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Había despertado medio adormilado, sus párpados pesaban y amenazaban con cerrarse, estiró el brazo y tomó la bebida rosada que estaba en la mesita dentro del frasco de vidrio. Se quejó al sentir el sabor amargo atravesar su garganta, lo quiso escupir y vomitar, sintió náuseas, sin embargo, tragó entero el contenido del frasco.

El sabor a fresas que suponía que debía presentarse nunca lo hizo, en cambio, el amargo sabor visitó su paladar y mucho más allá.

No pasó mucho tiempo en que los dolores de cabeza se adueñaron de Seonghwa incesantemente, el mundo se le caía encima a causa de los mareos intensos. Gateó como pudo por el piso queriendo llegar al baño para vomitar como sea y aliviar su más terrible malestar, no podía al perder el equilibrio constantemente, era difícil tener control de sí. Estaba demasiado mareado para coordinar sus pasos, incluso demasiado débil para llamar una ambulancia. A ese paso, temía hasta morir de esa manera tan extraña.

Seonghwa dio la vuelta a su cuerpo con mucho dolor quedando boca arriba, solo el techo blanco podía ver, pero este daba vueltas sin parar. Seonghwa rio amargamente y dejó sus ojos cerrarse perdiendo la consciencia. Al final no pudo irse antes de que Yeosang llegará.

Las horas pasaron y pasaron, ya eran las ocho de la noche y recién el de cabellos rosados recobra la consciencia. Sintió como el olor a fresas y chocolate inundó su ser, olía demasiado fuerte como si se fuera derramado la esencia entera por el piso, las voces de los escandalosos vecinos le hacían doler los oídos. No entendía el porque de tanto ruido, claramente en ese edificio el residente que hiciera ruidos demasiados altos podía ser denunciado y expulsado del lugar. Gruñó en molestia ya ni las reglas se tomaban en serio.

Arrastró los pasos al baño, cogió el jabón y abrió la grifo del agua para lavar su cara. Se dedicó sus minutos a lavar su cara y al mirarse al espejo frente a él, se asustó casi cayendo de trasero al suelo.

¿Qué era eso sobre su cabeza? Arrugó el ceño, pasó las manos por sus ojos tratando de limpiarlos por si había visto mal, pero no. Esas cosas en su cabeza eran unas orejas, lindas pero indeseadas.

Hizo el intento de respirar con calma, el intento fue imposible, era mucha información llegando a sus sentidos como una ola, su cabeza dolía. Por el momento se concentró en buscar alguna pastilla que aliviará su dolor de cabeza, no lo aguantaba.

De hecho, no le tomaba demasiada importancia tener orejas peludas, pero ¿esas cosas eran la razón por la cual podía percibir cada sonido? Es molesto, estaba sensible, muy receptivo a cualquier sonido ahora.

Y para su mala suerte, ya era tarde, solo faltaba que Yeosang lo atrapará aún en su departamento.

Y como si hubiera pedido un deseo y los planetas se fueron alineados a su favor el deseo no deseado se había cumplido.

El chico que reside en el departamento entró después de una dura jornada de trabajo, además de clases tenía un trabajo todos los lunes. Yeosang dejó las cosas en la entrada y se quitó los zapatos como pudo, aflojó la corbata del uniforme, estiró los brazos para luego masajear los hombros, le dolían porque estaba exhausto después de un día tan largo, pero cuando el chico alzó la mirada al frente y se encontró con Seonghwa, no se molesto por verlo aún rondar por su apartamento y tampoco se vio confundido por eso, no obstante esas cosas en la cabeza de Seonghwa ¿eran orejas?

Tragó sin poder creerlo, la piel de Seonghwa ahora era más tersa y blanquecina, sus orejas peluditas de un hermoso color pastel, los labios del mayor se veían tan rojos como las fresas. Su apariencia había cambiado un poco, era el mismo hyung, solo que ahora no parecía real.

❝Love by mistake❞  ፧ seonghwa + yeosang ፧ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora