Seonghwa miraba con la cabeza ladeada el armario del menor, ya se había acabado su ropa de repuesto, cuando esto sucedía solía ir a su departamento, y para ser sincero no se le antojaba ir ahora, probablemente todo se encontraría sucio o con olor a pintura, no sabía con exactitud el estado exacto. Tiró de la ropa hacía un lado para verla mejor, al final se decidió por un overol y un suéter de color blanco con las letras azules en el centro que decían Deja vu. Seonghwa complacido con el resultado sonrió con orgullo y fue hasta la cocina. Yeosang estaba en clases y seguro llegaba cansado de todo ese trayecto pesado. Le tardó una hora preparar todo, pero valió la pena, preparo bibimbap, kimchi, pollo frito –mucho pollo frito– y compró bebidas.
Aunque Seonghwa sabía que el menor prefería comer pollo solamente, hizo el bibimbap para él para que su dongsaeng disfrutara de todo el pollo frito que quisiese.
Cuando Yeosang entró, sintió el dulce aroma por el departamento, sonrió.
—Huele bien ¿cierto? —sonrió con orgullo Seonghwa. —¿Quieres comer, Yeo?
—¡Sí! —El entusiasmo se hizo presente en su voz y Seonghwa se sintió bien por haber tomado la decisión correcta.
—¿Cómo te fue hoy? —quiso saber, Yeosang no era tan hablador a pesar de los años de amistad que ambos compartían.
El chico mordió un poco su labio inferior pensando en su día, pero sin soltar el pollo frito que tenía en su mano.
—Me fue bien, creo... —soltó una pequeña risita. —El profesor de matemáticas hizo un examen sorpresa... y los ejercicios no eran nada iguales a lo que explicó en la clase pasada. —el menor torció el gesto y seguido realizó un puchero, desde ahora estos ejercicios serían su nueva pesadilla. —Pero, ahora me siento mejor gracias a ti. —alzó el pollo que se encontraba en su mano con una sonrisa.
Seonghwa le devolvió el gesto, y el pollo que estaba en su plato se lo pasó a Yeosang bajo su mirada dudosa. —Hoy lo hiciste bien, come mucho nuestro inteligente Yeo. —Seonghwa revolvió los cabellos de Yeosang causando que se avergonzara.
—Hyung, ¿tú qué comerás? —sujetó la mano de Seonghwa, los ojos de Yeosang lo miraban fijamente esperando su respuesta.
—¿Yo? —se señaló a sí mismo con el dedo índice y sonrió. —También hice bibimbap para mí. —los ojos de Seonghwa volvieron a cambiar de color a un verde claro, sus ojos eran hermosos y sus orejitas se movían solas dándole un encanto único.
—¿Hyung no te molestan los ruidos?
Seonghwa dudó en responder, pero eso sería sospechoso y lo menos que quería era preocupar a Yeosang, estaba rindiendo los finales, no quería distraerlos con esas pequeñas tonterías.
—No me molesta, mmm, creo que me estoy adaptando a esto lo suficiente bien. —aseguró, soltándose del agarre de Yeosang y yendo a comer en silencio.
Adaptar... ni un poco, todo lo podía escuchar con tanta claridad que era incluso molesto, solo por momentos es capaz de distraerse y a su vez desconectarse de sus sentidos.
La prueba de que no estaba adaptado, es que incluso pudo escuchar el susurro de duda de Yeosang, «Espero que no estés mintiendo Seonghwa»
La noche pasó algo silenciosa, hacía frío incluso con la calefacción. Seonghwa ese día durmió en la habitación de Yeosang y no en la sala como ya era costumbre.
A las tres de la madrugada Yeosang despertó debido a los quejido de Seonghwa, el mayor temblaba de frío, algo que llamó la atención del pelinegro fue que Seonghwa se tapaba los oídos con bastante fuerza, era obvio que Seonghwa le había mentido durante la cena.
—Tonto, incluso me mientes con esto.
Yeosang abrigó a Seonghwa, colocó otras tres mantas para el frío y buscó los protectores de oídos que había comprado para su mejor amigo medio felino. Al cabo de pocos minutos vio como Seonghwa se relajaba y decidió dormir junto a él para asegurarse de que estuviera bien.
Yeosang estaba desarrollando un interés por cuidar a Seonghwa, antes de toda esta situación buscaba echarlo y ahora quería que estuviera cerca para vigilarlo.
¿Por qué hacía esto? ¿era porque Seonghwa se mostraba débil a veces después de lo sucedido? Seonghwa era muy independiente para todo, incluso con el trabajo en casa, aunque perdía un poco la paciencia con su compañero de cuarto y terminaba en su departamento inclusive si era media noche. Seonghwa llegaba al departamento de Yeosang, se preparaba un cereal y se disponía a seguir con su trabajo hasta horas altas de la noche.
Yeosang estaba por decirlo de una forma acostumbrado de hallar al mayor durmiendo en su sala, se había convertido en algo casi cotidiano.
Además Seonghwa estaba pendiente de que Yeosang no le faltará comida en la despensa, ni comida para llevar cuando le tocará sus días de clases.
Estaba agradecido con el mayor por esas cosas y por permanecer a su lado incluso cuando lo corría del departamento.
Suspiró y acarició las orejas de Seonghwa viendo como su amigo dormía por fin profundamente sin despertarse al mínimo tacto.
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