo ni idea de quién es. - Le aclaré a mi amigo, viendo como pasaban críos de la edad de Jungkook. Enganché de la mochila al más cercano que pasó. - Hey niño, ¿sabes quién ese de ahí? - Le pregunté, señalando al susodicho.

- Es... es... Kang Daniel, va a mi clase... - Dijo bastante nervioso. Le dediqué una sonrisa y le solté la mochila.

- Ya sabes quien es, ahora me voy. - Le dije al más alto, caminando fuera del centro. Mi amigo solo levantó la mano y se quedó allí.
Caminé hasta el edificio de la universidad, observando a toda la gente que estaba bien vestida, con libros, almorzando... sabía que jamás llegaría hasta ahí.

Desvíe la mirada y vi a mi cuñada; la novia de Hoseok.
No sabía si hablarla pero me vio y en seguida se acercó a la puerta, saludándome con entusiasmo.

- Hey, ¿qué tal estás, cuñadito? - Preguntó ella. Tenía la misma mirada emocionada que mi hermano.

Hablé un rato con ella, me presentó a Jessi; su mejor amiga. Era muy buena persona, aunque hablaba de una manera graciosa ya que estuvo mucho tiempo en América.
Me despedí una vez sonó la alarma del instituto, simulando que iba a entrar pero; me frené en seco. Estaba Yoongi mirando como me iba, apoyado en los barrotes del instituto. Su rostro pálido estaba sonrosado y ahora sus ojos se dirigían a las dos muchachas que se iban.

- Hey, ¿por qué te quedas mirando? - Alcé un poco la voz, notando cómo sus ojos buscaban a Jessi y después me miraron; cambiando la mirada en seguida al hacer esto último.

- ¿Conoces a Jessi? - Preguntó serio.

Parecía que me iba a reír, ese fantasma estaba pilladísimo por la noona más curvilinea de la universidad.

ʏᴏᴜ ɴᴇᴠᴇʀ ᴄᴏᴍᴇ ᴏᴜᴛ ᴏꜰ ɴᴏᴡʜᴇʀᴇ🔸J+M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora