𝗘𝗡𝗘𝗠𝗜𝗚𝗢𝗦 || Jade Steele mantiene una relación amorosa secreta con el gobernador de la capital surcoreana, Kim Namjoon. Jeon Jungkook es un mafioso criminal postulado a la próxima gobernación de Seúl que llega a tener un interés profundo por...
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Ese día me levanté más temprano de lo habitual, no quería llegar ni un minuto de retraso a mis citas de trabajo. Había conseguido una entrevista para trabajar en un despacho jurídico, de los más conocidos aquí en Seúl, en segunda, tenía la entrevista con el bufete de abogados que me consiguió la profesora Young. Esperaba al menos quedar en uno de los dos puestos.
Abrí mi closet para buscar mi ropa de hoy, tenía que verme presentable, decente, justo como se vería una abogada. Estaba un poco indecisa entre dos conjuntos; al final decidí por una falda de tubo por debajo de las rodillas, camisa de vestir blanca y un saco negro, de calzado usé unos tacones de punta media y recogí mi cabello en una coleta alta.
Ya eran las 7:30 de la mañana, la junta era a las 8:30, si salía de una vez podía llegar justo a tiempo, no quería contratiempos con el tráfico o alguna otra distracción. Tomé la carpeta de cuero que nos dieron en la universidad antes de salir, ahí tenía mis certificados, título profesional y documentos personales.
Salí del departamento, bajé en el elevador hasta el estacionamiento. Entré al auto, la verdad es que el auto facilitaba mucho este tipo de situaciones, y eso se lo agradecía a Namjoon, y hablando de él, hace un rato me había enviado un mensaje pero con las prisas ya no pude verlo.
«Suerte en su entrevista de trabajo, licenciada Steele. Te amo»
Inconscientemente esbocé una sonrisa. Era el mejor, realmente lo amaba. Respondí con un "Gracias, también te amo" antes de arrancar el auto y salir del estacionamiento del edificio.
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Justo como lo había predicho, por culpa del tráfico apenas y logré llegar a la hora acordada.
Ya había dejado el auto estacionado, ya me estaba dirigiendo al edificio; entré por la puerta que se abre por si sola gracias a los sensores, al entrar estaba casi la recepción, me acerqué amablemente a preguntarle a la mujer.
—Buenos días. —saludé.
—¿Qué se le ofrece? —ni siquiera me miró.
—Tengo una cita con el licenciado Lee Minho.
—¿Y usted es?
—Jade Steele.
Revisó algo en un documento, me miró y me recorrió de arriba a abajo con una mirada arrogante e incómoda.
