ʏᴏᴜ ɴᴇᴠᴇʀ ᴄᴏᴍᴇ ᴏᴜᴛ ᴏꜰ ɴᴏᴡʜᴇʀᴇ🔸J+M.

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔: Aquí vuelve Park Jimin.

- Jimin, ábreme la puerta. - Exigía mi hermano. Hacía como dos semanas que no me dirigía la palabra y de repente venía a tocar mi puerta.
Sabía lo que me esperaba y por ello, pasaba totalmente de abrirle.
Esas dos semanas no había salido de mi cuarto; ni siquiera para comer, si tenía hambre mi fiel amigo Taehyung venía por la ventana cuando mis padres no estaban y me traía snacks o refrescos. Suerte que vivo en un segundo y no tenía que arriesgar mucho su vida.

- Jimin-ssi, deja de ser así. Papá y mamá están hablando abajo y como no salgas llamarán a los bomberos. - Su voz firme se me estaba clavando en el pecho. Ya tenía bastante con todo lo que pasaba en mi cabeza.

- Déjame en paz, coño. - Dije con la voz igual de firme que él.

Oí como se iba de la puerta y suspiré tranquilo, ¿no podrían dejarme en paz?
Parecía que iba drogado, porque mi paranoia no me dejaba tranquilo.

De pronto, vi mi puerta caer. Mis ojos se abrieron como platos y mi padre estaba mirándome con un grupo de bomberos. Pues era verdad, tiraron mi puerta.
Los bomberos se retiraron y mi padre se acercó, sentándose en los pies de mi cama; por mi parte solo le miré, con los ojos llorosos por el tremendo susto, o quizá, porque yo... estaba roto.

- No me gusta nada que hagas estas cosas, Jimin. Dame una buena razón de todo esto. - Me quedé en silencio, abrazando mis rodillas; incluso desvíe mi mirada de la suya.

- No quiero enfadarme pero me vas a obligar, ¿verdad? - Dijo algo más alterado que antes. Ahí empezó. Los gritos, los típicos ''Eres un crío tus problemas solo son estudiar e ir al baño cuando te meas porque lo demás te lo damos hecho.'

- Me voy a ir de casa. - Dije. Simplemente eso fue lo que salió por mi boca.

- Debajo de un puente te vas a ir. - Dijo mi progenitor. Mi madre le frenó y lo sacó de mi habitación sin puerta.

[...]

Me desperté sobresaltado, había tenido una pesadilla. Miré mi móvil y eran las seis de la tarde; me había quedado dormido. Estaba tan cansado.
Mis ojos se dirigieron ahora a la no puerta; estaba todo oscuro. Se habrían ido de casa. Suspiré y cogí mi móvil para meterme en mis redes sociales; todos mis amigos estaban felices, saliendo por ahí, incluso Yoongi; mi compañero fantasma estaba subiendo fotos con grupos de amigos en los que estaba la chica que le gustaba.
Pasaron unos veinte minutos y me entró una llamada desconocida.

- Diga. - Dije con una voz cansada.

- ¿Jimin? Soy tu orientador. - Se me cortó el aire de golpe. Me senté en la cama en un movimiento rápido sin saber que decir. - Hace dos semanas que no vienes al centro y ya sabes que eso tiene consecuencias.

- No... no me encontraba muy bien. Cogí una gripe. - Me excusé. Me estaba dando mucho miedo hablar con este hombre.

- Está bien, sin embargo; me gustaría hablar con tus padres. - Dijo con una voz profesional. Con todo lo que había pasado y aún me seguía poniendo a mil.

- No están en casa ahora, pero creo que mañana podré volver a clases. - Le dije temeroso. Se hizo un silencio.

- Muy bien, pásate por mi despacho a la hora del recreo. - Dijo de manera firme tras el silencio de cinco segundos más incómodo de mi vida.

- Está bien. - Respondí.

Colgué el teléfono con muchos nervios. ¿Por qué me tiene que llamar y hablarme tan serio?

Me levanté y caminé despacio fuera de mi habitación. Mis pies estaban descalzos y ya se notaba el frío mientras bajaba los escalones.
Pensaba que no había nadie en casa, pero, estaba mi hermano. A quién menos quería ver.

- Mira quién se ha dignado a salir de la habitación. - Dijo, mientras paraba la película que estaba viendo en Netflix.

- Déjame en paz... - Dije cortante. Estaba tan harto que no tenía ganas de bromear.

- ¿Por qué no te sientas aquí y me cuentas que te ha pasado? Sabes que puedes contarme lo que sea. - Le miré a los ojos y me rompí. Salté al sofá y me tumbe en sus muslos mientras comenzaba a sollozar un poco.

Le hice jurar que no se lo contaría a nadie y exploté. Se lo dije. Le conté todo; lo cual, le dejó estupefacto.

- Jimin... vete a dar una ducha, mañana faltaré a economía y te acompañaré a su despacho. - Me sorprendí. Mis ojos se abrieron como platos y me incorporé para abrazarle. No me había echado la bronca, ni siquiera me había mirado mal. Estaba tan tranquilo.

Le hice caso y me duché, después llegaron mis padres.
Mi padre se disculpó conmigo y yo no le tomé importancia, simplemente me senté con ellos en la mesa a cenar como una familia.

[...]

7 AM.

La alarma hizo su trabajo de sonar y yo abrí los ojos con dificultad.
Hoy hacía el típico día oscuro, lluvioso y asqueroso.

Hice lo de siempre; me vestí, cogí la mochila y salí de casa con la música puesta en mis auriculares.
Salí pronto, eran las siete y media; por lo que sin darme cuenta iba casi tres cuartos de hora antes. Pero bueno, aprovecharía para escuchar los mejores éxitos de My Chemical Romance y fumarme unos cigarros.

Me quedé en la puerta del centro. Ya había bastante movimiento; quiero decir, muchos alumnos habían llegado y estaban como yo, algunos profesores entraban ahora.

Me encendí un cigarrillo maldiciendo esa cárcel para adolescentes. Cambié la canción y en cuanto subí la cabeza un coche aparcó cerca de mí. Podía reconocer al copiloto; era ese maldito hombre que me tenía loco, pero que, parecía odiar a los homosexuales.

Me alejé un poco para que no me viera aunque, yo seguía viéndole perfectamente.
Salió del coche y fue al maletero para tomar su maletín. De pronto, rodeó el coche hasta el asiento del piloto y se agachó.

Había besado a alguien.

En ese momento abrí la boca sorprendido y me quedé mirando descaradamente. Entonces... ¿estaba casado? ¿Era eso lo que le hizo asustarse de mí? De todos modos... ahora me parece algo más interesante que antes.

Al rato, llegó Taehyung y entramos juntos. Le conté toda la movida con mi familia; aunque él tenía algo más interesante que contarme. Se había acostado con Jungkook de nuevo.

Pasaron las dos primeras horas; matemáticas y naturales. Que tortura para algunos pero, que buena siesta para mí.
Me despedí de Taehyung y cuando bajé la escalera estaba mi hermano, Hoseok, esperándome en la puerta del orientador. Me acerqué y le abracé.

- Muchas gracias, hyung... - Le dije con mucha paz mental.

Me acerqué a la puerta y mis nudillos golpearon varias veces.

- Adelante. - Se escuchó al otro lado de la puerta.

Allá voy, a afrontar mis problemas e inseguridades más profundas.
Allá voy, Kim Namjoon.