Pero justo entonces, noté un movimiento delante de mí, y cuando abrí los ojos, vi a un Katarlazz muerto en el suelo sin cabeza, y a Rebekya a mi izquierda, con su espada ensangrentada.
-Bueno, ahora sí, ¡A matar a estas ratas voladoras! -exclamó Krallensath, llamando la atención de los Katarlazz, mientras Daylor disparaba a uno de ellos en la cabeza y lo mataba al instante.
-Lo siento por hacer eso, soy un imbécil. -dije mirando a Rebekya.
En ese momento, se me acercó y me besó mientras los demás luchaban contra los Katarlazz.
-Eres mi imbécil. -dijo sonriendo al separarse de mí.
-Para siempre. -aclaró enseñándome el anillo de su mano que le regalé cuando nos casamos, haciéndome reír.
En ese momento, un Katarlazz vino a por mí, pero Rebekya lo desvío disparándole un gancho que lo atrajo hasta ella, y yo le corté las alas, y seguidamente, la cabeza, matándolo. Narya se subió a un árbol, y vio como los Katarlazz volaban de lado a lado, chillando y riéndose, evitando los ataques de los demás. Mientras estaba en el árbol, notó que uno de los Katarlazz siempre hacía el mismo recorrido, y justo cuando estaba debajo de ella, se tiró encima, y al caer en la espalda de la criatura, le atravesó el pecho con su espada, matándolo y sacando su espada, manchada con la sangre del Katarlazz.
-¡Al abordaje! -exclamó Yannerk, emocionado.
-¿Al abordaje? -preguntó uno de los piratas.
-Perdón, la costumbre. -aclaró el Capitán.
Yannerk se juntó con Leisek al lado de un árbol, y Yannerk levantó su brazo con la espada en la mano mientras uno de los Katarlazz pasaba volando, atravesándole desde el pecho hasta la cola, y cuando la criatura cayó al suelo, antes de tocarlo, Leisek le cortó la cabeza, manchándose la cara y la ropa con la sangre del Katarlazz, al igual que le ocurrió a Yannerk por estar debajo de éste. Vylleinor estaba atento a cada vez que Daylor derribaba a algún Katarlazz, pues aprovechaba a que estos estaban en el suelo para cortarles la cabeza, ya que no llegaba a ellos cuando volaban por su corta altura. Más apartados, Krallensath y sus soldados reían a carcajadas, pues eran atacados por los Katarlazz sin descanso, pero al no recibir daño, los mataban fácilmente y de formas brutales. Cuando ya sólo quedaba uno, éste fue a por Krallensath, y cuando todos estaban mirando, el Nykesall agarró al Katarlazz, lo partió a la mitad, y lo tiró al suelo, muerto por la fuerza que ejerció el Nykesall sobre él.
-Ha sido más fácil de lo que pensaba... -murmuró Vylleinor.
Pero un último Katarlazz llegó volando a toda velocidad a por Yannerk, por su espalda, por lo que el pirata no lo vio venir.
-¡Yannerk! ¡Cuidado! -exclamé.
Cuando éste se dio la vuelta y vio al Katarlazz volando hacia él con las fauces abiertas, Mellany saltó desde un árbol y le cortó el cuello a la criatura, haciendo que el cadáver del murciélago gigante cayese sobre Yannerk, aplastándolo.
-Duele... Mucho... -murmuró Yannerk intentando quitarse al Katarlazz muerto de encima.
-¡Lo he matado! -exclamó Mellany, emocionada, mientras Krallensath cogía al Katarlazz muerto y liberaba a Yannerk.
Más al Oeste de Throndill...
Garenthol y Jatillah aparecieron en lo que parecía ser lo alto de una colina, rodeada por un denso y frondoso bosque.
-¿Para qué hemos venido? -preguntó Garenthol con su espada en la mano.
-Hemos venido a reclutar a unos... Amigos. -contestó Jatillah caminando entre los árboles del bosque.
Pero para tardar menos, sacó su espada, y ésta se alargó de una forma increíble, permitiéndole cortar más de 100 árboles al mismo tiempo, abriéndoles paso para llegar más rápido.
-Esto parece muy solitario. -dijo Garenthol mirando a su alrededor.
-¿Quién puede vivir aquí? -
En ese momento, se fijaron que entre los árboles del bosque habían casas y estructuras de piedra destruidas y en ruinas, y justo al lado, el cráneo de un humano de tamaño gigantesco.
-Quieto. -ordenó Jatillah poniendo su espada, de nuevo de tamaño normal, delante de Garenthol.
-Nos están mirando. -
-¿Dónde...? -preguntó Garenthol.
En ese momento, Jatillah señaló a una de las ruinas, una torre, del mismo tamaño que los árboles. Sin embargo, no señalaba exactamente a la torre, si no, a lo que había detrás. Cuando Garenthol se fijó bien, pudo ver a un humano de almenos 7 metros de alto, con los ojos amarillentos y una sonrisa ensangrentada y terrorífica.
-¿Qué te hará pensar que los Titanes nos van a hacer caso...? -preguntó Garenthol, en voz baja.
-Uno de ellos mide 20 metros, es el Titán Monarca. Él tiene el poder de controlar a los Titanes. Si le matamos, conseguiremos ese poder, y los Titanes trabajarán con nosotros en el plan de reconquistar Throndill. -explicó Jatillah.
En ese momento, el Titán que les estaba observando corrió hacia ellos, abriéndose paso entre los árboles, aún con su perturbadora sonrisa. Éste agarró a Jatillah, y cuando se lo llevó a la boca, Garenthol le cortó los tobillos a la criatura, matándola en ese instante y haciéndola caer al suelo, soltando a Jatillah.
-¿Porqué no te has soltado tú mismo? -preguntó Garenthol.
-Sabía que podías salvarme tú, para algo te entrené. -contestó Jatillah.
-Pero podrías haberle matado tú, ¿Verdad? -añadió Garenthol, mirando a su alrededor para asegurarse de que no hubiese más Titanes.
-Con los ojos cerrados. -afirmó Jatillah, sonriendo de medio lado.
Cuando salieron del bosque, notaron unos fuertes pasos cerca de ellos, y al mirar de nuevo a los árboles, vieron a un gran Titán, más alto que el que se habían encontrado. Éste Titán era el nombrado Titán Monarca, antiguamente el Rey de la ciudad destruida, tenía la barba larga y de color gris y era prácticamente calvo.
Al ver a Garenthol y a Jatillah, la criatura rugió con fuerza ante ellos, y muchos Titanes, de distintos tamaños, salieron de entre los árboles y corrieron hacia los Dioses, rodeándolos para devorarlos.
-Empieza el reclutamiento. -añadió Jatillah, sonriendo mientras se preparaba en su posición de combate, al mismo tiempo que Garenthol, con su cara de seriedad de siempre.
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Throndill: El Árbol Del Alma
FantasíaTras 16 años de paz, Neith y Rebekya tuvieron algún que otro problema con el príncipe del reino, el cual les apresa. Sin embargo, una chica que al parecer conocen desde hace algunos años, pero que ellos no recuerdan, se presenta ante ellos para prop...