Capitulo 2 Merlo

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Merlo no estaba seguro de que sentir al respecto realmente no noto que su hermana pasaba algún malestar. Ella siempre parecía tan fuerte, confiable y siempre tenía palabras de aliento para el.

Estar en una situación donde su pequeña hermana era la que lo necesitaba pero no poder hacer nada. Lo frustró cerro sus ojos maldijo por lo  bajo.

Paralizado.

Odio, odio sentirme así ella no debería pasar algo así... ella es tan... pequeña...

Cuando los párpados de Kumiko tembleron, una sensación que nunca había sentido se instauró en su pecho. Era una pesados seca, observo a Kumiko quien no sabía mucho "la ilusione le hice creer que ella iba a poder hacer amigos... pero a la vez la precione..."  Recordando lo ocurrido dejo que esa preciencia lo atrapará.

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Kumiko se había vestido de verde, listones caian sobre su cabeza mientras la tomó de la mano y guió a la sala principal. Las sirvientas de la academia habían hecho un buen trabajó. Y Merlo estaba contento con el resultado, las pequeñas niñas corrían delante de Kumiko sonreíanalegremente y saludaban con una energía incomparable, Kumiko sentó en una mesa redonda con otras niñas de su edad. Y conversaban tranquilamente hasta que, Sandra la hija menor del Duque Gall comenzó despotricar.

"¿Como esta la Marquesa?, escuche que no se sentía bien".

"¿Estas segura? Bueno mi madre me relato que la Marquesa sufría de locura y los maltrataba pobrecitos".

"Mi madre lo dijo puedes quejarte con ella, disculpa mi ignorancia".

La tomó por sorpresa Kumiko realmente no esperaba que hablaran de su madre en su primera reunión social, la mesa se volvió tensa, y las niñas miraban a otro lado tratando de escapar de la incomodidad.

Noto que en las otras mesas pasaba algo similar alguien parecía tomar el control, con comentarios hirientes, o observación a la persona con menos poder en la mesa, observo a los adultos alrededor, solo su hermano observaba con desconcierto. La estaban usando, entonces sintió asco y repulsión.  Miró a Sandra desde su posición, la cabeza le dolió, todo parecía tan confuso tenia ganas de contestarle, pero ella no tenía una figura tan alta como la de una Duquesa para protegerla. Eso calo en Kumiko, se sentía demasiado débil para protestar, su estomago dolía a horrores, hace bastante dejo de prestar atención a lo que decía Sandra. Se concentro en Sheyla  una niña a su lado, ella la observo con una mirada curiosa. Pero poco después entendio que Sheyla le dio una mirada de preocupación. Sheyla genuinamente estaba preocupada.

Sandra hizo un ruido con la garganta pero no le presto atención, entonces la toco, se giro hacia Sandra, la observo con los ojos en blanco, poco a poco no podía verla, sintió como la comida subía por su garganta y rozaba su interior, no tardo mucho hasta expulsar todo el contenido. "Puta madre vomite sobre Sandra"...
Escucho un grito pero, no podía reaccionar, su corazón palpitaba en su cabeza y cayó hacia tras.

Después todo fue un borrón de acontecimientos, despertó en los brazos de un guardia  y luego en la tarde, con el sol puesta abajo en una cama.

Su hermano estaba durmiendo en una silla con la cabeza gacha. Ella noto la figura de otra persona detrás.

—¿Príncipe Daniel?...

El se río, —Escuche que vomitaste sobre Sandra Gall, la pobre no tenía un vestido de repuesto y volvió a casa llorando. -Su tono divertido desconcerto un poco a Kumiko.

Intento levantarse —Quédate así, no es necesario que te levantes Señorita Schumachender.- Ella asintió nerviosa.
–Tómese su tiempo señorita Schumachender, me encargaré de que no sufra represalias. Pero será la única vez. - Su tono frío hizo estremecer a Kumiko. " Parece que si vomite sobre Sandra Gall ". Entonces se río, Kumiko se río, delante del príncipe y a carcajadas.
Despertando a su hermano.

—No jodas, ¿Enserió vomite sobre Sandra Gall?. Se carcageo y su hermano la miró extraño. El Príncipe Daniel, río
Por lo bajo — Ella tiene un culo pomposo no lo va olvidar nunca.

—¡No hables así frente al Príncipe!.

El Príncipe negó con la cabeza—Déjala yo también creo lo mismo.

Merlo, sonrió triste, Kumiko inmediatamente lo notó, Escuchando como la puerta se abría el Príncipe Daniel volteo encontrándose con la figura del Marques Schumachender.

—Saludos su Majestad Príncipe Heredero Daniel - El Marques se inclinó, educadamente.

—Tiene una hija interesante Sir Schumachender espero volver a verla pronto. -El Marques paralizado no levantó la cabeza hasta que el Príncipe Daniel salió cerrando la puerta.

El Marques volteo a ver a sus hijos escéptico.

—¿Pueden explicar como Sandra Gall terminó con el vómito de Kumiko en su vestido?.

Kumiko conto como sucedió, —Uso su posición social para intimidar, cuando ella comenzó comenzó decir todas esas cosas malas mi estomago y mi cabeza comenzaron a doler. Merlo dijo — simplemente no tenía control de la situación, los nobles otros estaban callados- La Marquesa entró echando humos, Kumiko sólo miró sus manos sintiéndose tensa.

—¡Esto es tu culpa! ¡¿Sabes que la Duquesa de Gall dijo?! ¡Que no se cuidar de mis hijos salvajes!.

El Príncipe podía salvarme las consecuencias penales por insultar a un noble de alto rango, alegando que estaba enferma, pero no en la repercusión social que tenía vomitar sobre la hija favorita de la Duquesa.

El Marques saco a su esposa de la habitación con los ojos en blanco.

—¡SABES SI QUIERA LO QUE ESTAS HACIENDO!

Se escucho a la Marquesa gritar desde la otra habitación.

— lo sé, por lo menos reconozco a mis hijos y ¿tú?.. ¿Tú realmente sabes lo que estás haciendo? No sabes la razón por la que cómico vómito sobre sobre Sandra Gall.

La marquesa Chito por lo bajo con una mirada aprensiva hacia su esposo.

—Parece que lo sabes todo - Dijo sarcástica-Entonces, ¡dime!, ¡dime! ¿Qué ocurrió? porque parece que yo soy la única que no se enteró.

El Márquez río indignado.

— Tú, tu eres la única que todo este tiempo estuvo obsesionada con la sociedad cuándo ni siquiera sabes lo que murmuran de ti.
¡Al punto que pusiste a nuestra hija en una situación complicada!, ¿Sabes lo que decían de ti Sandra Gall? Decía quieras una loca quién maltrataban y hostigaba a sus propios hijos, que Kumiko no tendría que estar sentada ahí... Porque era hija de una loca y se iba a convertir en una.-

El silencio bromo los sentidos de la Marquesa respiro profundo, en un vano intento de contener sus lágrimas, pero cada respiro se sentía como una agonía tras otra.

—Lidia Aún estás a tiempo... aún puedes cambiar y ser una madre... ¿Qué harás cuando los niños crezcan y no quiero saber nada de ti?...

Contuvo su ira. Solo las ganas de llorar la habían traicionado.

— la Duquesa de gall me las pagará... pero yo no puedo ser madre...-Trato algunas lágrimas- Nunca lo seré Matt, -entre dientes- Tú sabes bien que yo nunca quise quise esto...

La Marquesa se carcageo para luego decir.

—Siempre las odiaré... siempre me van a recordar el error que cometí...


el príncipe se enamoró de la villana de esta historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora