[SCAPE FROM THE REALITY] THE BOYZ

第一個現實 ；一

La primavera había llegado, aún así no se sentía feliz con su llegada, porque no estaba acostumbrado, nunca lo estuvo, no estaba acostumbrado a las flores y el color, parecía que los murmureos de las personas aumentaban aún más con esta estación del año.

Hoy había soñado que estaba en una cafetería, comiendo un helado de chocolate, pero había alguien allí que no conocía, le asusto, la persona de ese extraño sueño le había dicho que saliera de su sueño y que no pertenecía ahí, automáticamente, despertó.

Se le hizo extraño porque nunca antes experimento algo así de raro, incluso su pequeño corazón se había espantado, latiendo más fuerte de lo normal cuando despertó.

Sin embargo, se levanto para ir a la universidad, arreglándose para ir, sin importar su mal presentimiento, pensaba en que pasaría algo malo pronto, no le importaba, o al menos actuaba como si no lo hiciera del todo.

Porque en la universidad todos lo veían como alguien diferente a lo que era, por sus padres y por su dinero, no le agradaba eso, pero le gustaban los comentarios sobre su apariencia.

Nunca le gusto su forma de ser, le asustaban las miradas de los demás sobre él, sentía que miraban sus errores, nunca le gusto su rostro, nunca le gusto como los demás lo miraban cuando pequeño, con pena y lastima, siempre pensó en si mismo como una simple molestia, entonces, no quería ser una molestia visual para los demás.

Pero conforme creció, se debía acostumbrar, a las miradas, a hablar en publico y a socializar, mentiría si decía que ya no le asustaba, porque aún le daba miedo como los demás lo veían.

Quería un amigo real, nunca tuvo uno, las personas siempre se le acercaron por lo que aparentaba ser y no por lo que realmente era, ni siquiera intentaban descubrir lo que era, simplemente, pedían un poco de aceptación social de su parte.

Recordaba que de pequeño le asustaba dormir, sentía que se iba a otro mundo haciendo eso, pero tuvo que acostumbrarse a esos malos sueños que tenía, una vez, soñó que una mujer mitad araña lo perseguía, mientras le gritaba que nunca llegaría a ser nadie, era extraño, porque esa mujer se parecía a su madre.

La misma que cuando cumplió la mayoría de edad le regalo un apartamento, era algo gracioso, ella solo aparecía para darle algo material, nunca le dio una pizca de amor, pero debía agradecer por lo que tenía, no todos tenían esas cosas, para algunos era inalcanzable.

Ese día, después de la universidad, fue el comienzo, llego a casa y directamente fue a descansar a esa cama, solamente se acostó allí pero inmediatamente durmió, quería escapar de los murmoreos por un tiempo, un tiempo que podía ser corto o largo, realmente no le importaba del todo.

Sintió como su cuerpo se elevaba, eso que sentía de pequeño, sintió como si estuviera viajando en avión, se sentía como un tranquilo viaje, un poco tembloroso, pero calmado, un suave viaje solo para él.

Y de pronto, despertó, en medio de una habitación blanca, miro a su alrededor esperando no encontrar nada, pero habían más personas, habían diez chicos más allí, chicos que definitivamente no había visto nunca en su vida, ni siquiera en otro de sus sueños.

Tembló, sin alguna explicación, uno de los chicos, lo observaba de manera fija, ladeaba su cabeza, como preguntándose el porque estaba allí, solo decidió mirarlo de vuelta, sin ninguna expresión, estaba confundido.

Luego, otro chico más despertó, mirando hacía todos, parecía estar algo asustado, de repente alguien hablo.

- ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen en mi sueño? -
Pregunto, levantándose y cruzando su mirada con la de él.

Me levanté también, intente hacer que los demás se despertaran, sin contestar la pregunta de el otro chico, en esos momentos, estaba muy confundido como para hablar.

Era raro, en sus otros sueños, no podía ver los colores, pero ahora podía ver los cabellos naranjas de uno de los chicos y podía tocarlos también, incluso cuando los tocaba, podía ver su propio color de piel.

Eso, no parecía un sueño, parecía algo real, incluso se veía más real que la misma realidad, daba miedo, realmente lo asustaba.