La venganza nunca será la mejor opción, pero será tu mejor consuelo.
Ezequiel removía su pie encima de la mano de Víctor, él gritaba e intentaba sacarla con desespero.
Ezequiel desvío la mirada hacia la carretera y observó las luces de un auto que se acercaba, quitó el pie de la mano de Víctor, lo tomó del cuello y lo levantó, extendió sus alas y se elevó.
El hombre se retorcía mientras él se elevaba y se llevaba hacia una zona más apartada. Víctor se quejaba y se esforzaba por respirar y liberarse de las manos que apretaban su cuello.
—Deja de moverte o te soltaré —dijo Ezequiel con una voz relajada y con una pizca de diversión.
Después de unos minutos descendió y lo soltó de una altura como de tres metros, para que golpeara contra el suelo, Víctor intento levantarse y observó las ruinas donde estaban. Un aroma pestilente lo hizo mirar hacia todos lados ubicando el cuerpo en estado de putrefacción del director que seguía atado a un árbol y pegó un grito de terror.
—¡Pero qué mierda!, ¿en dónde estoy?
Una sonrisa maliciosa se dibujó en los labios de Ezequiel.
—Eso es lo que menos importa, lo que importante, es lo que vamos hacer aquí, tú y yo. Nos vamos a divertir. ¿Recuerdas que te dije que no jugaras conmigo? Pero te crees un chico rudo. Eres muy estúpido al pensar que puedes fastidiarme y creer que no haré nada al respecto.
Ezequiel se puso de cuclillas acercando su rostro al de él, respiró hondo y cerró los ojos como si disfrutara de su aroma.
—Puedo oler tu miedo y eso me encanta, creo que hasta me excita.
Eres un maldito sádico —dijo y lo escupió en el rostro.
Ezequiel no se movió y con una sonrisa limpió su rostro.
—¿Un sádico? Me gusta, esa es la palabra correcta. Sádico. Suena bien.
Sus hermosos ojos azules cambiaron a un oscuro espeluznante, no se podía distinguir su pupila, era una oscuridad profunda como si las cuencas de sus ojos estuvieran vacías. Víctor abrió los ojos aún más. Ezequiel se paró de golpe y pateó con fuerza su rostro haciendo que cayera boca arriba en el suelo. Víctor soltó un quejido y se cubrió la nariz al sentir que empezó a sangrar.
Ezequiel se acercó y le puso el pie en el cuello.
—Dime algo Víctor. ¿Tú sabes quién es Belial?
—No, no lo sé, en verdad, no lo sé ¡ah ah!
Sacó una pistola de su espalda baja y le dio un disparo en una de sus piernas. Un fuerte alarido salió de la boca de Víctor mientras se retorcía en el suelo.
—Te preguntaré de nuevo, ¿sabes quién es Belial?
—¡No! ¡no lo sé! ¡Yo solo tenía trato con el Cardenal desde hace tiempo, tenemos algunos negocios con él! Cuando me contactó, me dijo que le habían informado del incidente del laboratorio y preguntó si nuestra gente había tenido que ver con eso, que le interesaba saber sobre ti y la híbrida que te habías llevado. Que tú y ella valían mucho dinero y si les daba información me pagarían muy bien, pero lo único que supe de ti, fue gracias a la información que me dio Nina.
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𝐍𝐄𝐏𝐇𝐈𝐋𝐈𝐌 "HIJO DEL PECADO"
BeletrieLa luz y la oscuridad, el bien y el mal; la gran batalla que ha persistido desde el inicio de los tiempos. Demonios y ángeles que luchan constantemente para que nuestras almas no sean arrastradas a las llamas del infierno. Bueno, eso es lo que nos...