𝐍𝐄𝐏𝐇𝐈𝐋𝐈𝐌 "HIJO DEL PECADO"

Cobrando deudas

Elliot y Ezequiel observaban las imágenes de un dron que les mostraba una pantalla de una tablet, veían como la casa club estaba rodeada de hombres armados. Isaías entró con cautela llegando por sorpresa, mató a algunos hombres que custodiaban el lugar y dañó algunas cámaras para no ser visto.

—Es bueno —dijo Elliot.

Claro que sí, tiene entrenamiento. Supongo que debe ser algo así como un militar. —interrumpió Melissa, al acercarse a ver la pantalla, enredando su dedo en un mechón de su cabello nerviosa.

—¿Te ha dicho porque traicionó a su ejército? tengo entendido que él iba a ser el comandante.

—No es un traidor, los arcángeles lo traicionaron a él. Solo me dijo que estaba decepcionado de su raza. Lo habían educado toda su vida para ser el mejor comandante. Le habían enseñado a respetar las reglas al pie de la letra, a ser más que perfecto, porque tendría uno de los cargos más importantes y estaría a lado de los arcángeles más poderosos e importantes de Celeste, pero cuando estuvo listo y fue llevado al palacio, descubrió que todo era una mentira, lo habían educado para proteger las mentiras y las atrocidades que sucedían en ese lugar. Simplemente no pudo aceptar proteger todo aquello que le había enseñado que era algo terrible. No quise indagar más sobre eso porque parecía algo perturbado.

—Dijo algo así cuando estuvimos con Raziel —comentó Ezequiel, todos lo miraron y luego se quedaron en silencio por un par de minutos mirando la pantalla.

—Esto es horrible, los nervios me matan, quisiera poder ayudar, pero sé que solo sería un estorbo —comentó Melissa, rompiendo el silencio.

—Tranquila, todo estará bien.

—Eso espero Elliot.

—Ya casi es hora, mantén el dron lo más alto posible para que no lo puedan ver, cualquier cosa, avísanos, estaremos todo el tiempo en contacto. —le indico Ezequiel al entregarle el control del dron a Melissa.

—Sí.

—Por favor, haz que regrese Isaías.

Los ojos de Melissa se llenaron de lágrimas, la preocupación se notaba, era demasiada la impotencia que sentía al solo quedarse y mirar. Ezequiel desvío la mirada a Eli y Ashley

—Vámonos, Isaías tiene el camino libre. Rápido, antes de que se den cuenta, solo tenemos unos cuantos minutos para entrar, en lo que van a investigar la falla de las cámaras.

Elliot tomó algunas armas y se colgó su arco y flechas. Los cuatro subieron a una camioneta todo terreno 4x4 dirigiéndose por el campo para llegar por la parte trasera de la casa club, mientras que Melissa se quedó mirándolos marcharse con la Tablet en sus brazos, apretándola como si fuera algo muy preciado. Una corriente de aire le acarició el rostro, haciendo que su cabello se moviera, el miedo se reflejaba en su rostro.

—Dios, que vuelva con bien —susurró.

Al llegar a pocos metros de la casa, dejaron la camioneta y corrieron los cuatro saltando la pared, logrando un salto muy alto con ayuda de sus alas, Ezequiel tomó a Elliot ayudándolo a pasar la enorme pared, una vez estando del otro lado, habían enormes jardines, rápidamente se ocultaron y casi al instante 4 hombres armados pasaron muy cercas de su escondite.

—Revisen bien todo el lugar y alerten a los demás, que vengan y revisen las cámaras. Esto no me da buena espina —comentó uno de los hombres.

—Sí señor, enseguida.

Siguieron avanzando por el jardín, por el camino tuvieron que asesinar algunos hombres que resguardaban el lugar, usando un arma con silenciador. Los sorprendían por detrás con un tiro en la nuca. Se reunieron con Isaías que los esperaba poco antes de llegar al centro del enorme jardín. Se encontraba en cuclillas entre unos grandes arbustos.