6; sentirse querido

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cerca de las siete, casi una hora después de que felix concilió sueño, hyunjin despertó.

su calurosa, molesta y sudorosa cabeza estaba apoyada en la espalda del rubio, su brazo invadiéndole la cintura. percibió inmediatamente la fragancia a fresas y menta, una combinación rara pero confortable.

cuando su cerebro comenzó a funcionar se separó del cuerpo ajeno como si quemara, ¿qué estaba haciendo?

— mierda — dijo, llevando sus manos a su cabeza.

estaba completamente sudado y con la cabeza caliente, el puntazo no tardó en llegar y por un momento sintió que estaba bajo la lluvia otra vez, a punto de desmayarse.

— ¿hyunjin?

felix fregó sus ojos con el puño, apoyándose con su codo para poder mirar al mayor o al menos intentarlo porque hwang ya estaba de espalda a él.

— ¿qué pasa, estás bien? — salió de la cama, yendo hacia él con preocupación. — hyunjin.

— creo que tengo fiebre. — susurró frunciendo el entrecejo, amagando para levantarse pero felix no lo dejó.

— no, no, quédate. — soltó con rapidez, haciendo un poquito de fuerza para tumbar al pelinegro en la cama otra vez y ponerle la mano en la frente, descendiendo a sus mejillas, rozando intencionalmente sus dedos con sus labios. — estás ardiendo, hyunjin. no salgas de la cama y espérame.

hyunjin quiso negarse, decir que estaba bien y que se iría, pero ninguna de esas cosas era verdadera. se sentía como la mierda pero igualmente quería estar con el pecoso.

entonces lo vió salir a las corridas, seguramente por un paño mojado y frío para calmarlo y quién sabe qué más. suspiró y se secó un poco con su mano, odiaba estar así porque se sentía del asco y se veía asqueroso, empapado de sudor y con las mejillas rosas.

suspiró cansado y se acostó contra el respaldar de la cama mientras esperaba al menor, hundiéndose en sus pensamientos y recordando todo lo del día anterior.

la pelea, las mentiras, el dolor, la inseguridad, el llanto, felix.

felix.

felix era su salvación.

llevó sus manos a su cabeza y negó.
estaba tan casado de todo, tan exhausto.

— bien, acuéstate. — escuchó y se acostó, mirando a felix sostener un taper con agua y un paño dentro. — no encontré pastillas para la fiebre, así que sólo puedo ayudarte con esto pero si quieres puedo ir a comprar y..

— no, no. está bien lix, gracias.

— ¿seguro?

hyunjin asintió y seguidamente vió las acciones del menor con detalle, desde que dejó el taper con sumo cuidado sobre la mesita de luz hasta que terminó de escurrir el paño con sus pequeñas manos para colocarlo sobre su frente.

todo eso lo hacía sentirse querido.

— si necesitas algo dime, ¿si? — dijo dulcemente al acariciar con paciencia y delicadeza los cabellos negros de hyunjin, dejándose llevar un rato por estos. — levanta el brazo, te tomaré la temperatura.

el mayor lo apreció nuevamente, sonriendo por la sonrisita de dientes contagiosa que transmitía confort y felicidad para no hacerlo sentir solo y enfermo.

felix era todo un caso; uno bonito, irreal, que se presentó por accidente.

hyunjin sólo esperaba que deje de ser tan atento y lindo con él porque terminará buscando amor.

✮: love me, I don't want to go home 𖤐 hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora