IX

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-Esta será su casa- dijo la mujer haciendo que el hombre que la acompañaba detuviera la camioneta frente a una casa blanca, demasiado perfecta para mi gusto

-¿Cuanto tiempo viviremos aquí?- pregunto mi pareja mientras yo volvía a mirar mi delgada y larga mano esperando a que un duende mágico llegará y me regresara a casa junto a mi madre y mi tío... Mi tío Matt, su nombre era Matt.

-¡El que quieran!- dijo la mujer con una falsa felicidad - pueden mudarse a donde quieran pero la única condición es mantener contacto con el gobierno. Es fácil ¿no?- la mujer volvió a sonreír pero esta vez me miro a mi esperando a que yo le contestara. Abrí la boca pero de nuevo un malestar me invadió

-Quiero vomitar...- apreté la voz, tome mi barriga y la mano de mi pareja en un rápido movimiento hacia delante. Odio estos malditos ataques...

-Ay, tranquila cielo, es uno de los bellos síntomas del embarazo...-

-No estoy embarazada- dije entre dientes y de una manera muy grocera, más de la que esperaba, haciendo que la mujer se avergonzara y mirara al hombre que también me veía con detenimiento- hay que entrar...- le dije a mi pareja en un susurro a lo que el asintió con el ceño fruncido.

-Gracias por mostrarnos el vecindario- dijo él mientras abría la puerta y salía conmigo cogidos de la mano. Entramos a la casa y fui directo al baño sin notar que el me seguía. Al tomar el picaporte y abrí una pequeña ranura de la puerta, el quito mi mano y cerro la puerta de golpe

- Estoy enfrema- dije mirándolo enojada haciendo una sombra bajo mis ojos, mi mirada intimidante se esfumo al soltar una arcada parecida a un eructo obligándome a tapar mi boca- porfavor- susurré suplicante. Solo... Quiero soltarlo todo.

-¿Me crees tonto o que?- fruncí el ceño y antes de preguntarle de que rayos hablaba el me interrumpió-¿Crees que con hacer esas estupideces de chica de quince años malcriada mágicamente tu madre volverá?- empecé a hacerme una idea de lo que me estaba diciendo. No puede haberse dado cuenta

-No se de que hablas- trage la bilis de mi boca y me fui como si cualquier rastro de malestar se hubiera ido...pero las ganas de desahogarse seguían presentes. Camine hacia la lujosa cocina y fui hacia el refrigerador.

Mira que si esta casa no viniera amueblada y con la compra de la semana hecha eso habría sido muy estúpido.

Tome una botella de agua y me la tome toda.

-Tamara- susurro el desde la puerta de la cocina haciendo que recordara la forma en la que mi madre dijo mi nombre la ultima vez...- ¿que quieres lograr con eso? Solo me traeras más problemas- me quede en silencio mirando el piso. La respuesta a esa pregunta es... Bastante complicada

-Solo quiero estar con ella- dije tratando de no desgarrar mi voz pero ya era muy tarde para detener la lágrimas de mi intenso vacío - no merecía morir... Solo fue un error- pensé que me entendería, que me abrazaría y me diria que todo estaria bien... Pero en vez de eso escuche su carcajada obligándome a enfrentarme con sus oscuros ojos cafés... Casi tan normales como los mios

-Eres tan parecida a ella- susurro acercandose a mi con una sonrisa nostálgica- ella lo único que quería era estar de nuevo con su familia y para eso pensó que seria buena idea morir... Pero nadie sabe que hay del otro lado, nadie sabe si hay unas inmensas puertas de oro con cerubines cantando por todas partes o solo una inmensa oscuridad- mire hacia un costado tratando de evitarlo pero su gran mano tomo mi mentón obligandome a ponerme en una posición que me dejaba vulnerable a su mirada la cual me juzgaba- creí que eras un poco más inteligente, de hecho eso fue lo que hizo que llamaras un poco más mi atención- mis dientes estaban tan apretados que me dolía la mandíbula, trataba de evitar gritarle. No podíamos arriesgarnos a que piensen que somos disfuncionales y vuelvan a meterme dentro del sorteo de parejas... Estoy harta de estas estupideces...

-Soy más inteligente de lo que crees- susurré sin pensar que lo estaba provocando

-Pruebalo- dijo para pocos segundos decir:- besame y trata de no enamorarte de mi, así sabré que eres inteligente-

No hay necesidad de narrar lo que paso esa noche, seria muy vulgar de mi parte contarles con lujo de detalle que tuvimos sexo... Pero para suerte de ambos, no quede embarazada por que al parecer aun siguen existiendo los condones... O los milagros

If you're reading this its too late 1.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora