Quinto

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Terminamos hablando de los retos y cómo nos fue la noche anterior, en la mesa de la casa de Chae...

La perdedora.

Bueno, además de Jihyo y yo, Mina logró cumplir con lo que se le había impuesto, aunque fuera difícil de creer, pudo completar su desafío eficazmente, sí, a todas nos sorprendió, pero fuimos testigos.

La pobre coreana menor no estuvo ni cerca de siquiera empezar con su tarea, prefería hacerse pis que irle a pedir el número a alguien.

Pero eso nos terminó viniendo bien a todas, porque nos preparó unos ricos tacos para comer, nosotras trajimos las bebidas, en forma de cortesía.

—No terminaste de contar lo que sucedió con Sana y el viejo. — dijo Jihyo con la boca llena.

—Ah sí, — me hice la tonta — cuando el viejo se estaba por tirar encima mío, Sana apareció de la nada y le dio un golpe que lo tiró al piso.

—Dios mío. — comentaron Chae y Mina, tapándose la boca al mismo tiempo.

—Y después de eso no lo dejó acercarse a mí, porque el acosador quería pasarla por encima, sin embargo terminaron llamando a seguridad y lo sacaron por la fuerza.

—¿Y tú cómo te sentiste en este momento? — cuestionó la coreana mayor.

Honestamente.

—Estaba con miedo, y una ansiedad que sobrevolaba los límites, en verdad.

—Me imagino, qué casualidad que haya aparecido en el momento justo... — Mina no se mostraba muy convencida con la veracidad de los hechos.

—Sí, — concordó Chae — pero por suerte lo hizo, deberías agradecerle.

Todas nos quedamos duras al oír estas palabras de la más pequeña, jamás pensamos que podrían salir de sus labios.

—Creo que Chae tiene razón. — Jihyo se sumó a la causa.

—Chicas, la traté muy mal después de eso, le dije que se fuera de mi vista, que no la quería conmigo.

Para mí en ese entonces estuvo bien lo que hice, pero ahora analizando mejor las cosas, fui muy mala.

—Pero se supone que lo hizo desinteresadamente, — Mina abrió un debate — algo que haría cualquier chica por otra-

—No es algo que haría cualquier chica por otra. — intervino la mayor.

No puedo creer que las mismas amigas que siempre la quisieron lejos mío, ahora la estén defendiendo.

—Mayoritariamente sí, pero a lo que voy es que no le debe nada, más que un simple gracias y unas disculpas, porque en verdad, fuiste vil, pero no más que eso.

Aish, qué gran indecisión, me las voy a ver pésimo esta noche con mis ideas, de lo que está bien y mal, mañana cuando la vea en la escuela veré qué hacer.

Seguimos discutiendo un rato más respecto al tema, ya que nos teníamos que ir temprano, porque en unas horas nos tenemos que levantar temprano para ir a clases.

[...]

Más allá de todas las palabras que me dijeron mis amigas, la resolución del conflicto quedó en mí, al final no fue mucho más lo que tuve que auto dialogar para llegar a un acuerdo y quedar satisfecha.

Las mañanas, muy temprano siempre son diferentes, todo el mundo va caminando dormido por un estrecho pasillo que los lleva hacía un diminuto salón, donde deberán pasar las próximas horas de su vida.

—¿Qué decisión tomaste? — una intrigada Chae quería saber la respuesta apenas me vio sentarme junto a ella.

—La invitaré a tomar un helado.

Suffocated || SaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora