Palabra clave: Hacha
Canción "bonus inspiración": 'The Confrontation' (Les Mis)
En el barrio de Victoria nunca faltaba comida para nadie; no siempre era abundante, pero jamás llegaba al extremo de que nadie entrara en un estado de inanición, ni siquiera leve.
Todo gracias a Will y Julio, que regentaban la panadería; pero que tenían, por razones que nadie conocía, acceso a una variedad mucha más amplia de alimentos.
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Victoria corría todo lo rápido que sus pequeñas y raquíticas piernas se lo permitían, el viejo collar de su difunta madre enterrado en el interior de la palma de su mano derecha.
Podía oír perfectamente los gritos de los tres policías detrás suyo.
No habían necesitado mucho; verla cogiendo del suelo el collar (que se le había caído del bolsillo, pues no se atrevía a llevarlo puesto por si se perdía definitivamente) y deducir que, por supuesto, una muchachilla de piel oscura vestida con lo que eran prácticamente harapos tenía que haberlo robado.
La niña aceleró el pasó al notar como la empezaban a alcanzar, notando como su respiración se aceleraba; no sólo por la carrera, sino por lo que pasaría si la atrapaban...
...una mano con tres veces el grosor de su muñeca se cerró entorno a la misma.
No se molestó en contener su grito.
Los tres hombres tenían complexiones totalmente distintas, y su cubrían un rango de edad igualmente ecléctico; pero para la niña los tres eran calcos indiferenciables, pues compartían aquellas expresiones de superioridad y unos uniformes que jamás habían significado para Victoria aquello que, en teoría, debía ser su único objetivo.
No había seguridad en sus palabras; la ley no parecía estar representada; como mucho, una mímica de la misma.
Su ley; la ley que decía que una niña que no encajara con lo que una buena chica debía ser merecía ser condenada.
No porque fuera aprender, no porque fuera realmente un peligro para la su ciudad. No; simple y llanamente, porque podían.
Mientras contemplaba -no por primera vez- este pensamiento, a las amenazantes y agresivas palabras se les unieron tirones de pelo para obligarla a mirarles a los ojos mientras la reprimenda y futuras consecuencias continuaban.
Por supuesto, Victoria tuvo que aguantar que la trataran como si fuera un chico y se preguntó si el tratamiento se relajaría si les corregía; pero al instante se dio cuenta de que esto no sería así, y decidió que prefería su situación actual.
No quería rellenar más Casillas del Odio de aquella gente.
Quiso morderlos, atacar de la forma más salvaje y animal posible; pero no tenía fuerza e, incluso si la hubiera tenido, el miedo la paralizaba demasiado como para actuar.
Los dos hombres que se habían mantenido algo alejados se cernieron sobre ella, intercambiando miradas cómplices de quién ya se ha visto antes en esta situación.
Su respiración pasó de estar acelerada a cortarse casi por completo. En el fondo, quería creer que no iban a hacer nada especialmente terrible con ella (por la cuenta que les traía); pero, fuera lo que fuera que ocurriese...
...no podía hacer nada.
No se dio cuenta de que tenía el pelo embadurnado en sangre hasta que la tensión de su muñeca se vio rebajada sin previo aviso.
Se apartó del policía, que ahora era dos mitades bien diferenciadas, de cuyas entrañas empezaban a crecer... ¿eran eso raíces? Sólo las había visto en ilustraciones; y aquellas cosas deformes y peludas no se parecían demasiado a la idílica imagen mental que se había formado de las mismas.
Fue a abrir la boca cuando alguien tiró de ella hacia atrás, con un cuidado que era la antítesis de la actitud del difunto policía.
- Tranquila, ya estás a salvo –reconoció al instante la voz de Will, de la panadería. –Unos minutos más y nos podremos ir...
Puede que Victoria fuera niña, que no pudiera permitirse ni tan siquiera aprender a leer y que los instintos de supervivencia a veces la hicieran parecer más animal que humana, pero seguía siendo bastante lista; más que suficiente para entender que había alguien más allí con ellos.
Alguien que había partido por la mitad a un hombre en cuestión de segundos, transformándolo en... ¿una planta? Algo así. En el proceso.
Saber qué no podía ser otro que la pareja de Will, Julio, no hizo que ver al amable y normalmente estiloso (incluso trabajando en una panadería artesanal) hombre enarbolando lo que parecía ser un hacha tan grande como su propio torso fuera menos impresionante.
En ese mismo momento, estaba decapitando al tercero de los policías; convirtiéndose casi al instante en una extraña simbiosis entre un cerdo y un humano.
Se giró a Victoria y...sonrió; una sonrisa cálida y honesta.
Se arrodilló a su lado y, aunque una parte de ella le pedía a gritos que continuara en silencio, no pudo hacerlo.
- ¿Eres...eres un monstruo? –la sonrisa de él se amplió.
- No más qué ellos. Si tu pregunta es si soy humano...sí, lo soy; pero... ¿hago cosas que a no todo el mundo le parecen bien que, de hecho, les horrorizarían si las vieran? También; pero creo que tú las entiendes...
¿Lo hacía? Creía que no, pero había algo en la forma de hablar de Julio...
- Julio –recriminó el otro hombre desde detrás de ella. –Si decide venir, tiene que ser por decisión propia, no influenciada por ti.
Ella los miró, confusa.
- ¿Cómo que venir?
Ambos se encogieron de hombros.
- Es cierto que no sabemos tu nombre, pero desde lo de tus padres...te hemos visto vagabundear por el barrio, y no es justo que vivas en la calle.
- Era eso o un orfanato, ¡no quiero un orfanato!
- Por eso habíamos pensado...acogerte.
- Pero debías saber nuestro secreto –comentó Julio, como el matar gente para que se convirtieran en alimentos no fuera más que un hobbie peculiar cualquiera...
...por eso siempre había comida para todos; por eso ningún grupo fascista o la policía (si se desea hacer tal separación) entraban en su barrio.
Su comida eran las víctimas de Julio y Will.
Sabía que debía haberse horrorizado, tal y como había indicado Julio; pero no lo hizo.
En su lugar, se puso en pie y les sonrió.
La decisión estaba tomada.
Con las cartas que le habían tocado, lo más probable es que acabara siendo monstruo de una forma u otra.
- Hola, soy Victoria; será un placer dejar que me adoptéis.
Dedicó una última mirada a los cuerpos mutados, suponiendo que los llevarían discretamente de vuelta a la panadería.
Si voy a ser un monstruo, al menos seré uno que ayuda.
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2p0okyTaletober21
RandomDurante el mes de Octubre de 2021 participé en un reto promovido por @EcosDeTinta en Twittah para escribir algo evocado por una palabra al día and...¡éste es el resultado! Además, como soy así, para cada historia usaba también una canción aleatorísi...