𝗘𝗡𝗘𝗠𝗜𝗚𝗢𝗦 || Jade Steele mantiene una relación amorosa secreta con el gobernador de la capital surcoreana, Kim Namjoon. Jeon Jungkook es un mafioso criminal postulado a la próxima gobernación de Seúl que llega a tener un interés profundo por...
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La chica frente a mi empezó a exagerar sus movimientos cada que estaba más cerca de mi. Se montó en mi regazo y empezó a moverse mientras desabrocha los botones de mi camisa, para luego empezar a besar mi cuello.
Voltee a ver a mis amigos, Taehyung y Jimin estaban en las mismas circunstancias que yo, pero ellos se veían más emocionados que yo. Tenía tantas cosas en la cabeza que no me permitían disfrutar como yo quisiera.
—¿Quieres ir a un lugar más privado? —susurró la chica en mi oído.
—Tal vez, luego. —me levanté del sofá de cuero y salí de la zona exclusiva.
Caminé entre unas cuantas mesas para llegar a la barra, donde me pedí un trago.
Saqué mi celular, noté que recibí miradas confusas y molestas de parte de unas cuantas personas. Todo porque está estrictamente prohibido ingresar a este lugar con celular u otro aparato electrónico que pueda tomar fotografías. Este lugar es frecuentado por gente importante en la política, elite, y cualquier persona importante, y la regla de no ingresar con celulares es precisamente para evitar ser mal vistos por otras personas en este tipo de lugares.
Por el momento no me importaba si me veían aquí o no, todavía ni siquiera era presentado ante la sociedad como candidato a la gobernación. De igual manera no me preocupaba, en este burdel en especial todos estaban cubiertos.
Me llegaron unas fotografías por mensaje de parte de Jay.
Eran de nada más y nada menos que de la abogada, Jade Steele.
En unas aparecía en su auto, otras saliendo o entrando a su edificio, y unas en especial donde estaba con un sujeto. No logré verle la cara porque estaba cubierta, pero eso no evitó que me molestara. Según Jay, era soltera, y me sale con estas idioteces. De todos modos, en poco tiempo ella dejará de verlo.
Observé a un sujeto que no me quitaba la mirada de encima, estaba seguro de que lo había visto en algún lado. No me daba buena espina.
Caminé hasta donde Jimin y Taehyung, quienes se seguían divirtiendo con las chicas.
—Nos vamos.
—¿Que? ¿Por qué? Apenas vamos a...
—He dicho que nos vamos.
Me dirigí hasta la salida.
—¿Por qué nos vamos tan temprano? —cuestionó Jimin.
