La luz y la oscuridad, el bien y el mal; la gran batalla que ha persistido desde el inicio de los tiempos. Demonios y ángeles que luchan constantemente para que nuestras almas no sean arrastradas a las llamas del infierno.
Bueno, eso es lo que nos...
En tus ojos encontré el sentido de la palabra amor.
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—¿Querías verme? padre
—Víctor, ¿qué es lo que estás haciendo?
—¿De qué hablas?
—De Samael. Te estás metiendo en un terreno que no conoces, te prohíbo indagar en eso.
—Pero, ¿te mostraron el vídeo de seguridad? Llamaré a Elías.
—Víctor, ya lo he visto. Él es muy peligroso, no quiero que por tu culpa termine en mi contra. Prefiero tenerlo trabajando para mí y no como enemigo o muerto. Así no me sirve.
—Padre, tengo la sospecha que la mujer de su especie es el principal ingrediente de la droga, no sé cómo, pero ella tiene que ver en la elaboración.
—¡Qué idiotez dices!
—Él guardó la información y la ha ocultado. En el vídeo se ve que toma algo del computador.
—Víctor, ¡¿No me estás escuchando?! No te obsesiones con eso, es algo que no podemos manejar, así que te lo prohíbo. ¿Entendiste? —Víctor no contestó y frunció el ceño—. ¡¿Qué si entendiste?!
—¡Sí! ¡¡Entendí!!
—Bien, retírate y no quiero saber más de este tema. —Víctor salió del despacho de su padre a paso rápido, apretaba la mandíbula furioso.
—Pero qué hijo de puta maricón, me ha acusado con mi padre —dijo casi en un susurro solo para él.
***
—Buenos días Ezequiel, siéntate, estoy haciendo el almuerzo. —Él no contestó y tomó asiento en el desayunador.
—¿Dónde está Eli?
—Aún no despierta.
—Desde que estás aquí, cocinas. ¿Por qué, si antes no te gustaba hacerlo?
—Mientras estuve en Alemania aprendí algunas cosas y le encontré el gusto, es mi forma de agradecer todo lo que has hecho por mí. Es lindo saber que después de mucho tiempo aún sigo teniendo un lugar aquí con ustedes, a pesar de haber hecho todas esas estupideces y dejarlos por tanto tiempo.
—Sabes que este será siempre tu hogar.
—A veces eres tan lindo. Quién diría que este hombre loco y amargado tiene un corazón tan grande. —Ezequiel se quedó en silencio, Neimy se sentó frente a él, puso los codos en la barra del desayunador y apoyó su barbilla en sus manos y lo miró fijamente.
—¿Pasa algo?, te he visto preocupado. Eres un amargado, pero estás un poco más de lo normal. ¿Es por Eli? —Eli salió de su habitación y escuchó su conversación, se quedó detrás de la entrada en silencio—. ¿Algo pasó?
—Hay un vídeo del laboratorio, las personas para las que hice el trabajo, saben de Eli y de mí.
—Entiendo. Ella está aquí, no te preocupes. No permitiremos que le hagan daño.
