—Kumiko es hora de tu siguiente clase.
Llamo la nana a Kumiko, la mujer había estado desde que ella tenia memoria de este mundo. Kumiko bajo por las escaleras con un libro entre sus manos, las sirvientas estaban encantadas con ella era muy raro verla fuera de su habitación o en clases.
Kumiko escapaba a la cocina de vez en cuando pero solo hablaba con la chef Josefina la hermana de su Nana Natalia. Era una pequeña muñeca con ojos verdes y cabello negro ondulado. Kumiko bajo el último escalón con la ayuda su Nana ella sonrió y estiro sus brazos, su Natalia suspiro y la tomó entre sus brazos. Kumiko la abrazo fuertemente usualmente los niños quieren a su Madre.
Pero para su lastimosamente...
"¡Tenerte a ti y tu hermano me arruino ¡que partes no entiendes de sal ahora!" empujando a Kumiko al suelo.
Raspando su rodillas en el proceso."¿QUE HACES?" El Marques entro observando a su esposa con furia en su rostro.
"ES QUE ESA NIÑA..." -"Esa niña es tu hija ¿¡Como puedes tratarla asi!?".
Desde entonces no se acerca ni por asomó a la Marquesa, su padre estaba ocupado todo el día por lo que pocas veces lo veía si tenia suerte podría verlo tres veces por semana.
Por más de tener sus recuerdos pasados Kumiko ella era una niña pequeña tenía que llenar ese vacío y ausencia, ella no había tenido padres padres en su vida anterior así que eligió a una de las sirvientas. La mujer acepto su dulzura y la recompenso con afecto y cariño.
la llevaba a su siguiente clase mientras respiraba lentamente con sueño. No podía dormir, pero estar en los brazos de Natalia fue suficiente, para hacerla bostezar. Para su mala suerte la Marquesa estaba pasando frente a ellas, por lo que Kumiko fingió dormir.
La Marquesa observo la escena frente a sus ojos con disgusto y cuando estaba por decir algo "Si vuelves a herir a nuestro hijos verbal o física te pediré el divorcio"
Se lleno de despreció hacia Kumiko, por su culpa no podía asistir a fiestas o reuniones, el poco dinero que le daba el Marques apenas servía para vestidos y joyas. Aún Lidia realmente no se preocupaba por ello, vivía su vida al máximo y disfrutaba de salir todos los días y volver tarde en la noche.Kumiko era muy pequeña para asistir a cualquier reunión social, sin embargo ya asistía a clases de etiqueta, el Marques estaba completamente loco para ella, las niñas empezaban sus clases a los doce, nunca antes solo si la familia lo permitía, ella nunca estuvo de acuerdo, era ignorada y sus opiniones fueron sordas a su esposo.
Poco a poco la falta de reconocimiento fue aumentando y se habían difundido rumores falsos que maltrataba a sus hijos, "yo solo estaba ejerciendo mi derecho como madre regañando a mi hija".
Paso de largo e ignoro su odio creciente.
"Por poco" Kumiko pensó "Crei que por lo menos la madre de la villana la querría pero parece todo lo contrario".
Ella se aferro a Natalia. Quien la miró con preocupación.Natalia observo como la Marquesa salía de escena con una mirada sombría "¿Por que razones miras así a una niña de siete años?".
—Nana quiero ir con mi hermano despues ¿puedo?.
—Por supuesto querida.
Después de la hora de estudio ella tomo su siesta. Kumiko se sentó mirando el techo, cuando su hermano Merlo entró sin preguntar.
—¡Kumiko! Escuche que mamá está furiosa rompió jarrón de la abuela.
Merlo se reía como tonto.—Si... me la encontré en el pasillo hoy, fingí dormir...
Dijo con pesar.
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el príncipe se enamoró de la villana de esta historia
RomanceUna cosa es segura yo soy la villana Kumiko Schumachender en mi vida anterior era una trabajadora asalariada, pero morí por cuestiones extrañas, al ser la villana y saber que mi futura era ocasionada por el principe decidí alejarme de él. Pero...